Poco después que la tierra se remeciera en las proximidades de su centro de pruebas nucleares, el régimen comunista de Corea del Norte anunció a bombo y platillo su primera prueba con una bomba de hidrógeno, un potente artefacto al que llamó "Bomba H de justicia" que podría suponer un importante e imprevisto avance para su limitado arsenal nuclear.
El anuncio de Pyongyang del miércoles fue recibido con un amplio escepticismo en todo el mundo, pero sea lo que fuera que haya detonado Corea del Norte en su cuarto ensayo nuclear, el empobrecido y desafiante país podría enfrentar otra dura ronda de sanciones.
El ensayo podría haber acercado a los científicos e ingenieros de Pyongyang a su objetivo de construir una ojiva lo suficientemente pequeña como para formar parte de un misil que pueda llegar a territorio continental de Estados Unidos.
La agencia de espionaje de Corea del Sur señala que la carga explosiva generada por la detonación fue mucho menor que la que produciría una detonación fallida de una Bomba H.
La prueba fue recibida con una explosión de júbilo y orgullo en Pyongyang. Una conductora de la televisión norcoreana, que leyó una declaración salpicada de la habitual propaganda estatal, dijo que el ensayo con una bomba de hidrógeno "en miniatura" había sido un "perfecto éxito" que elevó "el poder nuclear (del país) al siguiente nivel".
Una multitud celebró la noticia ante la principal estación de tren de la capital norcoreana mientras seguían la lectura del comunicado desde una pantalla gigante. Algunos tomaron videos o fotos de la pantalla con sus celulares mientras otros aplaudían y vitoreaban.
El nivel de preocupación en Seúl y en otras partes del mundo ha aumentado.
La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, ordenó al Ejército que refuerce su posición de defensa coordinada con Estados Unidos y calificó la prueba nuclear de "grave provocación" y de "acto que amenaza nuestras vidas y futuro".
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dijo: "No podemos permitir esto de ninguna manera".
En el pasado, Washington y expertos nucleares se mostraron escépticos ante las afirmaciones norcoreanas sobre las bombas H, que son mucho más potentes y difíciles de fabricar que las atómicas. Sin embargo, si la prueba se confirma, podría empeorar las ya de por sí distantes relaciones entre Pyongyang y sus vecinos.
El hecho podría llevar a una petición de nuevas sanciones más duras contra Corea del Norte en Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad anunció de inmediato que mantendría una reunión de emergencia.