Jairo Hernán Grijalba Ruiz cree en el realismo mágico. Si su compatriota Gabriel García Márquez investigaba ciertos mitos de la cultura afro-hispana-antillana y en general de toda la cuenca del Caribe, por qué no hacer un viaje similar a través de la música, debió plantearse el antropólogo e investigador de Popayán. Un trompetista que tocó con el genial compositor cubano Arsenio Rodríguez había estado en Cali, Colombia. Se llamaba Benitín Bustillo. Jairo lo buscó pero el trompetista había muerto, y ahí comenzó todo, un viaje largo, un viaje de 20 años.
La cuestión estaba en seguir la huella de Arsenio Rodríguez, considerado por músicos e investigadores como “el padre” de la salsa. Pero, en sucesivos viajes a Cuba, Jairo encontró algo insospechado: A Arsenio prácticamente lo habían borrado del mapa. No se conservaba ninguna de las viviendas del también conocido como “El Cieguito Maravilloso”, ni calle con el nombre del creador del formato de conjunto, que a la postre sería decisivo para fundar la salsa en Nueva York; ni había, apenas, literatura sobre vida y obra del genial tresero.
Los diccionarios de música cubana elaborados bajo la vigilancia de la “revolución” estaban llenos de errores e imperdonables omisiones. Dos estudiantes de Periodismo, Alina Méndez Bravet y quien escribe estas líneas, realizaron una investigación académica, titulada Arsenio Rodríguez: del mito a las sombras, en 1992, pero había un problema: la tesis de grado nunca fue publicada y solo quedaba, a mano, un ejemplar disponible, que debía consultarse en la biblioteca del centro de altos estudios. Jairo recorrió kilómetros en La Habana buscando una fotocopiadora sin poder conseguirla.
Entonces siguió su camino hacia New York, donde Arsenio fijó su campamento luego de marcharse de Cuba en la década del 50. Los newyorkinos habían conseguido nombrar una calle como Arsenio Rodríguez. No lo solo el músico –que en realidad murió en Los Ángeles- está enterrado allí, sino además dejó familia y un largo club de fans, cuyos nombres aparecen en la nómina de la Fania All Stars. Hoy en día no hay un músico puertorriqueño, colombiano, venezolano y, por supuesto, cubano, que no identifique a Arsenio con el origen de la salsa. Arsenio es un monarca entre ellos; también un mito.
Jairo Hernán Grijalba Ruiz, finalmente, entregó a Amazon una enciclopedia de diez tomos estructurada en tres partes. La voluminosa obra se presenta esta tarde en la librería Books and Books, de Coral Gables, en Miami.
El sueño de una película
La enciclopedia –no puede llamarse de otra manera por su voluminosa información- lleva un lenguaje fresco, de folletín, comentó el autor en una entrevista realizada exclusivamente para martinoticias.com. Se trata de una combinación de géneros periodísticos y literarios que, no obstante, se apoyan en el uso de las fuentes; partiendo de Colombia, pasando por Cuba, Los Ángeles y Nueva York. El autor nos recordaba que el fundador de un sello discográfico donde Arsenio grabó en Cuba, el sello Puchito, murió en Hialeah. El hombre se llamaba Jesús Goris y falleció hace seis o siete años, explica Jairo. Es un dato curioso, además de muy posible por la cantidad de emigrados cubanos hacia el sur de la Florida a principios de la “revolución”.
Arsenio grabó mayormente con la RCA Víctor, que tenía casa en La Habana. Jairo pudo consultar los discos de acetato de 78 RPM que quedaban por el mundo; o sea, los originales. En Cuba quedaban pocos, solo en manos de coleccionistas particulares. La “revolución” no ha sido capaz de conservarlos. En su lugar quedan las cintas magnetofónicas que usan emisoras como Radio Progreso, de La Habana.
Hay que decir que en la isla existen nostálgicos de esta música, e investigadores que se preocupan por ella. El asunto penoso es que las instituciones no se han ocupado debidamente de preservar la figura de Arsenio Rodríguez. El Museo de la Música, por gestiones de su entonces directora María Teresa Linares, logró obtener un tres que tocaba Arsenio en Nueva York, y poco más se ha hecho.
Ahora esta enciclopedia, que puede comprarse en Amazon, viene a poner en un solo sitio toda una historia desperdigada, historia larga, llena de pasiones por la música, por su país (Adórenla como a Martí, se titula un bolero de Arsenio), por la época y por las mujeres, porque “El Cieguito Maravilloso” se inspiró en ellas no pocas veces para componer.
El autor de La vida es un sueño, triste bolero convertido en clásico a la vuelta del tiempo, no sabía que su instinto creador quedaría regado como la pólvora, y que investigadores como Jairo entregarían la mitad de una vida para armar el puzzle. El primer tomo se titula Arsenio Rodríguez, el profeta de la música afrocubana; el segundo, justamente, lleva el nombre de El Cieguito Maravilloso, y el último El Corsario Negro de la Chambelona, recordando un mote despectivo por el que llamaban al movilizador de las sociedades “de color”, en una Cuba que, como hoy, vivía y moría por la música bailable. La inmensa obra está estructurada en tres partes, como homenaje al cordófono que acompañó a Arsenio, el tres.
La ilustración de cubierta corresponde a una joven artista plástica colombiana, también de Popayán, Dahyana Portilla, quien aporta un estilo muy de su cultura, lleno de colores, de realismo mágico. Dahyana estuvo también en la entrevista con martinoticias.com. Para las presentaciones en Estados Unidos, trajo los lienzos originales y serigrafías de las portadas que podrán adquirirse junto con el libro.
El fenómeno de la autoedición –excelentemente cuidada en este caso- ofrece a investigadores y artistas la posibilidad de presentar un producto final sin tener que negociar con editoriales tradicionales. Es puro esfuerzo y trabajo, que ahora agradecerán los melómanos. Cuando esta enciclopedia llegue a Nueva York –de hecho ya entró en la gran ciudad, mediante Amazon-, podemos decir que se ha cerrado un ciclo, nada más y nada menos que de veinte años.
Pero Jairo Hernán Grijalba Ruiz quiere seguir. Ahora busca un guionista y un realizador de cine para llevar sus libros a la gran pantalla. “Preferiblemente cubanos, o de origen cubano”, aclara el autor. Será una película de ficción, un largometraje que, comenta Jairo, todavía se le debe a Arsenio.
Volver a Cuba siempre es una posibilidad, pero allí, y él lo sabe, va quedando poco de esta historia. Solos quedan los mitos y, como reza en la investigación de la Facultad de Periodismo, las sombras.
Las fuentes originales –músicos- de la gran época de los conjuntos, de la Playa de Marianao, han desaparecido. Pero a Arsenio le queda una hija (Regla Rodríguez) y otros pocos parientes pobres en La Habana.
El verdadero nombre de El Cieguito Maravilloso es Ignacio Arsenio Travieso Scull. Eso se sabe por ahí. Lo que no se sabe a ciencia cierta es el motivo de su ceguera y si Arsenio, como algunos afirman, fue el creador del mambo. Jairo no quiere adelantar al respecto. Dice que en su trilogía están los datos. Así que no nos queda otra que hacer clic en Amazon.