La educación en Cuba está en crisis con la falta de maestros y los constantes apagones que afectan tanto la infraestructura como el resto de la docencia en el país, dijeron a Martí Noticias exprofesores y familias con hijos en edad escolar.
Ienelis Delgado, una madre residente en Camagüey, explica que la escasez de docentes ha generado un hacinamiento en las aulas, dificultando el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
“Mientras más niños, más calor. Son aulas cerradas prácticamente sin ventilación, muchas de ellas”, dijo.
Además de las condiciones precarias, Delgado denuncia que asignaturas como Geografía e Historia apenas reciben la atención necesaria.
“Te enseñan la bolita del mundo y los países, y ya se acabó la geografía. El problema es que no se profundiza porque no hay maestros, y los que están no tienen preparación. Aquí tú aprendes que 2 + 2 es 4 y a leer entre comillas. Lo otro es ‘seremos como el Che’”, agregó la mujer en referencia a la formación ideológica dentro de la enseñanza en Cuba.
Delgado destaca además que la educación cívica prácticamente ha desaparecido de las escuelas.
“Pedir permiso, decir por favor, gracias, son cosas que se han quedado fuera. Es un desastre”, afirmó.
La sociedad cubana enfrenta hoy las consecuencias de un sistema educativo con serias deficiencias. La falta de maestros, la suspensión de clases debido a los constantes cortes de electricidad y la enseñanza superficial de materias fundamentales han deteriorado la calidad de la educación.
En 2024, las autoridades cubanas reconocieron públicamente la crisis del sector educativo. Para paliar la falta de maestros, han recurrido a estudiantes de carreras pedagógicas, han contratado a jubilados y han sobrecargado de trabajo a los docentes en activo.
Un artículo del periódico oficialista Escambray evidenció cómo esta situación está afectando directamente el rendimiento de los alumnos, reflejándose en los bajos resultados de las pruebas de ingreso a la educación superior.
La activista María Elena Mir Marrero, una maestra que ya no ejerce la profesión, describe otro problema dentro de las aulas: la aceleración de los contenidos académicos debido a la reducción de los días de clase.
“A esos niños que ya tienen menos clases, intentan enseñarles en tres días un contenido que debería darse en un mes. Quizás ese niño llegó a la escuela después de que le quitaron la luz por la noche, no durmió bien, no tiene agua y, cuando llega el momento de aprender, ya está agotado”, explicó la esdocente, residente en La Habana.
“Lo que ven en la calle es la bronca por el pan, la bronca por el pollo. En las colas lo que se dice son barbaridades, y eso es lo que aprenden. No saben decir buenos días o buenas tardes", comentó Mir Marrero, quien asegura que "Usted" es "una palabra que ya no se oye en Cuba”.
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