El número de los que cruzan va en aumento y ya se ha convertido en una crisis que va a constarle a los contribuyentes de este país miles de millones de dólares y muchos añ0os para resolver.
No es fácil obtener números precisos. Las personas más optimistas creen que este año entraran uno 60,000 jóvenes a Estados Unidos y que este número se duplicará el año entrante.. En el 2011 sólo entraron 6,000 jóvenes centroamericanos. sólo entraron que unos 60,000 jóvenes entraran en Estados Unidos este año. Otras fuentes dicen son 47,000 los que ya han cruzado y que para finales de año la cifra superará los 90,000.
El presidente Barack Obama ya le ha pedido al congreso que aprueben gastos por dos mil millones de dólares para poder atender a los que están llegando. Este monto va a ser mucho mayor si el número de jóvenes sigue aumentando.
El Center for American Progress, un instituto no partidista, ha publicado un memorándum con una serie de datos sobre este problema. En ella dice que: La violencia obliga a que estos niños huyan.
Traficantes explotan a estos jóvenes, quienes son cada vez menores y muchas veces niñas. Esta es una crisis regional que abarca a Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. No hay ninguna vía libre de entrada a los Estados Unidos, pues los menores no acompañados poder ser deportados.
Algunos miembros del Congreso están jugando a la política con un asunto humanitario.
Algo que el centro no destaca es que el problema es difícil de resolver y que Estados Unidos va a tener que lidiar con el mismo por años a un costo de miles de millones de dólares. Muchos de ellos, nunca volverán a sus países de origen. El proceso para determinar si los refugiados tienen derecho a quedarse en este país tarda años. Y mientras tanto estos jóvenes permanecen en Estados Unidos
No hay duda que esta es una crisis humanitaria de enorme proporciones. Honduras hoy día es la “capital de los asesinatos del mundo” y la violencia pandillera ha aumentado dramáticamente durante los últimos años en Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Las pandillas en estos países fuerzan a estos niños a escoger entre unirse al grupo delictivo o arriesgarse a que lo mismos los maten. Por eso los niños huyen y tratan de reunirse con sus familiares, muchos de los cuales ya viven en Estados Unidos. Estos niños creen en forma equivocada que Estados Unidos no deporta a los niños. Creen que van a poder quedarse en el país.
Lo cierto que el proceso de deportación – y en particular cuando una persona dice que es un refugiado – puede tardar años. El gobierno sólo permitiría la permanencia en el país a esos niños que puedan probar que si regresan a sus países sus vidas corren peligro.
Cada día los que llegan son menores en edad y muchos de ellos son jovencitas. Para hacer la larga travesía buscan a criminales que cobran por llevarlos a la frontera con Estados Unidos. Durante el largo viaje, muchas de estas niñas son violadas por los mismos traficantes a los cuales se les pagan miles de dólares para servirle de guía.
Nadie puede negar que esta es una crisis humanitaria. A la vez, estos es algo que Estados Unidos no puede tolerar. Un abogado de inmigración que conoce el tema a fondo dice que es un error darle más dinero al gobierno para tratar de resolver el problema.
“Eso no va a funcionar. Es como pagar un soborno”, dijo el abogado. “Estados Unidos debe de hacer precisamente lo opuesto. El gobierno americano debe decirle a los países centroamericanos que Estados Unidos le va a cortar la ayuda que le dan al menos que estos gobiernos tomen el control de este asunto y detengan esta migración masiva”.
Agregó que hay que militarizar la frontera entre México y Estados Unidos y no permitir la entrada de estos jóvenes a este país. Los fondos de gobierno deben ser utilizados para perseguir, arrestar y llevar a juicio a estos traficantes de jóvenes.
Nada de lo que él dice es fácil de hacer. Si el Congreso lograra pasar una ley de inmigración esto ayudaría a resolver el problema ya que abriría a largo plazo una forma de entrar en este país legalmente. Pero es difícil que el Congreso pase duna ley de inmigración este años. Y menos en medio de una crisis como esta. No importa lo que digan los políticos.
No hay soluciones fáciles para el Congreso o para la Casa Blanca. Pero el gobierno tiene que resolver este problema antes de que Estados Unidos pierda el control de la frontera con México.
Guillermo I. Martínez resides in South Florida. Su correo electrónico es: Guimar123@gmail.com.