El régimen del general Raúl Castro en Cuba condenó lo que llama ataques "injustificables y desproporcionados" con que las "oligarquías y el imperialismo" buscan desacreditar al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y "derrocar al gobierno legítimo" de la actual mandataria Dilma Rousseff, publica Cubadebate.
Por su parte, Lula, líder del Partido de los Trabajadores y fundador junto a Fidel Castro y las narcoguerrillas colombianas de las FARC del Foro de Sao Paulo en 1990, fue arrestado brevemente el viernes en Sao Paulo para ser interrogado en el marco del escándalo de corrupción en la gigante petrolera Petrobras, que salpica al puerto del Mariel en la ahora provincia de Artemisa, y se declaró humillado por esas medidas coercitiva, que denunció como "un circo" jurídico.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores (de Cuba) rechaza el ataque contra la constitución y la democracia en Brasil, que ha convertido al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (...), así como al gobierno que encabeza la presidenta Dilma Rousseff, en blancos de acciones judiciales y parlamentarias, injustificables y desproporcionadas", señaló en un comunicado, leído en la televisión local.
Al condenar ese hecho y "el intento de golpe parlamentario contra Dilma", la Cancillería castrista destacó que "con estos métodos sucios", sectores de algunos países latinoamericanos, "en estrecha alianza con grupos trasnacionales de la comunicación, las oligarquías y el imperialismo, pretenden imponer por la fuerza a los pueblos lo que no han sido capaces de ganar en las urnas".
Lo que llama la Cancillería de Raúl Castro "golpe contra Dilma" no es más que miles de brasileños volcados a las calles en cuatro ocasiones durante el pasado año para exigir la destitución de la Rousseff.
Las protestas contra la acosada mandataria izquierdista, blanco de un procedimiento de destitución en el Congreso por maquillar las cuentas públicas, reunieron a unas 22.000 personas según la policía y a 82.000 según los organizadores en 39 ciudades, informó el portal G1 de Globo.
Pero la Cancillería cubana arremete: "Los compañeros Lula y Dilma Rousseff han demostrado una valentía y determinación admirables al enfrentar esta arremetida en su contra".
Petrobras, América Latina y Odebrecht
Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, se convirtió el viernes en el nuevo blanco de la mayor investigación por corrupción en la historia de Brasil, tras ser trasladado por la policía desde su casa a una comisaría para prestar declaración por su supuesta implicación en el escándalo de desvío de fondos de la petrolera estatal Petrobras y el uso de esos fondos no sólo para enriquecimiento personal sino para el apoyo de las fuerzas de izquierda en la región.
Como muestra de la alianza ideológica y la confianza entre el socialismo brasileño y el comunismo cubano, percibida por Estados Unidos, hace una semana la prensa brasileña publicó la correspondencia de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton con el embajador de Washington en Brasil, pidiendo la mediación de Dilma Rousseff para iniciar los contactos EEUU-Cuba y lograr la liberación del contratista Alan Gross.
Así la prensa resaltaba en febrero que la constructora Odebrecht hizo pagos ilegales a las campañas electorales de varios países, entre ellas la del presidente venezolano Hugo Chávez en 2011, con el fin de propagar el socialismo del Siglo XXI en la región.
Los presidentes Mauricio Funes (El Salvador) en 2009; Danilo Medina (República Dominicana) a partir de 2011; y los brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff habrían recibido pagos de Odebrecht.
Pero, no sólo en la región, sino que hasta en la lejana Angola los socialistas recibieron sus tajadas mediante pagos ilegales en la campaña presidencial de José Eduardo dos Santos en 2011.
Los pagos de Odebrecht habrían sido realizados en empresas de tapadera en paraísos fiscales y habrían ascendido a entre tres y cuatro millones de reales (de $750.000 a un millón de dólares).
El exdirector del Área Internacional de la estatal Petrobras, Jorge Zelada, fue condenado en enero a una pena de cuatro años de prisión por su responsabilidad en millonarios desvíos descubiertos en la petrolera brasileña, informaron fuentes oficiales.
El juez Flavio Itabaiana consideró "ampliamente comprobado" que Zelada incurrió en un fraude en la licitación concedida en septiembre de 2010 a la constructora Odebrecht, cuyo expresidente también se encuentra en prisión, por valor de $825 millones.
La corrupción en Petrobras ha llevado en los últimos meses a la detención de decenas de empresarios, exdirectivos de la petrolera y políticos, entre los que figura el extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) Joao Vaccari.
Zelada acompañó a Luiz Inácio Lula da Silva, cuando éste era presidente, en una visita a La Habana, donde Brasil y Cuba suscribieron acuerdos petroleros.
Así, el semanario Época publicó hace unos meses un extenso reportaje sobre el cabildeo que hiciera en Cuba el expresidente Lula da Silva para la empresa Odebrecht.
La revista viene señalando desde el año pasado que Lula cabildeó ante las autoridades cubanas, para lograr contratos en la terminal de contenedores del puerto del Mariel, uno de los proyectos insignias dentro de la política de medidas económicas que ha implementado en la isla el Gobierno del general Raúl Castro.
En uno de los cables enviados desde La Habana por el encargado de negocios de Brasil en 2014, se informa sobre una reunión en la que Lula discutió con los ejecutivos de Odebrecht cómo asegurar a los cubanos las garantías para los préstamos del Estado brasileño a través del Banco BNDES para financiar los nuevos proyectos que desarrollaba Odebrecht en Cuba.
Época, propiedad del grupo de medios Globo, dijo que Lula presionó para conseguir buenas condiciones de Cuba para un préstamo de 682 millones del BNDES que iba a financiar el proyecto del puerto de Mariel construido por Odebrecht.
Aspectos de la problemática que explicarían el uso del afectivo uso del término compañero por parte de la cancillería cubana para referirse a Lula y a Dilma inmersos en la sonada madeja de corrupción y componendas políticas.