La joven Yaité Balmaseda Cano fue asesinada por su expareja el 19 de febrero en Río Cauto, provincia Granma.
“El muchacho que la mató se llama Alien. Fue una relación que ella tuvo, pero ya ella tenía otro matrimonio porque era una muchacha ‘liberada’. Entonces él la veló cuando su marido fue a comprar cigarros y le dio tres machetazos. Le interesó la vena yugular y una de las arterias carótidas. En el centro médico de acá le dieron los primeros auxilios y llegó al hospital de Bayamo, la cabecera provincial, con vida, pero murió después de la cirugía que le practicaron”, explicó a nuestra redacción, Elier Cadrelo, vecino de la víctima.
Balmaseda Cano, de 27 años, fue asesinada luego de haber denunciado a la policía el acoso de que era objeto por parte del agresor.
“Parece que ya habían tenido algunos roces y ella se personó en la policía y emitieron una orden de alejamiento, pero aquí no se trabaja este tipo de cosas con la seriedad que se toma allá en sus países. Incluso, ya se había producido un episodio de esos y el hermano de Yaité intervino y por eso la orden de alejamiento. Habría que ver qué cumplimiento se le dio. Esto que digo no es oficial porque yo no trabajo en eso”, aclaró Cadrelo y añadió:
“Después que la macheteó se perdió en el monte y no lo han podido encontrar. Lo reportan como desparecido. Unos especulan que se suicidó, pero no se sabe con certeza”.
A raíz de este nuevo feminicidio, Radio Televisión Martí conversó con la feminista habanera Marta María Ramírez.
“El asesinato de Yaité estaría afirmando que las estructuras y las instituciones que debían estar para proteger a las mujeres en situaciones de violencia machista no están funcionando. Algo que ha tenido que reconocer el Estado, de una manera tácita, a pesar, ni siquiera nos permiten al activismo independiente y autónomo".
"O sea si tuviéramos la venia del Estado, que para esto es necesario, nosotros podríamos crear refugios y otros sistemas de alarma de protección y las mujeres no estarían tan solas en ese desamparo en que las pone estar ante la violencia machista y que la policía diga que va por una orden de alejamiento”, indicó la activista, parte de Casa Palanca, un grupo que busca crear un espacio seguro para las periodistas independientes en Cuba y otras mujeres en situación de riesgo por razones de género.
“Pero no solo refugios, yo apunto a la integralidad de una norma que además empiece, desde ya, a educar en una cultura de paz, en una cultura de la no violencia, en sentido general, pero en una cultura también no machista, que enseñe que no somos objetos", explicó.
"No nos pueden ‘romper’ cuando se enojan con nosotras, no nos pueden violentar más con la complicidad de las sociedades y de los estados. Porque aquí todos somos, definitivamente, cómplices. No sólo las estructuras institucionales, sino todos los que vimos, los que supimos, que algo estaba pasando con alguna mujer y no hicimos absolutamente nada para detener esa barbarie, que bajo cualquier criterio que todavía se escucha en Cuba: ‘Se lo buscó, se lo mereció’, en fin, toda esa crueldad para justificar los actos de violencia contra nosotras”, recalcó.
“Aquí estamos hablando además de desprotección, también de la infancia. Yaité, hasta donde sé, deja dos criaturas menores de edad que estaban a su cuidado. Entonces aquí hay una estructura que no sólo está desatendiendo a las mujeres”, consideró Ramírez.
El 21 de noviembre de 2019, cuarenta mujeres presentaron en la Asamblea Nacional del Poder Popular una solicitud para elaborar una ley exhaustiva contra la violencia de género, en un país en el que cuatro de cada diez mujeres reconocen haber sufrido maltrato.
“El Estado cubano, en ese momento dijo que, en 2028, pero tras el reciente Me too contra el músico Fernando Becker, que está impune todavía y hay muy poca transparencia sobre el proceso, han dicho que se estudiará la viabilidad de una norma integral. Es decir, tampoco para 2028 ¿A qué estamos esperando?”, se preguntó Ramírez.
“Yo quiero pensar que es cierto que ningún asesinato de mujer queda impune en Cuba, pero estoy viendo las estadísticas del Anuario de Salud Pública, donde hay un aumento importante de muertes accidentales en mujeres. Y yo siento, con la experiencia que tengo y con lo que he visto en el resto del mundo que sí ha legislado, que detrás de esas muertes accidentales se pueden esconder feminicidios, pero tiene que haber estructuras operadoras del derecho en todos los niveles capaces de identificarlo”.
El de Yaité Balmaseda sería el cuarto feminicidio conocido en la Isla en lo que va de año, después de los crímenes contra una mujer en San Luis, Santiago de Cuba; Misladis Carmenates Hidalgo, en Camagüey y Mailén Guerra García, en Remedios, Villa Clara, de acuerdo a la compilación de la Red Femenina de Cuba.