La delegacion cubana alabó lo que calificó de progresos en materia de derechos humanos del régimen de Corea del Norte. Junto a la delegación de La Habana aplaudieron los "avances" de Pyongyang las delegaciones de Venezuela, China, Bolivia, Venezuela y República Democrática del Congo.
Este jueves, delegados de Corea del Norte afirmaron ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se sienten "orgullosos" de los progresos realizados al respecto y acusó a "fuerzas extranjeras" de obstaculizar los esfuerzos llevados a cabo por el Gobierno para mejorar la vida de sus ciudadanos. Pyongyang pasó hoy el Examen Periódico Universal (EPU), una evaluación sobre el cumplimiento que un país hace de sus obligaciones con respecto a los derechos humanos en el que se analizan los aspectos positivos y se identifican los desafíos y al que están sometidos todos los países miembros de Naciones Unidas. Esta es la segunda vez que Corea del Norte se somete al EPU desde que este sistema se estableció, por lo que se esperaba que Pyongyang detallase hoy los progresos efectuados desde la anterior evaluación y explicara la aplicación de las recomendaciones formuladas en la sesión precedente.
El embajador norcoreano ante la ONU en Ginebra, Se Pyong So, dijo que las autoridades de Pyongyang se "sienten orgullosas del progreso alcanzado durante los últimos cuatro años, en los que han superado todos tipo de obstáculos y desafíos para proteger y promocionar los derechos humanos".
"Seguiremos trabajando para asegurarnos que nuestra gente disfruta de un alto y genuino nivel de derechos humanos", resaltó el diplomático, quien advirtió de que, si no se ha avanzado más, ha sido por culpa de la "persistente presión y amenazas militares a las que Corea del Norte está sometida por parte de fuerzas extranjeras".
Criticó la sanciones económicas contra su país y subrayó que Pyongyang "reforzará aún más su sistema de defensa para salvaguardar el sistema socialista".
El apoyo a Corea del Norte, proveniente de La Habana, Caracas, Pekín, La Paz y Kinshasa se manifestó además en lo que consideraron avances logrados por Pyongyang en el acceso universal a la salud y la educación, entre otros ámbitos. El representante chino pidió a Pyongyang que mejore las instalaciones sanitarias en las zonas rurales y solicitó que "dialogue" con los organismos de Naciones Unidas, "sobre la base del mutuo respeto y la igualdad".
Por el contrario, Reino Unido recordó en su intervención que la Comisión Internacional de Investigación sobre Corea del Norte, que no pudo acceder a territorio de este país y tuvo que basar su informe en entrevistas a exiliados, concluyó que se cometen diariamente atrocidades que alcanzan el nivel de crímenes contra la humanidad.
La representante británica lamentó que el Gobierno de Pyongyang torture a sus ciudadanos con impunidad, no respete "derechos fundamentales" como la libertad de expresión, asamblea o religión y no permita la entrada al país al relator especial de la ONU sobre la situación en Corea del Norte. Estas preocupaciones coincidieron con las expresadas por el enviado especial para Corea del Norte del Gobierno de Estados Unidos, Robert King, y el embajador japonés ante la ONU en Ginebra, Takashi Okada. King exigió que se libere a todos los prisioneros políticos y se clausuren los campos de trabajo, en los que, denunció, también se recluye a niños.
Por su parte, Okada recordó a los cientos de personas de terceros países que han sido retenidas por las autoridades norcoreanas y pidió su liberación "lo antes posible". Preocupaciones similares fueron expresadas por la gran mayoría de los 47 miembros que tomaron la palabra durante la sesión y que casi de forma unánime solicitaron a Corea del Norte que establezca una moratoria a la pena de muerte y ratifique los tratados internacionales de derechos humanos, especialmente la Convención contra la Tortura y la Convención sobre Desapariciones Forzadas.
En su turno de respuesta, Corea de Norte aseguró que estas preocupaciones se deben a "malentendidos y confabulaciones" y rechazó todas las recomendaciones porque sólo tienen como objetivo "difamar y acabar con el sistema socialista".
Este jueves, delegados de Corea del Norte afirmaron ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se sienten "orgullosos" de los progresos realizados al respecto y acusó a "fuerzas extranjeras" de obstaculizar los esfuerzos llevados a cabo por el Gobierno para mejorar la vida de sus ciudadanos. Pyongyang pasó hoy el Examen Periódico Universal (EPU), una evaluación sobre el cumplimiento que un país hace de sus obligaciones con respecto a los derechos humanos en el que se analizan los aspectos positivos y se identifican los desafíos y al que están sometidos todos los países miembros de Naciones Unidas. Esta es la segunda vez que Corea del Norte se somete al EPU desde que este sistema se estableció, por lo que se esperaba que Pyongyang detallase hoy los progresos efectuados desde la anterior evaluación y explicara la aplicación de las recomendaciones formuladas en la sesión precedente.
El embajador norcoreano ante la ONU en Ginebra, Se Pyong So, dijo que las autoridades de Pyongyang se "sienten orgullosas del progreso alcanzado durante los últimos cuatro años, en los que han superado todos tipo de obstáculos y desafíos para proteger y promocionar los derechos humanos".
"Seguiremos trabajando para asegurarnos que nuestra gente disfruta de un alto y genuino nivel de derechos humanos", resaltó el diplomático, quien advirtió de que, si no se ha avanzado más, ha sido por culpa de la "persistente presión y amenazas militares a las que Corea del Norte está sometida por parte de fuerzas extranjeras".
Criticó la sanciones económicas contra su país y subrayó que Pyongyang "reforzará aún más su sistema de defensa para salvaguardar el sistema socialista".
El apoyo a Corea del Norte, proveniente de La Habana, Caracas, Pekín, La Paz y Kinshasa se manifestó además en lo que consideraron avances logrados por Pyongyang en el acceso universal a la salud y la educación, entre otros ámbitos. El representante chino pidió a Pyongyang que mejore las instalaciones sanitarias en las zonas rurales y solicitó que "dialogue" con los organismos de Naciones Unidas, "sobre la base del mutuo respeto y la igualdad".
Por el contrario, Reino Unido recordó en su intervención que la Comisión Internacional de Investigación sobre Corea del Norte, que no pudo acceder a territorio de este país y tuvo que basar su informe en entrevistas a exiliados, concluyó que se cometen diariamente atrocidades que alcanzan el nivel de crímenes contra la humanidad.
La representante británica lamentó que el Gobierno de Pyongyang torture a sus ciudadanos con impunidad, no respete "derechos fundamentales" como la libertad de expresión, asamblea o religión y no permita la entrada al país al relator especial de la ONU sobre la situación en Corea del Norte. Estas preocupaciones coincidieron con las expresadas por el enviado especial para Corea del Norte del Gobierno de Estados Unidos, Robert King, y el embajador japonés ante la ONU en Ginebra, Takashi Okada. King exigió que se libere a todos los prisioneros políticos y se clausuren los campos de trabajo, en los que, denunció, también se recluye a niños.
Por su parte, Okada recordó a los cientos de personas de terceros países que han sido retenidas por las autoridades norcoreanas y pidió su liberación "lo antes posible". Preocupaciones similares fueron expresadas por la gran mayoría de los 47 miembros que tomaron la palabra durante la sesión y que casi de forma unánime solicitaron a Corea del Norte que establezca una moratoria a la pena de muerte y ratifique los tratados internacionales de derechos humanos, especialmente la Convención contra la Tortura y la Convención sobre Desapariciones Forzadas.
En su turno de respuesta, Corea de Norte aseguró que estas preocupaciones se deben a "malentendidos y confabulaciones" y rechazó todas las recomendaciones porque sólo tienen como objetivo "difamar y acabar con el sistema socialista".