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Discurso de Kennedy que evitó un holocausto nuclear cumple 55 años


John F Kennedy con el entonces director del FBI, J. Edgar Hoover (C) y el Fiscal General Robert F. Kennedy. (Archivo)
John F Kennedy con el entonces director del FBI, J. Edgar Hoover (C) y el Fiscal General Robert F. Kennedy. (Archivo)

"Era evidente que estas armas estratégicas, que eran fiables y modernas, estaban destinadas a ser manejadas por la Unión Soviética y no para ser transferidas a Cuba", señaló la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en un informe ya desclasificado.

"Buenas tardes conciudadanos. Este Gobierno, tal y como prometió, ha mantenido una férrea vigilancia sobre las operaciones del Ejército soviético en la Isla de Cuba", con estas palabras el presidente John Fitzgerald Kennedy comenzaba un discurso llamando a que no cambiara el curso de la historia.

Este domingo se cumplen 55 años de ese crucial discurso, que fue
emitido tanto por radio como en una televisión aún en blanco y negro, y que tuvo paralizado a todo un país que escuchaba atentamente cada una de sus 2.434 palabras, once de las cuales coincidían: "nuclear".

Unas palabras que cambiarían el mundo, aunque en realidad fueran
pronunciadas precisamente para todo lo contrario, para que no cambiara, para evitar un posible holocausto nuclear que hubiera convertido, según dijo el presidente, "el fruto de cualquier victoria en ceniza en nuestras bocas".

A estas alturas, el escenario es bien conocido por todos. El 14 de octubre de 1962 fotografías tomadas por aviones U2 del servicio de inteligencia estadounidense revelaban la presencia de 8 lanzaderas y 16 misiles de medio alcance en la región occidental de la isla.

"Era evidente que estas armas estratégicas, que eran fiables y modernas, estaban destinadas a ser manejadas por la Unión Soviética y no para ser transferidas a Cuba", señaló la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en un informe ya desclasificado.

Esta información dio paso a trece días de tensión en los que cualquier error de cálculo hubiera podido dar pie a un conflicto de consecuencias difíciles de imaginar.

"La actitud del presidente fue fundamental para desactivar la crisis. Kennedy buscó evitar cualquier intercambio nuclear, ya fuera voluntario o accidental", señaló a Efe la historiadora jefe de la Oficina del Departamento de Defensa, Erin Mahan.

Una de las medidas clave adoptada por el mandatario fue la creación de un grupo de trabajo formado por asesores de su confianza, la mayoría de los cuales pertenecía al Consejo de Seguridad Nacional.

Fue este grupo de expertos el que abogó por hacer oídos sordos a los responsables del Estado Mayor, que apostaban por un ataque aéreo sobre Cuba, y por abrir una negociación con el Kremlin a través de canales no tradicionales al tiempo que se implantaba un bloqueo sobre la isla par evitar la llegada de nuevas armas.

La otra medida clave de esta crisis también tuvo a las palabras como protagonista y no fue otra que la histórica alocución presidencial, ya que al informar al pueblo estadounidense, a corazón abierto, Kennedy quedó legitimado para actuar con total libertad a sabiendas de que su honestidad le había granjeado el respaldo de todo el país.

(EFE)

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