Las condiciones de vida de los residentes del barrio San Diego de Bahía Honda, provincia Artemisa y la pésima situación del transporte para llegar hasta el lugar impresionaron al comunicador Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia que viajó desde la capital hasta la localidad situada a pocos kilómetros del área donde se construye el mega puerto de El Mariel.
Verdecia de 19 años de edad e integrante de la Red Cubana de Comunicadores dijo a Martinoticias que el nexo entre la Habana y la zona costera norte en el occidente de Cuba es la opción más directa para llegar a Bahía Honda, pero al recorrerla se observa el contraste entre la ‘vieja y nunca reparada carretera central’ y la otra recién reconstruida y en buenas condiciones que llega hasta el Mega puerto de El Mariel”.
"La que va para Mariel es excelente y por ahora solo pueden circular los carros con personal autorizado", apuntó.
Sin embargo el comunicador confiesa que el otro panorama que le impresionó mucho más lo encontró a pocos kilómetros de allí, en la localidad de Bahía Honda y en el barrio donde vive su familia.
Los residentes de esa región se autodefinen como “los pobladores del fin del mundo” y todo se debe a las pésimas condiciones de vida en que viven “casi todos”.
Las viviendas en su mayoría son de madera y el piso es de tierra, dijo el joven conmovido por el grado de abandono y penuria de cientos de familias que enfrentan la escasez permanente de medicamentos, equipos clínicos, médicos, y transporte.
La mayoría de los vecinos del lugar trabajan en sus parcelas de tierra y lo que comen es arroz, frijoles y huevos (cuando los consiguen). “Aunque la alimentación no es variada la gente agradece que al menos pueden comer eso”.
Pero lo que más lamentan los vecinos del lugar es que allí no hay tiendas de venta por divisas que si bien es cierto venden a precios muy altos es donde único pueden adquirir artículos de primera necesidad como el jabón, y detergente, entre otros.
Las carencias y el abandono no son solo en el barrio San Diego, en todo Bahía Honda se observa el mismo cuadro de pobreza dijo el joven que califica la situación como "vivir en la época medieval”.
Una vecina dijo "parece mentira que estemos en el siglo XXI y continuemos viviendo como aborígenes", relató el comunicador.
El municipio de Bahía Honda con más de 45 mil habitantes pasó a formar parte de la provincia de Artemisa con la última división política administrativa hecha por el gobierno cubano. La transportación para llegar o salir del poblado es otro de los serios problemas que deben enfrentar tanto los residentes del lugar como los visitantes.
La Empresa de Transporte no posee vehículos para trasladar a los pobladores, los ómnibus que alguna vez existieron están abandonados y rotos sin esperanza de ser arreglados, en la Unidad Empresarial de Base (UEB) de transporte del municipio. Los que encuentran algún medio para viajar tienen que subirse en los carros que “no tienen barandas para sujetarse y la gente va amontonada”.
Verdecia de 19 años de edad e integrante de la Red Cubana de Comunicadores dijo a Martinoticias que el nexo entre la Habana y la zona costera norte en el occidente de Cuba es la opción más directa para llegar a Bahía Honda, pero al recorrerla se observa el contraste entre la ‘vieja y nunca reparada carretera central’ y la otra recién reconstruida y en buenas condiciones que llega hasta el Mega puerto de El Mariel”.
"La que va para Mariel es excelente y por ahora solo pueden circular los carros con personal autorizado", apuntó.
Sin embargo el comunicador confiesa que el otro panorama que le impresionó mucho más lo encontró a pocos kilómetros de allí, en la localidad de Bahía Honda y en el barrio donde vive su familia.
Los residentes de esa región se autodefinen como “los pobladores del fin del mundo” y todo se debe a las pésimas condiciones de vida en que viven “casi todos”.
Las viviendas en su mayoría son de madera y el piso es de tierra, dijo el joven conmovido por el grado de abandono y penuria de cientos de familias que enfrentan la escasez permanente de medicamentos, equipos clínicos, médicos, y transporte.
La mayoría de los vecinos del lugar trabajan en sus parcelas de tierra y lo que comen es arroz, frijoles y huevos (cuando los consiguen). “Aunque la alimentación no es variada la gente agradece que al menos pueden comer eso”.
Pero lo que más lamentan los vecinos del lugar es que allí no hay tiendas de venta por divisas que si bien es cierto venden a precios muy altos es donde único pueden adquirir artículos de primera necesidad como el jabón, y detergente, entre otros.
Las carencias y el abandono no son solo en el barrio San Diego, en todo Bahía Honda se observa el mismo cuadro de pobreza dijo el joven que califica la situación como "vivir en la época medieval”.
Una vecina dijo "parece mentira que estemos en el siglo XXI y continuemos viviendo como aborígenes", relató el comunicador.
El municipio de Bahía Honda con más de 45 mil habitantes pasó a formar parte de la provincia de Artemisa con la última división política administrativa hecha por el gobierno cubano. La transportación para llegar o salir del poblado es otro de los serios problemas que deben enfrentar tanto los residentes del lugar como los visitantes.
La Empresa de Transporte no posee vehículos para trasladar a los pobladores, los ómnibus que alguna vez existieron están abandonados y rotos sin esperanza de ser arreglados, en la Unidad Empresarial de Base (UEB) de transporte del municipio. Los que encuentran algún medio para viajar tienen que subirse en los carros que “no tienen barandas para sujetarse y la gente va amontonada”.