El reguetonero cubano Candyman, cuya popularidad aglomeró multitudes de fanáticos en toda Cuba, principalmente en Oriente, decidió enfrentar al poder con su música y se declara en "guerra contra la dictadura".
Rubén Cuesta Palomo, de 39 años, es considerado precursor del "cubaton", la versión cubana del ritmo reguetón.
Es un artista tan popular que una leyenda urbana cuenta que
Tego Calderón, el artista boricua considerado un verdadero gurú del género, llegó a Santiago de Cuba preguntando por él.
Candyman, también conocido como "El Rey de la Tarima", reconoce que su música "pegó" en Cuba y que las autoridades lo ven como una persona que mueve a las multitudes y que "por eso no lo pueden tolerar".
En una entrevista concedida a Martí Noticias, Candyman denunció cómo ha sido silenciado y apartado de los escenarios que antes abarrotaba. Cree que la Seguridad del Estado está detrás de todo.
Las más recientes acciones en su contra ocurren luego que activistas del grupo opositor Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) usaran su canción "Grito de Paz" en un audiovisual.
"Ellos (los agentes de la Seguridad del Estado) inmediatamente me citaron para que rindiera explicaciones de eso y les dije voy a averiguar", explicó a Martí Noticias.
Más tarde supo que se usó esa música en un video y, entonces, le dijo a la Seguridad del Estado "que sí, que su hermanastro Leonardo Pérez Franco, activista de UNPACU, había usado esa canción y que eso no era un secreto".
"Pero comenzaron a exigirme que yo declarara que no aceptaba que se usara mi canción. Y les puse como condición hacerlo en una reunión de directivos de cultura con artistas santiagueros que, dicho sea de paso, casi todos tenemos muchas inconformidades.
En la reunión les dije que eran demagogos, corruptos y decidí declararles la guerra total, que en mi caso es a través de la música", explicó el reguetonero.
Como consecuencia, en enero fue expulsado de la Empresa Provincial de la Música Miguel Matamoros.
Ahora prepara temas de más contenido político, a diferencia de sus éxitos anteriores que giraban sobre lo sensual y el doble sentido, dijo Candyman a Martí Noticias:
"Los nuevos números están concentrados en lo que es una dictadura. A partir de ahora no son comerciales, son de corte político".
Y precisa: "Para que todos sepan que este santiaguerito tiene
mucho que decir contra el poder".
Candyman pidió a Martí Noticias que "no deje de poner sus opiniones y sus reacciones porque ellos –la Seguridad del Estado– oyen la emisora y quiero que escuchen todo lo que tengo que decir".
Candyman alcanzó reconocimiento internacional por éxitos como "A una loca como tú", "La cosita", "Ponte la moda" o "Bayu Baye", "El bicho", "Dame tu tocoto", "Detente, corazón", "La cucaracha" y "Llámame".
Revolucionó parte del gusto popular en la pasada década cuando fusionó de forma original sonidos locales con el rap, hip-hop y reggae, de influencia jamaicana, y se convirtió desde el final de los 90 en inédito exponente cubano del raggamuffin (el ragga).
Pero, a pesar de ese respaldo popular y la admiración de sus fans, las autoridades cubanas no lo "ven" igual y se han pasado la vida "barajándome" para no abrirme espacios en los medios de prensa, dijo el reguetonero desde su ciudad natal, Santiago de Cuba.