El general Raúl Castro adereza y disfruta el morbo de los interesados en el tema cubano con vistas al 2018. Tanto o más, que los espectáculos de gladiadores al inicio de los juegos en el Coliseo de la Antigua Roma.
"Para ver claro - escribió el genio francés Antoin de Sant Exipery -, basta con cambiar la dirección de la mirada". El general de ejército llegará (si es que llega) al 24 de febrero de 2018 con la salud delicada y 86 años de edad. O sea, superando por mucho los años, son 65, establecidos como límite de edad para la jubilación, según Ley No. 105 de la Seguridad Social. Por cierto, y a modo de comentario insidioso e incidental, según lo reglamentado por dicha resolución y su escala progresiva que combina tiempo de trabajo y salario devenido, Raúl se jubilaría cobrando 1000 pesos, moneda nacional, mensuales. No sé cómo va a mantener los gastos de La Rinconada y del elegante chalet que se está construyendo en Holguín.
En fin, regresemos al tema inicial. Un atolondrado sibilino llamó la atención de muchos diciendo que "Raúl Castro podría ser reelecto en el 2018" y, Mariela, la hija sexóloga del actual dictador, destrozó el condón y aumentó las expectativas asegurando que “no habrá más Castros en el poder en Cuba”.
Vayamos por partes…dijo Jack el destripador. Entre los acuerdos del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, (Abril 2016), se estableció ajustar a dos períodos consecutivos de 5 años el desempeño de los “cargos políticos y estatales fundamentales” (entiéndase Comité Central, Secretariado y Buró Político), establecer 60 años como límite para miembro del Comité Central, y hasta 70 para desempeñar cargos de dirección en el partido. En esa misma fecha, Raúl, con maña y algo de chiste, dijo desde la tribuna “el que esté por ahí y tenga 70 años, sabe que no ingresará al Comité Central en el próximo Congreso”.
Dioses, políticos y sinvergüenzas; cuál es la diferencia. La idea era ganar tiempo para preparar, sin improvisar y mucho menos precipitar, reservas de cuadros confiables para asumir en un futuro cercano las tareas del partido, el estado y el gobierno; pero el futuro llegó convertido en boomerang porque, según lo acordado, no solo Raúl Castro quedaría excluido.
El inventario por caducidad incluye a: José R. Machado Ventura (88), Esteban Lazo Hernández (74), Ramiro Valdés Menéndez (86), Ricardo Cabrisas Ruíz (81), Ramón Espinosa Martín (79), Leopoldo Cintra Frías (77), Álvaro López Miera (75), y una lista de ancianos, menos conocidos, que se desempeñan en cargos fundamentales del Estado y el Gobierno.
El reto mayor del elegido será aprender a controlar el ejército y la estructura civil del poder, el partido.
Es cierto, la situación geopolítica mundial ha cambiado para Cuba. En Venezuela, Maduro se pudre, y en Estados Unidos, un gobierno que no se acerca, pero tampoco se aleja, crea incertidumbre en la estabilidad nacional.
Pero si el general desiste en lo prometido, algo absurdo e improbable, dejar su escaño el próximo año, generaría un vacío de confianza y una lucha de poder incluso sin pretenderlo. No tengo dudas, se irá. Como también, por salud y por almanaque, entregará el cargo de Primer Secretario del PCC antes del Congreso de abril del 2021.
El anuncio de Mariela, al bajarse de esa lista de posibles candidatos a la presidencia de Cuba, es un simple detalle oportunista con el que pretende abrir paso a su lengua para, y por si acaso, sentar bases con el continuador. Sabe que resbalar y mostrar lealtad prematura a la persona equivocada, pudiera representar una carga pesada. El Buró Político está integrado por los hombres más influyentes de Cuba, todos con ambiciones políticas, no es difícil entender que al faltar Raúl Castro del escenario de poder, los miembros de la familia Castro quedarán en un punto flácido, o de poca consistencia. No todas las aventuras terminan como uno quiere.