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Abogado cubano envía carta abierta a Miguel Barnet, presidente de la UNEAC


Miguel Barnet (I) junto a Miguel Díaz-Canel durante organización del VIII Congreso de la UNEAC.
Miguel Barnet (I) junto a Miguel Díaz-Canel durante organización del VIII Congreso de la UNEAC.

Tanto la UNEAC como varios intelectuales se han pronunciado sobre el tema de la discriminación pero el debate se ha centrado únicamente en las discriminaciones racial y sexual y no se mencionan otras como la social y la política, también practicadas en nuestro país.

El abogado y miembro de la Corriente Agramontista, Roberto de Jesús Quiñones Haces, ha publicado una carta abierta que enviara a Miguel Barnet Presidente de la UNEAC, institución cultural de la que ha formado parte por varios años.

Guantánamo, 1 de febrero del 2014

Miguel Barnet
Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
La Habana.

Nancy Morejón
Presidenta de la Asociación de Escritores del Comité Nacional de la UNEAC
La Habana

Estimados poetas:
No pienso asistir a la asamblea de balance del Comité Provincial de la UNEAC en esta provincia, la cual deberá celebrarse previamente al octavo congreso de la organización. Por tal razón he decidido hacerles llegar mi opinión sobre un tema que estimo trascendental. También, y amparado en lo establecido en el art. 5 de los Estatutos de la UNEAC, les informo sobre la represión que continúo recibiendo como ciudadano.

I
En estos últimos meses tanto la UNEAC como varios intelectuales se han pronunciado sobre el tema de la discriminación pero el debate se ha centrado únicamente en las discriminaciones racial y sexual y no se mencionan otras discriminaciones como la social y la política, también practicadas en nuestro país.
La Constitución de la República de Cuba establece en su artículo primero: “Cuba es un estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana”. Al propio tiempo, el art. 41 establece: “Todos los ciudadanos gozan de iguales derechos y están sujetos a iguales deberes”; por su parte el art. 42 señala: “La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley”.

Partiendo de estos preceptos de nuestra Constitución-que es el documento más importante del país-considero que existe incongruencia entre lo que en esos artículos se consigna y lo que se practica. En primer término estoy convencido de que en Cuba no ha habido ni hay socialismo. El propio Fidel Castro, en la década de los años ochenta del pasado siglo dijo; ¨ ¡Ahora sí vamos a construir el socialismo! ¨, expresión que entonces hizo preguntarme qué era lo que habíamos estado construyendo durante más de un cuarto de siglo. También Fidel Castro, el día 17 de noviembre del 2005, reconoció públicamente lo siguiente: ¨Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años; entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo”. Ambas frases reflejan de forma inequívoca el voluntarismo, la improvisación y la ausencia de un sostén teórico sólido en la construcción del proyecto que los máximos dirigentes cubanos insisten en llamar socialista y que ha terminado en un gobierno totalmente desentendido de las más urgentes necesidades y los anhelos democráticos del pueblo. Mi opinión es que ni en Cuba ni en el mundo ha habido socialismo sino dictaduras autocalificadas como socialistas, de un hombre, de un grupo de hombres o de un partido impuesto a la sociedad sin someterse jamás al voto libre y secreto de la población. También quiero dejarles claro que no puedo considerar socialista a un proyecto que lejos de aportar nuevas libertades elimina las que habían sido logradas en el sistema precedente. El socialismo, según mi humilde opinión, si es un sistema superior al capitalismo, tiene que ser más libre y respetuoso del individuo que aquél, amén de aportar otras ganancias esenciales, algo que no avizoro en modo alguno en nuestro proyecto ni en los que quedaron sepultados por la ineficacia, el desprestigio y la intolerancia.
Nuestra Constitución, en ese artículo primero, asegura que nuestro país ha sido organizado con todos y para el bien de todos. Hasta ahora eso ha sido una quimera y no se constatan pasos concretos para que ese sueño martiano comience a hacerse realidad. Nuestro país está organizado para que todos los que apoyan a los dirigentes y al partido único se impongan a los demás cubanos que creen en otro camino para la patria, incluyendo a quienes teniendo ideas socialistas desean que realmente haya socialismo en Cuba. Quienes disienten reciben cotidianamente mítines de repudio, acoso y hostigamiento, exclusión, golpizas, detenciones arbitrarias y cárcel. Esa práctica no tiene ningún respaldo en el pensamiento martiano ni nada que ver con el socialismo. Dice ese artículo que Cuba es una república democrática para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana y los cubanos lo único que podemos hacer democráticamente es elegir al delegado del Poder Popular en la circunscripción, persona que una vez electa carece de poder real y muy poco puede hacer porque depende de una estructura de poder vertical que lo decide todo. De nada vale que un ciudadano pueda ejercitar el derecho de queja o emitir opiniones si la queja no es atendida con seriedad y sus opiniones no son tenidas en cuenta como ha ocurrido con los planteamientos de orden político que se hicieron luego del discurso de Raúl Castro el 2006 en Camagüey. Fernando Martínez Heredia escribió hace ya más de veinte años que sería un error estratégico priorizar las reformas económicas sobre los cambios políticos, precisamente lo que se ha hecho. No puede haber libertad política si la sociedad civil no tiene garantizado el derecho de asociación, de palabra y de prensa, si no puede elegir a sus gobernantes, incluido el presidente entre varias opciones y si no se le permite a todos los ciudadanos exponer públicamente su proyecto de nación. Quizás el gobierno cubano cuente con el apoyo mayoritario de la ciudadanía-algo que habría que constatar con elecciones libres y multipartidistas-pero aún respaldado por el 99 % de la población eso no le da derecho a impedir que el 1 % que no lo apoya sea discriminado y no tenga garantizados los mismos derechos y libertades que el 99% que lo respalda. Eso existe hoy en Cuba, es discriminación política y constituye una práctica abominable en pleno siglo XXI.

Estas incongruencias demuestran claramente como nuestra Constitución es incumplida por el partido y el gobierno que la elaboraron y promulgaron. Concomitantente con esto nuestros principales gobernantes reiteran ante la opinión pública internacional que el mundo tiene que respetar la multipolaridad, ser tolerante con lo diferente- es decir, con el gobierno suyo- pero ese discurso no lo aplican a nuestra realidad interna donde esa parte de la diversidad que es diferente no tiene garantizadas las vías institucionales que le permitan ejercitar sus derechos. Esa es otra incongruencia denunciada oportunamente por Rosa Luxemburgo en sus cartas a Lenin-una deuda sempiterna de nuestras editoriales- y que todas las dictaduras autocalificadas como socialistas han practicado.

Yo no creo que para ser un buen ciudadano y un patriota tenga que ser comunista a la usanza impuesta por el partido comunista cubano. Estoy convencido de que algunas de las causas de la crisis ciudadana que atraviesa nuestro país en todos los órdenes han sido la demonización sistemática de la etapa republicana anterior a 1959 e implantar un experimento social y político ajeno a la naturaleza y tradiciones de nuestro país y a las del mundo occidental al que pertenecemos.



II
Ahora voy a abordar la parte que me resulta más difícil pues se refiere a asuntos personales. Ya lo hice una vez ante ustedes aunque jamás recibí siquiera un Acuse de recibo de vuestra parte. Les aseguro que nunca más voy a molestarlos con expresiones de esta naturaleza y les confío que si lo hago ahora es porque aún creo en ustedes como seres sensibles.

Conozco los riesgos que corro al expresarles estos sentimientos pues no soy vuestro amigo ni tengo amistad con nadie en el Comité Nacional de la UNEAC, pero no puedo callar ante la actitud asumida por el señor Jorge Núñez Motes, presidente del Comité Provincial de la UNEAC, la que ha tenido su culmen en la reunión de la Comisión de Cultura y Sociedad celebrada el pasado viernes 31 de enero, en la que expresó que soy un malagradecido, cuando ni él ni la UNEAC han adoptado jamás una digna actitud ante mis reclamos para que se cumpla en mi persona lo que nuestra Constitución afirma que son derechos para todos los cubanos. Debo hacer una breve relatoría de hechos para fundamentar esta opinión:
En 1999 fui enviado de forma ilegal e injusta a la cárcel, acusado y sancionado por el “gravísimo” delito de haber coadyuvado a la compra venta de una vivienda. Por ese “gravísimo” acto, que no cometí ni pude haber cometido pues no trabajaba en la Dirección Municipal de la Vivienda sino en el Bufete Colectivo, fui sancionado a ocho años de privación de libertad y enviado a una cárcel inmunda, no a las que aparecen en los noticieros de la televisión cubana, a la real que el pueblo cubano desconoce, donde pasé 4 años, ocho meses y doce días. Extinguí totalmente la sanción el 31 de diciembre del 2006. Desde entonces he solicitado trabajo como Abogado en varias instituciones y en el Bufete Colectivo, pero para el gobierno que afirma que nadie será excluido ni olvidado, para el gobierno de la Constitución que afirma en su artículo 42 que está proscripta cualquier discriminación yo no soy sujeto de dichos derechos, porque me ha negado sistemáticamente la posibilidad de ejercer como abogado, siendo los principales responsables de esto el MSc. Ariel Mantecón Ramos, Presidente de la Junta Directiva Nacional de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos y la Dra. María Esther Reus, Ministra de Justicia, ambos Diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Esta señora, que ha ido al Consejo de Derechos Humanos para afirmar que en Cuba si se respetan esos derechos es la misma que me niega el acceso al trabajo en un país donde el ejercicio de la abogacía está controlado por el Estado. El colmo de la actitud represiva del Ministerio que encabeza esta señora lo ejemplifica este hecho: Desde el 2010 la Iglesia Católica de Guantánamo me pidió que realizara un asesoramiento jurídico en la Casa Parroquial de Guantánamo para ayudar a las familias de los presos que carecen de recursos para nombrar un abogado del Bufete Colectivo, servicios que desde entonces estoy prestando de forma gratuita todos martes entre las 3 pm y las 5 pm. Pues bien, el viernes 31 de enero me notificaron un documento procedente de la Dirección Provincial de Justicia en el que se me comunica que por indicaciones del MINJUS se ha iniciado en mi contra un expediente para cancelar o suspender mi inscripción en el Registro de Juristas, requisito indispensable para poder trabajar como abogado. Es decir, no les ha bastado negarme por doce años consecutivos el derecho a trabajar como Licenciado en Derecho sino que ahora pretenden-y claro que lo harán-privarme hasta de dicha posibilidad pues al eliminarme del registro es como si mi título también estuviera invalidado.

El 24 de marzo del 2004 remití una carta al Sr. Carlos Martí Brenes, entonces Presidente de la UNEAC y a Francisco López Sacha, Presidente de la Asociación de Escritores, dando a conocer la discriminación de que era objeto y como fui excluido de la Feria Internacional del Libro del año 2004 luego de que se me había encomendado impartir una conferencia sobre Carilda Oliver Labra. Nunca me respondieron qué ocurrió y a pesar de haber requerido varias veces a Jorge Núñez para que me ofrezca una respuesta sobre lo ocurrido nunca lo ha hecho.

El 24 de diciembre del 2007 escribí a Sergio Corrieri Hernández, Presidente de la Comisión Organizadora del VII Congreso de la UNEAC. Entonces desconocía que Sergio estaba enfermo pues de haberlo sabido no le habría escrito. Sin embargo, algo que recuerdo con gratitud es que Sergio sí me respondió diciéndome que había leído con atención mi carta y que la había trasladado al señor Alex Pausides, Presidente de la Asociación de Escritores y de la Comisión de Reclamaciones de la Comisión Organizadora del VII Congreso de la UNEAC. Alex Pausides jamás me respondió.
Desde el 2004 presenté un libro de poesía en la Editorial Unión de la UNEAC, el cual fue aprobado. Doce años después el libro continúa sin ser publicado y otras personas publican cada año sus libros en la misma editorial y en la de esta provincia de Guantánamo, donde desde su revista cultural he sido atacado con la anuencia del señor Jorge Núñez Motes quien también permitió que no se publicara mi respuesta.
Otro hecho que indica la oposición entre lo que proclama la Constitución de la República y la práctica del gobierno es éste: El Dr. Regino Rodríguez Boti y este suscribiente decidieron hacer una revista digital de cultura y sociedad que lleva por nombre “Arabescos de Guantánamo”, en homenaje al poeta, historiador, periodista y artista plástico Regino E. Boti. En noviembre presentamos en el patio de la casa natal del poeta el número correspondiente a octubre del 2013, situado en la red, y ya tenemos listo el del bimestre noviembre- diciembre y casi terminado el de enero de este año, dedicado a José Martí. Más allá de nuestras carencias y de los defectos que pueda tener la publicación, que hacemos sin recibir dinero de nadie pues carecemos de financiamiento, creo que ha sido un valioso intento de tratar de reflejar nuestra sociedad tal cual es y de fomentar el diálogo en una provincia carente de espacios de debate. Nuestro objetivo fue y es ese, no otro. Pero de inmediato los intolerantes de siempre levantaron sus dedos acusadores porque nos atrevimos a hacerlo sin su permiso. El señor director provincial de Cultura, Arturo Valdés Curbeira, nos calificó de contrarrevolucionarios y en una reunión que éste tuvo con varios escritores de la provincia y personas vinculadas al Centro Provincial del Libro y la Literatura dijo que quien colaborase con nuestra revista sería expulsado del sector cultural. Obviamente, de inmediato varios intelectuales nos pidieron que no publicáramos sus trabajos.

De esto hablé el viernes 31 de enero pasado en la reunión de la Comisión de Cultura y Sociedad y al final Jorge Núñez le concedió la palabra al señor Valdés Curbeira quien, aunque dijo que no iba a responder a mis palabras hizo todo lo contrario. En el colmo del cinismo este señor dijo que me quería y estimaba, lo cual me hizo recordar el famoso bolero cuya letra dice: “Tú tienes una forma de querer un poco extraña”. Junto con esas expresiones usó otras para colocarme ante el auditorio como un mentiroso, un auditorio en el que apenas había 6 miembros de la UNEAC pues estas reuniones se han hecho sin publicidad alguna y sin invitar a los miembros de la organización aunque sí a muchas personas de otros sectores. Ante esto, cuando terminó de hablar, me levanté y pedí a Jorge Núñez que me concediera la palabra, lo que me negó rotundamente, diciendo que yo tenía que respetarlos, como si pedir el derecho de réplica fuera irrespetuoso. En realidad Núñez usó el tono autoritario que ha impuesto en el Comité Provincial de la UNEAC desde que ocupa ese cargo y una vez más demostró que entre la opción de decidir por los derechos de un miembro de la organización y la verdad de un lado-pues Núñez sabe muy bien que es cierto que Curbeira hizo esas declaraciones en la mencionada reunión-y la fuerza del poder por otro, él siempre va a optar por ésta. No lo censuro por eso, yo no soy su amigo ni un dócil asalariado del pensamiento oficial, presupuestos muy necesarios para afianzarse hoy en el mundo de la cultura guantanamera, y sobre todo en la UNEAC de esta parte del país. También sé que se requiere tener un alma muy grande para arriesgarse a perder un auto a su disposición, viajes a La Habana y al extranjero y otras ganancias por alguien que siempre dice la verdad de frente y es mirado por el poder como un enemigo. Así que ante la imposibilidad de expresar mi opinión sobre lo dicho por el señor director provincial de Cultura me levanté y salí del local.

Antes de salir del local escuché decir a Núñez que yo era un malagradecido porque él me había ido a ver a la prisión y que Ud., Miguel Barnet, no podía hacer nada para que yo recuperara mi trabajo de abogado, entre otras cosas. Considero que si Ud., Miguel Barnet, como presidente de la UNEAC, Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, no puede hacer nada para que se cumpla la Constitución de la República en el caso de un miembro de la organización que preside, el país está peor de lo que pensé hasta ahora.
No me voy a extender más sobre otros sucesos, pero les digo que tengo pruebas documentales fehacientes y muy concretas que demuestran que Jorge Núñez tiene –al menos en mi caso- demasiado miedo para mostrar solidaridad conmigo y defender mis derechos como miembro de la UNEAC, que es la responsabilidad que le imponen los estatutos de la organización. Este Jorge Núñez es el mismo que me ha denegado tres proyectos de espacios fijos en la UNEAC, el mismo que el día miércoles 14 de noviembre del 2012 me citó en presencia de Ana Luz García Calzada, Vice presidenta de la UNEAC en la provincia, y me dijo que yo estaba perjudicando al Comité Provincial por escribir para Cubanet, insinuándome que no podía seguir en el Comité Provincial de la UNEAC. Entonces le recordé que yo no era miembro de ese comité, que si presidía la Comisión de Economía de la Cultura fue porque él me lo pidió pero que si ése era el problema renunciaba, como lo hice mediante escrito que le entregué personalmente al día siguiente. ¿Qué hizo después Jorge Núñez para explicar mi ausencia a las reuniones del comité provincial? Sencillamente dijo que era por decisión personal, omitiendo que mi salida se debió a su criterio de que yo los perjudicaba. Esa es la doblez establecida en Cuba debido a la cobardía política que permea a toda nuestra sociedad.

Jorge Núñez que conoce muy bien lo que dijo Valdés Curbeira sobre la revista Arabescos de Guantánamo y sobre el Dr. Regino y mi persona y nada ha hecho para esclarecerlo. El mismo que sabe que una periodista del periódico Venceremos, la Srta Lilibeth Alfonso, en contra de toda ética, publicó en su blog un artículo ponzoñoso en contra de mi persona, titulado “El farsante” , y tampoco ha hecho nada al respecto.
Si les he escrito esto es porque considero importante informárselo para adoptar una decisión definitiva con respecto a la UNEAC y porque, como expuse precedentemente, no pienso participar en la reunión de balance previa al congreso que debe celebrarse próximamente en Guantánamo. Lo hago de esta forma porque estimo que otros miembros de la organización deben conocer lo que me está ocurriendo. He oído rumores acerca de que la trampa para expulsarme de la UNEAC está bien concebida y les confieso que no me preocupa, es más, me sentiría complacido si con eso también expulsan de la UNEAC los silencios ominosos, la hipocresía y la falta de solidaridad.

Discúlpenme si mis palabras les han molestado. Si es así le pido sinceramente que me disculpen pues yo soy un hombre de contenidos, no de formas.

Les deseo muchos éxitos en la preparación del congreso y en sus vidas personales. Con todo respeto por ustedes y sus obras, Roberto de Jesús Quiñones Haces
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