Cuba descendió al puesto 41 en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2024, un punto menos que en 2023, revalidando su tendencia de obtener calificaciones cada vez más bajas en la nefasta lista, que cada año reporta Transparencia Internacional.
“Este sistema ha corrompido a la sociedad, hemos perdido todos nuestros valores, todo se ha ido destruyendo de una forma dolorosa. La corrupción es una necesidad, es una vía de sobrevivencia”, indicó el abogado camagüeyano Norges Galindo Buelga.
En este sentido detalló que dentro de cualquier esfera de la sociedad es prácticamente imposible eludir o no rozar la corrupción. En aspectos tan inexcusables como el de la supervivencia “no puedes adquirir alimentos si no acudes a mercados involucrados en la corrupción”.
“Si quieres comprar carne de res, tienes que comprarla a través de alguien que se la roba de una empresa cárnica o que mata una res”, burlando la ilegalidad del sacrificio de ganado mayor que en Cuba acarrea altas penas de prisión.
En el contexto regional, Cuba solo supera a Guatemala con 25 puntos, Paraguay, con 24, Honduras, 22; Haití, 16; Nicaragua, 14; Uruguay, 13 y Venezuela con 10.
El informe, publicado el martes, señala que "más de una cuarta parte de los países en la muestra han obtenido sus puntuaciones más bajas hasta la fecha". Entre estos se encuentra Cuba.
“El mejor puesto de trabajo es en el que tú puedas luchar algo”, dijo Galindo Buelga en referencia al eufemismo comúnmente usado en Cuba de luchar por robar.
“Como no puedes vivir del salario, tienes que buscar otras alternativas y todas las otras alternativas en Cuba son delictivas o son constitutivas de algún acto corruptivo, por lo tanto, está vinculada a la corrupción”, explicó.
Transparencia Internacional, con sede en Berlín, Alemania, comentó en su informe, acerca de la "debilidad y opacidad del Poder Judicial” en la región latinoamericana.
Al respecto, el jurista cubano se refirió a la corrupción en el Sistema de Justicia de la Isla. “Los tribunales son corruptos. Puedes lograr con dinero cambiar tu sanción, que se te disminuya o que te cambien el delito. Incluso puedes hasta no ir a juicio si sabes dónde poner el dinero, si tienes los contactos correctos”.
En el sector público, los funcionarios utilizan sus puestos de trabajo para obtener beneficios personales: “Quieres hacer algún trámite, tienes que, obligatoriamente, usar algún mecanismo corruptivo, pagar o hacer algún regalo para que puedas obtener un resultado a tu trámite”, apuntó.
Algunas de las variables para determinar el índice son los niveles de soborno, el desvío de fondos públicos, los funcionarios que utilizan su cargo público para obtener beneficios privados, excesiva burocracia en el sector público y nombramientos nepotistas en la función pública.
“La corrupción en Cuba es un mal endémico del propio sistema que se aviene a los poderes que les dan a determinadas figuras que cumplen, por encima de todas las cosas, con la lealtad al sistema político”, destacó el periodista independiente Rolando Rodríguez Lobaina, desde Baracoa, Guantánamo.
“Cómo la lealtad al sistema político es una prioridad, de aquí vienen estos casos, personas que los ubican en determinadas esferas de poder y que desvían fondos, ya sean jefes de empresas, figuras de los gobiernos locales, en las provincias, los municipios. Incluso estas personas llegan a alcanzar poder en el Parlamento y se benefician de ese mismo poder”, añadió.
Entretanto, se intensifican la pobreza y la desigualdad, se desmontan viejas políticas de beneficio social, se favorece el tráfico de influencias, el nepotismo y en ello se vinculan familias de la elite política, instituciones y fuerzas militares y los funcionarios en diversos niveles, puntualizó Rodríguez Lobaina.
Galindo Buelga consideró que si bien, cada cierto tiempo, la población cubana asiste a la defenestración de algún alto dirigente, tal hecho está siempre relacionado con el grado de incomodidad que haya generado en los cargos más altos.
“Los órganos superiores prácticamente no tienen ningún tipo de control. El Estado es incontrolable, la lucha entre ellos [los dirigentes de la cúpula de poder] es lo único que más o menos hace de controladora”.
“¿Cómo se explica que los hijos y nietos de los altos dirigentes, que han pasado toda su vida trabajando para el Estado, puedan viajar por todo el extranjero en jets privados, carros lujosos? Vemos la corrupción a todos los niveles”, subrayó.
La corrupción dentro de las instituciones cubanas y en las filas del Partido Comunista de Cuba (PCC) aunque innegable, se maneja con altos grados de secretismo que tratan de evitar la difusión de “conductas distorsionadas” que lejos de ser hechos aislados constituyen la generalidad.
El IPC clasifica a 180 países y territorios según el nivel de percepción de corrupción en el sector público en una escala de cero (muy corruptos) a cien (muy "limpios").
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