A seis días de haberse derrumbado desde el tercer piso la escalera de acceso a un edificio de 10 plantas en la esquina de San Miguel y Amistad, en Centro Habana, los vecinos se niegan a abandonar sus apartamentos.
Desde el pasado martes, en que se desplomó la escalera, las autoridades pusieron por afuera una especie de “winche” en las paredes del edificio para que los vecinos puedan salir, pero el resultado es que “pocos lo han hecho”, dijo a Martí Noticias el periodista independiente Mario Hechavarría.
La gente no se quiere ir, se han “atrincherado”, y según Hechavarría lo hacen para no dejar sus casas solas.
”Solo baja un integrante de la familia” a buscar lo perentorio, pero el resto se queda allí, e incluso hay niños que no están asistiendo a clases, precisó.
La opción que les ha ofrecido el gobierno a los damnificados es irse para una antigua escuela en Quivicán, pero“no fue bien acogida”, porque la mayoría de los residentes trabajan en La Habana, y tendrían que trasladarse diariamente de muy lejos, señaló Hechavarría.
Lo que exigen los vecinos de ese edificio es que les faciliten algunas viviendas de las que están construyendo ahora en la capital, aseguró el reportero Serafín Moran, quien dijo que “en La Habana hay casas en construcción, pero son para las militares, la policía, las FAR, y no para la población civil”.
El edificio de 10 pisos fue declarado en peligro de derrumbe desde hace más de 40 años. La autoridades de Vivienda habían sido alertadas del peligro de que la escalera del edificio sufriera un derrumbe, y los vecinos habían pedido que también repararan varios apartamentos, aseguró Morán.
(Con la colaboración de Adriel Reyes)