La revista The Economist publica un análisis sobre el acuerdo entre Cuba y el Club de París para fijar en $15.000 millones lo que el Gobierno de Cuba le debe a ese grupo de acreedores. La cifra, un acumulado de lo que Cuba dejó de pagar desde que dejara de amortizar su deuda externa en 1986, incluye el capital, los intereses y penalidades.
La publicación británica observa que el acuerdo de Cuba con el grupo informal de 19 países acreedores que integran el Club de París no alcanzó a delinear un plan oficial para renegociar la deuda. Pero considera que solo el haber acordado una cifra marca un paso más en la integración de la isla a la economía mundial, tras del deshielo sin precedentes ocurrido en las relaciones con Estados Unidos.
El artículo recuerda que en los últimos años Cuba ha negociado acuerdos con varios países para reducir su deuda y extender sus plazos de pago. Una avenencia en 2013 con Rusia (un miembro del Club) para solucionar los más de $20.000 millones de la deuda contraída con la antigua Unión Soviética ayudó a allanar el camino para el acuerdo con el Club de París. El Gobierno cubano también ha llegado a arreglos similares con sus acreedores comerciales japoneses y alemanes, así como con China y México.
Las partes –continúa la nota– aún tienen que acordar la fracción de la deuda que será condonada, pero el acuerdo sobre lo debido a la antigua URSS (que desestimó el 90%) sugiere que Cuba sólo pagará una fracción de la cifra acordada de $15.000 millones.
Sin embargo, apunta, un obstáculo para un acuerdo final será el problema de la transparencia en los datos. Cuba no publica datos sobre sus reservas internacionales, las que considera secreto de Estado, y apenas algunos sobre su balanza de pagos. Es probable que el Club de París exija acceso a esos datos, basándose en su necesidad de contar con garantías sobre la capacidad de pago de La Habana antes de llegar a un acuerdo final.
The Economist calcula la deuda externa total de Cuba en $25.000 millones, de los que había estimado en $6.500 millones el total en atrasos (definido por el Gobierno cubano como "deuda inmovilizada"). Prevé que el acuerdo con el Club de París tendrá por lo tanto el impacto inmediato de elevar la deuda externa cubana; sin embargo, en el supuesto de que ambas partes lleguen a un acuerdo de reestructuración, la suma caería luego bruscamente.
La revista promete revisar su pronóstico teniendo en cuenta mayores entradas de financiamiento externo para Cuba a partir de 2017 (que posibilitarían a La Habana ofrecer como una de sus formas de pago bonos sobre los dividendos de las empresas estatales cubanas), y anticipa que, a largo plazo, la solución de la deuda resultará en tasas más firmes de crecimiento del PIB cubano.
En negociaciones con el Club de París en 2013, el Gobierno cubano propuso la condonación de una parte de su deuda, el pago de otra fracción en 10 años y cubrir el resto con bonos sobre las ganancias de las empresas estatales cubanas.