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The New York Times propone medidas para el sector privado en Cuba


Editorial del diario The New York Times sobre la economía cubana.
Editorial del diario The New York Times sobre la economía cubana.

El editorial de este lunes pide a la administración flexibilizar las sanciones con medidas ejecutivas, apoyar a los congresistas que desean comerciar con Cuba y dar instrumentos para el financiamiento de empresas privadas en la Isla.

Un extenso editorial del diario The New York Times, con casi 9.000 caracteres, analiza las reformas en Cuba tras el traspaso de poder de un hermano a otro en Cuba y hace recomendaciones a la administración de Obama para que apoye al naciente sector empresarial privado en la isla.

La historia se inicia con un recuento de la crítica de Raúl Castro al sector lácteo de la economía cubana, que hasta hacía unos meses dirigía su hermano, y el viaje de la leche desde la ubre de la vaca hasta el vaso del cubano es catalogado como ejemplo de "economía centralizada, que se encuentra entre las más disfuncionales y anómalas del mundo".

Y a partir del 2008, las autoridades inician "una serie de reformas que han permitido que sus ciudadanos comiencen a crear formas de sustento que no están completamente sujetas al control del Estado"; y la nota reconoce que "el ritmo ha sido vacilante, con mucho retroceso propiciado por la antigua guardia del Gobierno".

Para el The New York Times el final de los Castro es inminente, y esto coincide con el "intenso debate sobre el futuro de la economía del país". Por lo que consideran que la administración del presidente Obama, quien en opinión del diario "ha observado las reformas con escepticismo"; podría ayudar al cubano de la "creciente clase empresarial" cuando flexibilice más las sanciones con acciones ejecutivas.

Para el The New York Times el final de los Castro es inminente, y esto coincide con el “intenso debate sobre el futuro de la economía del país”

Otra forma de ayudar a flexibilizar las sanciones, dice el rotativo, es colaborando la Casa Blanca "con el creciente número de legisladores que apoyan la expansión de relaciones comerciales con Cuba" y sacando a la isla de la lista de naciones que apoyan el terrorismo. Como última recomendación, propone el que "los estadounidenses pueden proveer capital a las empresas independientes".

Con esas medidas, dice el editorial, daría instrumentos a los "cubanoamericanos que desean desempeñar un papel más robusto en la transformación económica de la isla" y "disminuiría la habilidad del Gobierno cubano de culpar a Washington por las deficiencias de una economía que está fallando a sus ciudadanos, principalmente como resultado de las políticas estatales".

The New York Times establece que debido al empeoramiento de la “crisis política y económica” de Venezuela, esta “podría forzar la eliminación de subvenciones a La Habana”

Una historia de Cuba en cinco párrafos sobre los últimos 60 años incluye los vínculos económicos de Cuba y Estados Unidos antes de 1959, y explica la visita de turistas estadounidenses a Cuba "por montones, atraídos por su proximidad, clima tropical y deleitante vida nocturna".

Castro, recuerda el editorial, "decomisó tierra y propiedades de empresas estadounidenses" e instauró "una economía retrógrada y lánguida, respaldada ampliamente por Moscú". El periodo especial tras la desaparición de la URSS y el campo socialista, las inversiones en la década de los noventa y la ayuda de Hugo Chávez a Castro se sintetizan en varias oraciones.

The New York Times establece que debido al empeoramiento de la "crisis política y económica" de Venezuela, esta "podría forzar la eliminación de subvenciones a La Habana". Y debido a la "precariedad de esa relación le ha dado más urgencia al debate sobre cuán rápido el Gobierno cubano necesita implementar las reformas que respaldó Raúl Castro".

Los robos en las empresas, devaluación del salario promedio, el éxodo de profesionales, el descenso de la tasa de natalidad y el aumento de la población en edad avanzada, son algunos de los elementos presentes en la economía cubana, manifiesta el diario.

Como éxito de las medidas adoptadas por Raúl Castro el diario expone "el crecimiento de una nueva clase de empleados del sector privado, actualmente casi 500.000"; quienes tienen que luchar "con la burocracia ante la imposibilidad de importar legalmente productos tan básicos como colchones y almohadas". El llevar artículos de Estados Unidos a Cuba es costoso y complicado, según The New York Times, "como consecuencia de las sanciones estadounidenses".

En relación a la nueva clase empresarial, al criterio del diario, hay una "actitud inconstante", pues aplauden la iniciativa pero ponen "trabas a los negocios particularmente exitosos, y obligando algunos a convertirse en cooperativas administradas conjuntamente con el Estado".

Entre las recomendaciones para Washington, el rotativo incluye el "apoyar el campo reformista (en Cuba) al facilitar que los empresarios cubanos obtengan financiamiento externo y formación empresarial" y para ello Estados Unidos debe abandonar lo que denomina "su política de cambio de régimen".

Y para que la sociedad cubana se abra, aunque "la transformación económica (…) está avanzando lentamente", la posición de Washington, dice el diario neoyorquino, "solo está ayudando a la antigua guardia".

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