Cuba y Estados Unidos celebraron hoy en La Habana una nueva ronda de su diálogo migratorio, en la que no hubo avances sustanciales. Las autoridades cubanas emitieron un comunicado de prensa, destacando que la reunión "analizó el estado de cumplimiento de los acuerdos migratorios vigentes entre los dos países, incluyendo las medidas emprendidas por ambas partes para enfrentar la emigración ilegal y el contrabando de emigrantes". Según el documento La Habana insiste en pedir el derogamiento de la política de "pies secos-pies mojados" y la Ley de Ajuste Cubano.
"La delegación cubana insistió nuevamente en que estos fenómenos no podrán erradicarse ni se podrá lograr un flujo migratorio legal, seguro y ordenado entre Cuba y los Estados Unidos, mientras no se deroguen la política de pies secos-pies mojados y la Ley de Ajuste Cubano", puntualizó la nota publicada en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de la isla.
Esa ley, vigente desde 1966, y la política de "pie seco/pie mojado", establecen que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse, mientras que los interceptados en el mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, son devueltos a la isla. Cuba sostiene que esas políticas suponen un obstáculo para un flujo migratorio controlado ya que estimulan la emigración ilegal, y ha ratificado su postura sobre el asunto a Washington en los diferentes encuentros migratorios sostenidos.
El comunicado divulgado hoy apuntó que La Habana también proporcionó "información actualizada" a Estados Unidos sobre sus nuevas leyes migratorias y sobre los acuerdos que en esa materia ha suscrito con otros países de la región. Con el encuentro celebrado este jueves ambos países reanudan sus conversaciones migratorias, cuya última edición tuvo lugar en Washington en julio del año pasado.
Al igual que en 2013, en esta ocasión el equipo cubano estuvo encabezado por la directora de EE.UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, mientras la delegación estadounidense fue liderada por el secretario asistente adjunto del Departamento de Estado, Edward Alex Lee.
Para mañana viernes está previsto que los funcionarios estadounidenses ofrezcan una conferencia de prensa sobre este diálogo, considerado uno de los intercambios políticos más importantes entre dos países que no tienen relaciones diplomáticas desde 1962.
La base del diálogo migratorio bilateral radica en los acuerdos migratorios de 1994 y 1995, por los que Estados Unidos y Cuba se comprometieron a mantener una inmigración "segura, legal y ordenada" y a revisar regularmente la implementación de esos pactos.
"La delegación cubana insistió nuevamente en que estos fenómenos no podrán erradicarse ni se podrá lograr un flujo migratorio legal, seguro y ordenado entre Cuba y los Estados Unidos, mientras no se deroguen la política de pies secos-pies mojados y la Ley de Ajuste Cubano", puntualizó la nota publicada en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de la isla.
Esa ley, vigente desde 1966, y la política de "pie seco/pie mojado", establecen que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse, mientras que los interceptados en el mar, aunque sea a pocos metros de la orilla, son devueltos a la isla. Cuba sostiene que esas políticas suponen un obstáculo para un flujo migratorio controlado ya que estimulan la emigración ilegal, y ha ratificado su postura sobre el asunto a Washington en los diferentes encuentros migratorios sostenidos.
El comunicado divulgado hoy apuntó que La Habana también proporcionó "información actualizada" a Estados Unidos sobre sus nuevas leyes migratorias y sobre los acuerdos que en esa materia ha suscrito con otros países de la región. Con el encuentro celebrado este jueves ambos países reanudan sus conversaciones migratorias, cuya última edición tuvo lugar en Washington en julio del año pasado.
Al igual que en 2013, en esta ocasión el equipo cubano estuvo encabezado por la directora de EE.UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, mientras la delegación estadounidense fue liderada por el secretario asistente adjunto del Departamento de Estado, Edward Alex Lee.
Para mañana viernes está previsto que los funcionarios estadounidenses ofrezcan una conferencia de prensa sobre este diálogo, considerado uno de los intercambios políticos más importantes entre dos países que no tienen relaciones diplomáticas desde 1962.
La base del diálogo migratorio bilateral radica en los acuerdos migratorios de 1994 y 1995, por los que Estados Unidos y Cuba se comprometieron a mantener una inmigración "segura, legal y ordenada" y a revisar regularmente la implementación de esos pactos.