Arrollado en toda la línea durante su visita del 2013 a Estados Unidos --perdieron los cinco juegos-- el equipo Cuba de béisbol inicia el miércoles, esta vez en la ciudad de Matanzas, el tope anual contra peloteros colegiales del país del norte.
Los estadounidenses conquistaron este domingo la Semana Beisbolera de Haarlem al batir 6-3 a la escuadra de Japón. Así el equipo de las barras y las estrellas vuela hacia La Habana con un récord de 18 victorias y tres derrotas al cabo de su preparación de verano (7-1 en Haarlem).
Veintiséis jovencitos han participado de este fogueo, solo seis de los cuales nacidos en 1993, así que cumplen 21 años en 2014. El resto es más inexperto, con el jardinero Christin Stewart como benjamín del grupo.
Stewart, que batea a la zurda, exhibe promedio de .394 en 20 juegos (26 hits en 66 turnos), con .652 de slugging gracias a sus 11 dobles y dos jonrones. El moreno de seis pies y 205 libras cumplirá en diciembre ¡17 añitos!.
EN DOS PROVINCIAS
El duelo Cuba-EE. UU. incluye dos partidos en Matanzas (23 y 24 de julio) y tres en Pinar del Río, del 25 al 27. Resulta por lo menos sospechoso el desplante al gran estadio de La Habana: ¿se busca que los visitantes no aprecien el deterioro del estadio Latinoamericano o subyace el temor a alguna manifestación política del público capitalino?.
Entonces, matanceros y pinareños verán en acción a una escuadra extranjera que tiene como su mejor arma el pitcheo. Sus tiradores exhiben efectividad de 1,25 y les batean apenas .151 en 194 innings; ofensiva y defensa muestran números más discretos: .283 al bate, con solo 10 jonrones, así como 27 errores al campo.
Aunque la selección nacional de Cuba continúa debilitándose --por si cruzar el charco fuera poca cosa, resulta que el mismísimo gobierno inició este año una discreta exportación de peloteros hacia Japón-- la juventud que prima en el elenco yanqui no parece insinuar que logren otro fácil triunfo sobre los antillanos.
Según el sitio web del béisbol en la isla, Alfonso Urquiola dirigirá al plantel cubano, con otro ex estelar jugador, Víctor Mesa, como “jefe técnico de la preparación”. Es una decisión salomónica, porque Víctor fue nombrado manager de Cuba por cuatro largos años.
O Urquiola se limita a dar la cara, mientras Mesa dirige entre bambalinas, o el dugout de Cuba será escenario de una rivalidad tal vez más mediática que la pactada para el terreno.