En un ejemplo de lo espinoso que puede ser el camino de la normalización de relaciones con Cuba que se ha propuesto el presidente Barack Obama, un importante medio oficial cubano acaba de desairar las intenciones de Washington de negociar con La Habana la extradición de los fugitivos de la justicia estadounidense refugiados en la isla.
Mientras las partes tratan de ponerse de acuerdo para dar seguimiento a las primeras charlas sostenidas en enero para la reapertura de embajadas, tras más de 50 años de confrontación, el diario Trabajadores reproduce un artículo firmado por Manuel E. Yepe, profesor asociado del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de Cuba Raúl Roa.
Yepe no sólo aborda el tema de los fugitivos, sino que se centra en la primera y única mujer que figura desde 2005 en la lista de los 10 terroristas más buscados por la Oficina Federal de Investigaciones, FBI. Joanne Chesimard, quien usa actualmente el nombre de Assata Shakur, fue condenada en Estados Unidos por el asesinato del patrullero estatal de Nueva Jersey Werner Foerster, y luego escapó de la cárcel y huyó a Cuba.
En el trabajo de Yepe, originalmente publicado en el portal pro castrista español Cubainformación, es presentada como "Una esclava fugitiva del siglo XX". Los esclavos fugitivos o cimarrones forman parte de la mitología revolucionaria de la rebeldía en Cuba.
El autor cita extensamente una carta a la prensa publicada en diciembre pasado en la que Joanne Chesimard, miembro en el momento del crimen del radical Ejército Negro de Liberación (Black Liberation Army), asegura que no mató a Foerster sino que este fue alcanzado por una bala al suscitarse un tiroteo cuando un compañero del patrullero les ordenó a ella y otros dos militantes arrimar su auto a la orilla de la autopista Turnpike de Nueva Jersey, en la madrugada del 2 de mayo de 1973.
A sangre fría
La versión del FBI de Newark, Nueva Jersey, es bien distinta y sostiene que Foerster fue ultimado al estilo de una ejecución y que Chesimard fue la primera en disparar:
"El 2 de mayo de 1973, Chesimard y dos cómplices fueron detenidos en la autopista Turnpike de Nueva Jersey por los patrulleros estatales James Harper y Werner Foerster, debido a una violación de las normas para vehículos de motor. Los tres sujetos poseían documentos de identidad falsos, y los patrulleros ignoraban que los tres iban armados con pistolas semiautomáticas. Desde el asiento delantero derecho, Chesimard disparó el primer tiro, hiriendo a James Harper en el hombro. Mientras Harper buscaba cubrirse, Chesimard salió del auto y continuó disparando contra ambos oficiales, hasta que fue herida por el fuego de riposta de Harper".
"El pasajero del asiento trasero, James Coston, también disparó contra los policías y fue mortalmente herido por Harper. El patrullero Werner Foerster estaba enfrascado en un forcejeo cuerpo a cuerpo con el conductor del vehículo, Clark Squire. Foerster había sido gravemente herido en el brazo derecho y el abdomen y luego fue ejecutado con su propia arma de servicio al borde de la carretera. El arma encasquillada de Chesimard fue encontrada al lado del cuerpo de Foerster".
La Fiscalía de Nueva Jersey acusó luego directamente a Chesimard del asesinato:
"Chesimard hirió de un balazo a Harper, y Foerster recibió otro cuando el arma de Acoli (Squire) se disparó durante un forcejeo con éste en el otro lado del auto".
"La Fiscalía estatal adujo que Chesimard tomó entonces el arma de Foerster y le disparó con ella al policía, mientras yacía en el suelo, dos veces en la cabeza. Los abogados de Chesimard arguyeron que ella no pudo haber apretado el gatillo, porque también había recibido un disparo y estaba muy mal herida".
La terrorista y sus cómplices huyeron en el Pontiac blanco con matrícula de Vermont, pero horas después Coston murió y los otros dos fueron aprehendidos. En 1977 ella fue declarada culpable de asesinato en primer grado y otros delitos.
"No soy una criminal"
En la carta de Chesimard a los medios que cita Yepe en su artículo, ella afirma que "aunque el gobierno estadounidense ha hecho todo lo posible por tipificarme como delincuente, no soy una criminal, ni lo he sido nunca". Sin embargo, antes del asesinato de Foerster ya había tomado parte en tres robos a mano armada, incluido el de un banco; un secuestro, un asesinato y 2 intentos de asesinato de agentes de policía.
Fue condenada a cadena perpetua. Menos de dos años después, se fugó de la cárcel con ayuda de elementos radicales y vivió en la clandestinidad antes de reaparecer en Cuba en 1984.
En la isla, según el FBI en Newark, Chesimard "vive libremente, asiste a actos del gobierno y lleva un nivel de vida más alto que el de la mayoría de los cubanos".
En el aniversario 40 del asesinato, la entidad federal elevó a un millón de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Joanne Chesimard. El estado de Nueva Jersey promete por separado la misma suma.