El Rey de España, Felipe VI, se reunirá la próxima semana con el canciller cubano Bruno Rodríguez, en un viaje a Madrid que es visto por medios como parte del interés de Cuba de elevar sus contactos oficiales con España.
La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, -cuyo gobierno ha dicho que está revisando las políticas hacia Cuba-, ha puesto a tambalear los pronósticos de La Habana que apostó al acercamiento con su archienemigo en virtud de la distensión impulsada por el expresidente Barack Obama.
"Bruno Rodríguez aprovechará su presencia en España para tantear la posibilidad de que el Gobierno de Mariano Rajoy eleve el rango de las delegaciones oficiales que visitan la isla con un desplazamiento del jefe del Ejecutivo o incluso del Rey", comentó La Vanguardia.
La última vez que Cuba tuvo una visita de los Reyes de España y del presidente del Gobierno fue en 1999.
No fue en visita oficial, sino para asistir a una Cumbre Iberoamericana. Al entonces jefe del Ejecutivo, José María Aznar, se le permitió visitar a disidentes encarcelados.
En términos diplomáticos, la normalización de las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea abre la posibilidad de eventuales visitas de alto nivel a Cuba.
Altibajos
Las relaciones entre La Habana y Madrid han transitado por momentos difíciles tras más de medio siglo de gobierno comunista.
El régimen franquista reconoció la llegada al poder de los rebeldes en 1959, pero poco después surgió el primer desencuentro cuando España comenzó a acoger a cubanos que emigraron en los primeros años de la revolución.
En 14 años de gobierno del socialista Felipe González (1982-1996) las relaciones fueron fluidas, pero en 1990 se tambaleó el nexo cuando este reconoció que Cuba debía transitar a una democracia.
El peor momento llegó durante la presidencia de José María Aznar (1996-2004). En este período la crisis diplomática llegó a momentos extremos en que fueron retirados los embajadores y Fidel Castro insultó a Aznar llamándole fascista, bandido, payaso, nazi, cobarde, aznarito y "fhürercito del bigotico".
El presidente español actuó intensamente promoviendo medidas para presionar y promover la democracia en Cuba entre ellas la "Posición Común".
Por medio de esta medida los países de la Unión Europea condicionaron las relaciones del bloque con la isla a eventuales avances en materia de derechos humanos y políticos de su excolonia.
En la década del 90, empresarios españoles apostaron por Cuba, urgida como estuvo desde entonces de inversiones entranjeras para salir a flote tras el colapso del socialismo soviético.
El canciller español Alfonso Dastis expresó en diciembre pasado el interés de su gobierno de "contribuir a hacer esas relaciones todavía más intensas, de manera que se prosiga la apertura que se está llevando a cabo en Cuba".
Incluso, fue más lejos al sugerir que el presidente Mariano Rajoy podría visitar la isla en fecha aún por definir. La visita del canciller cubano es uno de los pasos previos al eventual aterrizaje de Rajoy en La Habana.
"Una vez cerrado el círculo de visitas recíprocas a nivel de ministros, es perfectamente posible que empecemos a considerar la visita de ese tipo no a largo plazo del presidente del Gobierno de España", dijo Dastis meses atrás.
[Con información de la prensa local española y la Casa Real]