Los servicios de correo electrónico de ETECSA han caído en diferentes ocasiones en los últimos meses. Hubo un parón en noviembre y esta primera semana del año también el servicio ha padecido una interrupción abrupta y con escasa información al respecto. Los usuarios deben sentir que el servicio ofrecido por la única compañía de telecomunicaciones a la que se le permite operar en el país no cumple con sus compromisos.
El monopolio estatal de las comunicaciones en la isla ofrece un servicio escaso, caro y poco eficaz. Las prestaciones son inciertas y las sorpresas están a la vuelta de la esquina. Pagar para un servicio tan precario es realmente un engorro para cualquiera y más todavía cuando cuesta mucho trabajo reunir el dinero necesario para entregarle a la compañía a cambio del servicio.
A medida que Cuba recobra el capitalismo, los ciudadanos deberán recobrar su conciencia de "clientes" y por eso mismo reclamar que aquello por lo que abonan una cuota debe ser ofrecido en unas perfectas condiciones. En Cuba, donde solo se permite operar a una sola compañía, la excelencia del servicio debería ser más importante que nunca.
Aunque en un entorno como el cubano parece difícil que la excelencia se instale en los objetivos de una empresa cuando en realidad no hay nada que impulse la competencia o que actúe como espuela para innovar y mejorar los servicios. En una economía capitalista, la competencia en el mercado permite focalizar el interés de las empresas en mejorar sus productos y servicios, a hacer que las cosas sean más agradables para aquellas personas que deciden apostar por ellos.
Ya que Cuba ha apostado por el capitalismo sería conveniente que decididamente abriera las compuertas para adoptar la forma del capitalismo más positiva, que es la que impulsa la competencia, la que genera esas dinámicas que permiten que las compañías busquen ser atractivas para segmentos del mercado determinados. Si se va a jugar al capitalismo, al menos que se juegue bien.
No hay que seguir obligando a los cubanos a seguir pagando las cuotas de ETECSA si los servicios que ofrece son un desastre. Probablemente, liberalizando este sector llegarían nuevas opciones para los usuarios, que ofrecerían más por menos. No habría lugar para engaños porque el mercado finalmente pondría un producto en su sitio valorando su calidad-precio.
En ocasión del inicio de un nuevo año, no está de más refrescar también que los cubanos esperan que algún día se abra la posibilidad a contratar un servicio de internet para consumo particular, en casa. El Gobierno cubano, que a menudo se escuda diciendo que la extensión de internet en la isla solo atiende a prioridades sociales, debería entender que la conectividad desde los hogares es también una urgencia social.
Seguiremos este 2016 esperando noticias en este sentido. Y confiamos en que sean positivas.