El sector bancario en Florida ha recibido con prudencia el diálogo entre Estados Unidos y Cuba y el posible levantamiento de las sanciones comerciales que pesan sobre la isla. Según destacaron hoy expertos de la Asociación de Banqueros Internacionales de Florida (FIBA), las entidades financieras estadounidenses están mirando con interés la nueva etapa, pero el hecho de que Cuba figure todavía en la lista de países que apoyan el
terrorismo resulta un freno a posibles inversiones.
La nueva etapa que se abre en Cuba ha sido uno de los principales debates abordados en la conferencia anual sobre prevención de lavado de dinero organizada por la FIBA, que se celebra estos días en Miami.
"Hasta que Cuba no salga de esa lista (de patrocinadores del terrorismo), el sector bancario estadounidense no se va a lanzar a hacer negocios", afirmó Andrés Fernández, directivo del Subcomité de Sanciones de la FIBA.
Fernández concretó los temores de los financieros estadounidenses ante un país que, durante muchos años, "ha sido una jurisdicción desconocida con restricciones absolutas en relación con cuentas y transacciones bancarias". Además, el también socio de la firma Holland & Knight expresó las dudas que genera el desconocimiento hasta la fecha de "cómo se van a implementar ciertos aspectos de la ley que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC) divulgó hace seis meses".
Michael Dondarski, supervisor de industrias reguladas de la OFAC, reconoció la necesidad de "crear guías que ayuden al sector financiero y aclaren aspectos de la ley", según informó la FIBA en un comunicado.
Tanto el levantamiento parcial de las sanciones a Cuba como la apertura del comercio anunciado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la OFAC y la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio (BIS) contemplan varias novedades. Una de ellas, se destacó en la cita, es el aumento de $500 a $2.000 por trimestre de la cantidad límite para el envío de remesas a Cuba, con la excepción de ciertos funcionarios del Gobierno y el Partido Comunista cubano. "La pregunta que surge es cómo confirmar eso", se planteó en la conferencia.
Por eso, la persona que envía las remesas deberá certificar por escrito que el beneficiario no está vinculado al Gobierno cubano. De esa manera, la responsabilidad recaerá sobre la persona que realiza la transacción, y no sobre la entidad financiera.
En cuanto a las exportaciones a Cuba, el destino final de los materiales de construcción o agrícolas, por ejemplo, deben ser empresas privadas.