Residentes en la región oriental de Cuba que aún recuerdan las afectaciones de ciclones anteriores dijeron sentirse “aterrados” ante la amenaza del huracán Irma, un nuevo fenómeno meteorológico que podría afectar gran parte de la isla en los próximos días, según dijeron a Martí Noticias.
El huracán Matthew, en 2016, y Sandy, en 2012, figuran entre los dos fenómenos más impactantes en los últimos años que afectaron a Guantámo y Santiago de Cuba, dos de las provincias cubanas que sentirán en los próximos días los primeros efectos de Irma, con categoría 5.
Para Francisco Luis Manzanet, residente en el barrio de Bahia de Mata, cerca de Baracoa, en Guantánamo, es fundamental que la gente esté atenta a las noticias de la radio y la televisión para “informarse bien" de lo que representa la llegada a la zona de ese ciclón.
La gente debe “almacenar agua y asegurar sus techos”, enfatizó, a pesar de que reconoce que muchos de los que perdieron todo el pasado año, cuando Matthew azotó la región, "poco podrán hacer".
Manzanet dijo que esos damnificados aún viven en “facilidades temporales" que apenas resisten el viento y las lluvias intensas. Esas personas van a enfrentar algo muy duro, puesto que todavía "sufren" tras el paso de Matthew, el 4 de octubre pasado, aseveró.
Miles de viviendas quedaron sin servicio eléctrico, por semanas unas y meses otras, por eso recomienda que “traten de tener algunas baterías para los radios y linternas”.
Manzanet reconoce que los medios de prensa locales han estado informando a la población de que un ciclón podría afectarnos, y calificó de terrible lo que van a enfrentar muchos de ellos, porque conoce casos de "algunas personas que quedaron sin casas, y están viviendo en cuevas”.
Santiago de Cuba fue la provincia que con más fuerza azotó Sandy, en 2012, y las afectaciones que dejó a su paso fueron cuantiosas, tanto en las viviendas, como en el sistema de generación eléctrica y las comunicaciones.
Para el médico Roberto Serrano, residente en Songo la Maya, Santiago de Cuba, la noticia de que un ciclón se acerque es "aterradora”. Dice que la población recuerda con pavor, no solo ese momento, sino lo que enfrentaron después que pasó el huracán.
"Aquel no era de categoría 5, así que no quiero ni imaginar lo que nos ocurrirá si entra en el territorio", dijo el médico, que alberga la esperanza de que "pase por el mar".
Cuando Sandy hubo pérdidas de vida humanas y miles de familias se quedaron sin casas. Una gran cantidad de ellas "están viviendo ahora en condiciones que bordean la pobreza absoluta", porque el Estado apenas les ha ayudado a enfrentar las penurias, recordó.
Serrano considera que es difícil aconsejar a la población para que tome medidas de precaución con el agua potable y los alimentos, cuando en la provincia no hay condiciones para el abasto del preciado líquido.
Aunque debemos decirle a la gente que almacenen el agua y que la hiervan para evitar enfermedades, es un hecho innegable la falta de electricidad que se presenta por semanas luego de que pasa un ciclón.
"Es de horror lo que vivimos por acá en el pasado”, enfatizó el galeno, que reconoce cómo ante los cortes eléctricos se imposibilita refrigerar los pocos alimentos que "se consiguen".
El aseguramiento por parte del Estado a los afectados siempre es deficiente, y en muchos casos nulo, señaló el médico.
"La gente se desespera porque no tiene alimentos, y lo poco que vende el gobierno apenas alcanza", dijo Serrano, quien ansía que el huracán se aleje para que sean menores los daños.
Al mediodía del martes, en la Nota informativa No 1 del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil sobre el huracán Irma, se orientó a la población mantenerse atenta a las informaciones del Instituto de Meteorología y la Defensa Civil y cumplir disciplinadamente las medidas que se indiquen por las autoridades locales.
No obstante, el santiaguero Jorge Amado Robert considera que ya deberían comenzar a evacuar a la gente para evitar "un desastre como cuando pasó Sandy”, e insiste en que debieran hacerlo en regiones propensas a las inundaciones.
Robert vive en un barrio de Santiago de Cuba donde hay decenas de personas que no han terminado de reconstruir sus casas, que quedaron destruidas cuando Sandy.
Insiste en que el gobierno se ocupa muy poco de los damnificados, y nunca se compromete a poner en práctica “una política pública” para que el ciudadano de a pie tenga una vivienda digna.