En junio de 1996 el representante de Cuba ante Naciones Unidas, Bruno Rodríguez, decía al Comité de Relaciones con el País Huésped, que la señalización en la esquina de la misión diplomática cubana en New York, nombrada Esquina Hermanos al Rescate, era un peligro para los diplomáticos cubanos.
Tras el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, en numerosas ciudades de Estados Unidos se rindió homenaje a los cuatro jóvenes asesinados por aviones militares cubanos en aguas internacionales. En Tampa una esquina fue nombrada Hermanos al Rescate; en Miami-Dade hay un parque que lleva ese nombre en la 72 avenida y Coral Way; y en Hialeah se erigió un memorial.
En New York, el entonces alcalde Rudolph W. Giuliani pidió y fue autorizado por el Departamento de Transporte de esa ciudad que la esquina de la avenida Lexington y la 38 calle del este se llamara Hermanos al Rescate.
El 18 de junio de 1996, por segunda ocasión (la primera fue en mayo de ese año), el ahora canciller cubano acudía a esa entidad de la ONU en calidad de embajador cubano, para protestar por el cartel que rendía homenaje a las víctimas del derribo de la avioneta de Hermanos al Rescate en aguas internacionales. Rodríguez se quejaba de que no había recibido respuesta a sus peticiones para que retiraran el cartel y repetía las acusaciones de La Habana contra la organización exiliada. Dijo, además, que la actuación de Giuliani era ofensiva.
El representante estadounidense, Victor Marrero, hoy en día juez en el distrito sur de New York, declaraba que se había comunicado con las autoridades de la ciudad y que la misión cubana recibe protección las 24 horas del día y cada queja recibe inmediata respuesta. Y, según la ley en Estados Unidos, la señalización de las calles es un tema local, donde el gobierno federal no se inmiscuye.
Con relación a la Convención de Viena, citada por Rodríguez, el representante estadounidense dijo que no hicieran "una montaña de un grano de arena" y que las protestas frente a la sede cubana en New York no afectaba la labor de la misión diplomática y recordó el gran letrero frente a la entonces de Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, donde aparecían opiniones despectivas contra Estados Unidos.