En julio del 2021, mientras el pueblo cubano protestaba masivamente en las calles contra el régimen, el boxeador Julio César La Cruz enfrentó en los Juegos Olímpicos de Tokío a Enmanuel Reyes, nacido en la isla, que competía por España.
Tras su victoria sobre Reyes, La Cruz gritó: “¡Esto es de Patria o Muerte, Venceremos, no de Patria y Vida!”, a lo que sumó una palabrota impublicable, para dejar en claro su alineamiento con la dictadura.
Cuatro años después, al abanderado de la delegación cubana le tocó enfrentar en su debut en París 2024 a otro compatriota exiliado en Azerbaiyán, Loren Berto Alfonso, quien lo derrotó por decisión dividida y le cortó el camino hacia su tercer título olímpico consecutivo.
Con un boxeo inteligente y los consejos del también cubano Pedro Roque en su esquina, Alfonso bajó del pedestal a quien se había convertido, junto al luchador Mijaín López, en uno de los principales voceros deportivos del régimen de La Habana.
Tras su victoria, casualmente el mismo día en que cumplía 29 años, Alfonso mostró la benevolencia de los vencedores y reconoció el historial de su rival, campeón en las dos ediciones anteriores de los Juegos Olímpicos, en un acto de clase deportiva que contrastó con la bravuconería política de La Cruz cuatro años atrás.
Hasta el gobernante Miguel Díaz-Canel agradeció el gesto del ganador, aunque no faltaron periodistas oficialistas que calificaron de “conspiración para dañar al deporte cubano” la casualidad de que Alfonso y La Cruz chocaran en el primer combate en el organigrama.
De esta manera, Cuba pierde una de las opciones de medallas más seguras que tenía, de acuerdo con los pronósticos de las autoridades deportivas de la isla, aunque, en realidad, el campeón de Río de Janeiro 2016 y Tokío 2021 no mostró mucho sobre el cuadrilátero.
“Ese hombre no tiene nada de boxeo”, se le escuchó decir a Roque en la esquina del púgil exiliado.
Y de veras no tenía nada. El peleador, apodado “La Sombra” por su estilo escurridizo y golpeo a la riposta, hizo poco por la victoria, y se quedó con las ganas de igualar al húngaro Lazslo Papp y a los cubanos Teófilo Stevenson y Félix Savón, únicos con tres coronas olímpicas en la historia.
Mientras Julio César La Cruz ya se despidió de la competencia, el cubanoespañol Enmanuel Reyes, aquel al que venció en la capital japonesa, sigue en camino hacia las medallas, al vencer en su primera presentación al chino Han Xuezhen, y ahora enfrentará al belga Victor Schelstraete en cuartos de final.
Una victoria más y Reyes aseguraría al menos la presea de bronce. ¿Su rival en semifinales? Podría ser Loren Berto Alfonso, quien se medirá al uzbeco Aibek Oralbay.
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