En un inusual coro de descontento que suma partidarios cada día, decenas de cubanos están reclamando directamente al gobierno mejores condiciones de vida; y a sus funcionarios y ministros una mayor transparencia, responsabilidad y eficiencia en el desempeño de sus cargos.
Sus voces no se escuchan en las calles. El escenario de sus demandas es el ciberespacio. No esgrimen pancartas, utilizan las redes sociales como Twitter, Facebook y otras aplicaciones que se han popularizado en la isla.
Lo que aparenta ser una rebelión espontánea ha cobrado fuerza desde que el 6 de diciembre el monopolio estatal ETECSA permitió el acceso directo de internet a los teléfonos celulares.
Cuba tiene "5 millones de usuarios de Internet", de los cuales 3 millones se conectan a la red en centros de trabajo y 2 millones mediante cuentas privadas, según informó ante la Asamblea Nacional el ministro de Comunicaciones Jorge Luis Perdomo, quien añadió que hay 1 millón 900 mil cuentas permanentes activas para uso en zonas wifi.
Los datos oficiales muestran que Cuba tiene 5,3 millones de celulares activos, que hasta el pasado día 6 solo podían acceder a Internet a través de los 1,270 sitios con tecnología Wi-Fi, medio centenar de salas de navegación y un servicio de internet en las viviendas, llamado Nauta Hogar, que solo tiene unos 37,000 clientes.
Según el ministro de Comunicaciones, unos 500,000 usuarios se conectaron a Internet desde sus celulares en Cuba durante la primera semana de este servicio.
Este acceso a Internet es en gran parte un acceso a una Intranet restringida por el gobierno. Asimismo, el alto costo de conexión, comparado con los bajos salarios que reciben los cubanos, obliga a muchos de ellos a depender de las remesas familiares para acceder a Internet o usar la telefonía celular.
Cuba no publica datos sobre los ingresos que recibe el país por estos conceptos, pero un intercambio de tuits entre el ciudadano Norges Rodríguez y un funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, identificado como OPSalomón, reveló que "la entrada de dinero fresco al país producto de los servicios de telecomunicaciones y postales...están entre los servicios que más contribuyen, con las exportaciones".
Los cubanos, que ganan sus salarios en pesos cubanos, tienen que pagar en divisa el servicio de internet y telefonía celular. Esa divisa llega mayoritariamente desde el exterior.
Teniendo en cuenta que una línea celular en Cuba cuesta 40 CUC, una simple operación aritmética demuestra que los 5.3 millones de celulares que hay en el país, han representado un ingreso $212 millones en divisa fresca. Los usuarios de móviles están obligados, además, a mantener un saldo mínimo de 10 CUC cada 30 días como promedio o pierden esa cuenta. La medida representa un ingreso mensual de 53 millones de dólares en divisa fresca para el régimen.
El alto costo de la conexión a Internet es uno de los temas más criticados por los cubanos en las redes, e incluso aparece en espacios de los medios oficiales de prensa en el interior del país.
Los cubanos que han abierto perfiles en Twitter y Facebook, cuestionan la información que publica la prensa oficial y escriben a las cuentas de funcionarios y ministros pidiendo explicaciones sobre los problemas que los aquejan.
Aunque muy pocos se autodefinen como disidentes u opositores políticos, sus voces llegan desde casi todo el espectro de la sociedad cubana.
Los cuestionamientos que circulan en las incipientes redes sociales se están haciendo virales, sumándose a informaciones y reportajes que publican sitios en línea desde Cuba, como El Toque, El Estornudo, Periodismo de Barrio, Primavera Digital y 14ymedio, entre otros medios independientes.
La alusión anterior se refiere al ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, uno de los pocos altos funcionarios del régimen que no tiene cuenta de Twitter, y es por eso blanco preferido de las redes sociales.
Una lectura del intercambio de opiniones que circula en las redes desde la Isla, evidencia que los cubanos manejan con acierto los problemas que enfrenta el país, tienen un buen nivel de conocimiento del discurso que esgrimen en sus cuestionamientos, y dejan a un lado la retórica política tradicional que se maneja desde la izquierda o la derecha.
Uno de los temas que se abordan en las redes sociales por estos días es el anuncio de convertir el histórico Teatro Payret de La Habana en un hotel. La cantante, Hayde Milanés, hija del cantautor Pablo Milanés, se unió a las críticas a esa decisión del gobierno.
El exministro de Cultura, Abel Prieto, y el Embajador de Cuba en Estados Unidos, Carlos Fernández de Cossio, han recibido también fuertes críticas porque han bloqueado las cuentas de algunos usuarios que les han planteado preguntas "molestas".
En respuesta a una usuaria que le preguntó qué hizo para que lo bloquearan, el tuitero identificado como @condis dijo que le pidió a Abel Prieto que leyera un artículo sobre el Decreto 349 que publicó El Toque, y al embajador Fernández de Cossio le dijo que "la gritería en Naciones Unidas no era diplomacia, que no daba una imagen positiva de Cuba".