Cuba disminuyó el lunes en una cuarta parte el peso de la ración subsidiada de pan diario, la más reciente muestra de escasez en el país que afecta temporalmente a un programa de subsidios creado hace décadas por el fallecido Fidel Castro.
El pan, uno de los pocos productos alimenticios básicos aún subsidiados en Cuba, se reducirá de 80 gramos a 60 gramos, o aproximadamente el peso de una pequeña barra de jabón. Su precio también se redujo ligeramente, a poco menos de 1 peso, o un tercio de centavo de dólar.
Aún así, muchos cubanos, que ganan alrededor de 4.648 pesos al mes, o alrededor de 15 dólares, apenas pueden darse el lujo de comprar pan más caro en el mercado privado, lo que les deja con pocas alternativas.
"Tenemos que aceptarlo, ¿qué más podemos hacer?", dijo a Reuters Dolores Fernández, una residente en La Habana, mientras estaba fuera de una panadería el lunes. "No hay opción", dijo.
La semana pasada, Cuba dijo que se había quedado sin la harina de trigo que necesita para producir el pan subsidiado, un problema que el Gobierno atribuye al embargo comercial de Estados Unidos, que establece restricciones que complican las transacciones financieras del país.
La isla del Caribe sufre una falta extrema de alimentos, combustible y medicinas, escasez que ha provocado un éxodo sin precedentes de sus ciudadanos hacia Estados Unidos, principalmente.
La cartilla de racionamiento de Cuba, o "libreta", como se la conoce entre los residentes de la isla, fue considerada una marca registrada de la revolución de Fidel Castro de 1959, que proporcionaba una gama de productos con grandes descuentos a los cubanos, incluidos pan, pescado, pollo, leche y artículos de limpieza y tocador.
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El Gobierno, en medio de una crisis económica, ofrece sólo una fracción de esos productos y, con frecuencia, llegan tarde, son de mala calidad o no están dentro de la ración mensual subsidiada.
Bernardo Matos, de La Habana, dijo que no había detectado un cambio en el tamaño del pan el lunes, aunque agregó que no estaba contento con la calidad. "La calidad es pésima", señaló poco después de comprar su ración. "La harina sabe a ácido".
A principios de este año, Cuba solicitó ayuda al Programa Mundial de Alimentos para garantizar el suministro de leche en polvo subsidiada para niños, otro alimento básico clave de la libreta de racionamiento cubana que recientemente ha comenzado a escasear.
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