El ex gobernante cubano Fidel Castro reconoció en un artículo que publica la prensa oficial este lunes, el intercambio de información de Inteligencia que la Unión Soviética y después la Federación Rusa compartía con La Habana, resultado del espionaje en la Base de Escuchas de Lourdes.
En el escrito, publicado tras el encuentro del 28 de febrero con los 5 espías cubanos (que el 17 de diciembre del 2014 fueron entregados a La Habana), Castro aseguró que "la inteligencia cubana no necesitaba en absoluto seguir los movimientos de un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de la Base de Exploración Radioelectrónica "Lourdes", al sur de la capital de Cuba".
Afirmó, además, que el centro de espionaje "era capaz de detectar cualquier objeto que se moviera a miles de millas de nuestro país".
Entre las acusaciones por las que fue condenado en EE.UU. Ramón Labaniño, figuraba el espionaje de las bases de la fuerza aérea Barksdale, en Louisiana, y Mac Dill, en Tampa, donde se controla y dirige el tráfico aéreo militar de Estados Unidos hacia y desde el Caribe, Centro y Suramérica.
Otro de los miembros de la Red Avispa, Antonio Guerrero, tuvo la tarea de recopilar información sobre la Estación Aeronaval de Boca Chica en Cayo Hueso.
El ex mandatario cubano recibió en su residencia a los espías cubanos, quienes fueron al encuentro en compañía del coronel del MININT Alejandro Castro Espín.
El pasado mes de mayo, el militar cubano firmó en Moscú un nuevo memorando de cooperación y el establecimiento de un grupo de trabajo conjunto entre el Consejo Nacional de Defensa de Cuba y el Consejo de Seguridad de la Federación Rusa. Y mantuvo reuniones de trabajo en el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR), el Servicio Federal de Seguridad (FSB), dependencias creadas tras la desintegración en 1991 del Comité de Seguridad del Estado (KGB) de la URSS.