El acoso contra los trabajadores por cuenta propia se recrudeció durante las últimas semanas, según un informe especial emitido por la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba.
El texto, realizado por Roberto Alvarez Quiñones, reconoce a los taxistas, vendedores ambulantes y bicitaxis entre las cuentapropistas más afectados por nuevas medidas del Gobierno comunista.
“Han aumentado las prohibiciones, topes de precios, confiscaciones de mercancías y equipos, regulaciones contra los transportistas privados o boteros de La Habana; a los vendedores ambulantes de productos agrícolas (carretilleros) les confiscan sus productos y les prohíben circular en determinadas áreas urbanas. Lo mismo ocurre con los bicitaxis”, expresó el informe.
La cifra de empleados privados en Cuba escaló hasta más de 535.000 personas repartidos en unos 200 oficios. El incremento fue parte de medidas emprendidas por el gobierno comunista para reducir el rol del Estado en ciertos sectores.
Desde su introducción el informe indica “que el hostigamiento” es coherente con la concepción gubernamental cubana de que la libertad económica “no es un derecho humano que debe ser reconocido” en la isla por su condición de nación socialista.
Principales problemas que frenan el avance del cuentapropismo y sus consecuencias
-Carencia de respaldo jurídico. No es reconocido como negocio privado sino como “trabajo no estatal” y “complemento” dentro del sistema económico socialista.
-Decomiso de productos, bienes, agresiones físicas de parte de la policía y topes de precios que atenta contra la iniciativa privada.
-Violación de derechos económicos y laborales de los empleados privados.
-Ofensiva contra boteros provocó malestar y hasta huelga silenciosa que encendió las alarmas del Gobierno.
-Acoso al sector privado agudiza la pobreza y el desinterés por el trabajo
-Violación de varios derechos humanos básicos como el derecho a la propiedad privada.
-Reducción de la calidad de vida de muchos cubanos, ahora más vulnerables ante la carencia de alimentos y de transporte.
-La actuación del gobierno, -contraria al progreso del sector privado-, pone un freno al avance del único sector dinámico de la economía cubana”. Ocasiona desmotivación de productores, comercializadores, y prestadores de servicios.
-Las impopulares medidas, -entre ellas el tope de precios-, podrían incrementar el malestar y hasta inyectar “más vapor a la caldera social y política” en la isla.
“Mientras más se demore el surgimiento de ese pujante sector privado cubano, más penosa, larga y costosa será la reconstrucción del país. Tal falta delibertad económica hunde cada vez a Cuba en el atraso en pleno siglo XXI, e impide que se realicen los cambios que la nación necesita desesperadamente”, concluyó el informe.
(Con información del informe especial de la Fundación Para los Derechos Humanos en Cuba)