Los residentes de Manzanillo aseguran que para viajar desde esa localidad al sur de la provincia Granma hasta La Habana hay que tener mucho dinero, o voluntad de “titanes”.
Las opciones de transporte con que cuenta la población en Manzanillo son el tren, que sale cada tres días, dos ómnibus interprovinciales diarios y los camiones de una cooperativa que empezaron cobrando 250 pesos moneda nacional (10 CUC), y luego aumentaron la tarifa a 300 pesos cubanos (12 CUC), y la demanda ha mermado.
Para viajar en el tren, o en ómnibus, los manzanilleros deben hacer las reservaciones con tres meses de anticipación, o anotarse en una lista de espera en la que nadie confía, puesto que por lo general nunca llaman a los viajeros.
“Como único se puede alcanzar un boleto para viajar en ómnibus es pagando por la izquierda el pasaje a 10 CUC por encima de la tarifa local de 145.00 pesos CUP”, aseguró a Martí Noticias el activista Juan Salgado.
En el tren que todos llaman ‘El Infierno’ el pasaje cuesta 27.50 CUP, pero eso tampoco es una ventaja, porque sale cada tres días desde esa ciudad hasta la capital, y se demora más de 24 horas para llegar al destino final.
Salgado lo calificó de “un cacharro de hierro lleno de cucarachitas, que se rompe frecuentemente donde no hay agua, no hay venta de comida y "para colmo" los inspectores no les permiten subir a los vendedores de alimentos", señaló el activista, que calificó de "odisea" cualquier intento de viajar.
Otra residente en Manzanillo, la periodista Tania Montesinos, opinó que salir desde allí es una “tarea de titanes”, según escribió en una crónica publicada por la Red de Comunicadores.
La reportera agregó que son tantas las quejas y reclamos de la población que el gobierno, “como solución alternativa”, creó una Cooperativa no Agropecuaria de camiones privados, pero son muy incómodos para una travesía tan larga, de más de 12 horas hasta La Habana.
Al extenso recorrido se le suman los peligros al viajar por las carreteras en pésimas condiciones, donde los choferes andan muy rápido, y se exponen a a los accidentes, dijo Salgado.
Trasladarse dentro de Manzanillo
Ambos residentes en Manzanillo aseguran que trasladarse dentro del pueblo no es fácil, pero de alguna manera "se resuelve" con los carretones de caballos".
Para Salgado, más complicado es ir a otros municipios, porque "lo que puede coger la gente son camiones particulares que antes servían para transportar cargas, y ahora lo que llevan son humanos".
A su juicio, mejorar el transporte no está entre las prioridades del gobierno municipal, que "nunca se interesa por atender los problemas de la población", precisó el activista, que no alberga esperanzas de que el problema se solucione, porque la crisis con el transporte es en todo el país.
