El giro en las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba puede ser una oportunidad para que la isla comunista se afiance como uno de los grandes competidores del mercado turístico caribeño, en el que las grandes hoteleras españolas gozan de una posición privilegiada.
El anuncio esta semana por parte de los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos de un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas desde 1961, abre nuevas posibilidades para la isla caribeña, muy próxima al país norteamericano.
A pesar de que Cuba se incorporó a la oferta turística del Caribe a partir de los años 90, en la carrera por el mercado llegó más tarde que sus vecinos mexicanos, dominicanos o portorriqueños. No obstante, Cuba se ha convertido en uno de los destinos más demandados del Caribe y su sector turístico en el principal negocio para las empresas españolas en la isla, concentrando el 75 % de las inversiones españolas en el país, según los datos facilitados por el ICEX (Comercio Exterior).
Colonia española hasta 1898, es un destino apetitoso para las hoteleras españolas a pesar de la miseria imperante en la isla. La primera en llegar fue Meliá, que lo hizo hace 25 años. Actualmente, explota 27 hoteles en territorio cubano, con 13.000 habitaciones.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur (asociación española de profesionales del turismo), José Luis Zoreda, ve en este nuevo contexto un "mundo inmenso" de oportunidades comerciales con el primer mercado emisor del mundo y una excelente noticia para el sector turístico español, que aglutina el 50 % de la capacidad total de alojamiento de la isla.
La mayoría de sus turistas vienen de Canadá, Alemania o Inglaterra. También de Venezuela, México y España. Ubicada a menos de 90 kilómetros de la costa estadounidense, se espera que el turismo estadounidense en Cuba crezca de forma exponencial en los próximos años, si se normalizan las relaciones entre ambos países.
Una nueva afluencia americana permitirá desestacionalizar el turismo en la isla y mejorar los retornos de las inversiones, afirma Zoreda. El nuevo terreno diplomático facilita la llegada y la expansión de grandes competidores estadounidenses como las cadenas hoteleras Marriott o Hilton y la entrada de turopeadores norteamericanos.
Cuba cuenta con 60.500 habitaciones hoteleras y para 2020 prevé llegar a 85.000. Con el aumento del flujo turístico se abren también expectativas de futuro para el transporte aéreo y para nuevas conexiones, favoreciendo a aquellas aerolíneas que trabajan en el segmento vacacional y chárter.