Cuba y la Unión Europea abrirán mañana en La Habana la negociación para intentar un acuerdo de diálogo político y normalizar unas relaciones marcadas desde 1996 por la llamada "posición común", la restrictiva política del bloque hacia la isla que, de momento, sigue vigente.
La primera ronda de las conversaciones se prolongará dos días, el 29 y 30 de abril, y servirá para que las partes definan la "hoja de ruta" de este proceso, según fuentes comunitarias.
El director general para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, encabezará el equipo negociador del bloque, mientras que el principal representante cubano en las conversaciones será Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores.
Con este proceso, Bruselas quiere revisar su relación con el único país de Latinoamérica con el que no tiene un acuerdo bilateral y al que ha aplicado desde 1996 -a iniciativa del entonces presidente español José María Aznar- una "posición común" que ha condicionado el diálogo con la isla comunista a avances democráticos y en materia de derechos humanos.
La negociación que empieza mañana se produce con un país que trata de "actualizar" su sistema socialista mediante unas reformas que han abierto resquicios a la iniciativa privada, que buscan captar inversión extranjera y que también han acabado con históricas prohibiciones como las limitaciones de los cubanos para viajar al exterior.
La UE dice que el propósito en este proceso de diálogo no es cambiar su política hacia La Habana y garantiza que mantendrá sus objetivos de defender los derechos humanos y cambios democráticos, pero persigue un "enfoque" distinto en la relación y reconoce que se han producido algunos cambios en la isla.
"Las cosas se están desarrollando en Cuba. Despacio, pero hay cambios bastante importantes en áreas de la economía y las estructuras sociales y áreas más cercanas a la esencia de la política y los derechos políticos", dijo en marzo Christian Leffler en una comparecencia ante la Comisión de Exteriores del Parlamento
Europeo. Por su parte, Cuba acude a esta negociación con la UE dispuesta al diálogo y a hablar de cualquier tema, incluidos los derechos humanos, pero siempre desde los principios de la igualdad, respeto, reciprocidad y no injerencia.
"Nosotros estamos abiertos al diálogo con la Comunidad Europea desde una base de respeto, y todo lo que sea de respeto, todo lo que podamos construir desde una posición de respeto, desde una posición igualdad, lo facilitaremos", aseveró la pasada semana el vicepresidente primero del país, Miguel Díaz-Canel.
La apertura mañana de las negociaciones Cuba-UE llegan precedidas del apoyo a ese proceso de algunos altos cargos de países europeos que han visitado la isla recientemente, como el canciller francés, Laurent Fabius, o el secretario de estado de Exteriores de Portugal, Luís Campos Ferreira.
La primera ronda de las conversaciones se prolongará dos días, el 29 y 30 de abril, y servirá para que las partes definan la "hoja de ruta" de este proceso, según fuentes comunitarias.
El director general para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, encabezará el equipo negociador del bloque, mientras que el principal representante cubano en las conversaciones será Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores.
Con este proceso, Bruselas quiere revisar su relación con el único país de Latinoamérica con el que no tiene un acuerdo bilateral y al que ha aplicado desde 1996 -a iniciativa del entonces presidente español José María Aznar- una "posición común" que ha condicionado el diálogo con la isla comunista a avances democráticos y en materia de derechos humanos.
La negociación que empieza mañana se produce con un país que trata de "actualizar" su sistema socialista mediante unas reformas que han abierto resquicios a la iniciativa privada, que buscan captar inversión extranjera y que también han acabado con históricas prohibiciones como las limitaciones de los cubanos para viajar al exterior.
La UE dice que el propósito en este proceso de diálogo no es cambiar su política hacia La Habana y garantiza que mantendrá sus objetivos de defender los derechos humanos y cambios democráticos, pero persigue un "enfoque" distinto en la relación y reconoce que se han producido algunos cambios en la isla.
"Las cosas se están desarrollando en Cuba. Despacio, pero hay cambios bastante importantes en áreas de la economía y las estructuras sociales y áreas más cercanas a la esencia de la política y los derechos políticos", dijo en marzo Christian Leffler en una comparecencia ante la Comisión de Exteriores del Parlamento
Europeo. Por su parte, Cuba acude a esta negociación con la UE dispuesta al diálogo y a hablar de cualquier tema, incluidos los derechos humanos, pero siempre desde los principios de la igualdad, respeto, reciprocidad y no injerencia.
"Nosotros estamos abiertos al diálogo con la Comunidad Europea desde una base de respeto, y todo lo que sea de respeto, todo lo que podamos construir desde una posición de respeto, desde una posición igualdad, lo facilitaremos", aseveró la pasada semana el vicepresidente primero del país, Miguel Díaz-Canel.
La apertura mañana de las negociaciones Cuba-UE llegan precedidas del apoyo a ese proceso de algunos altos cargos de países europeos que han visitado la isla recientemente, como el canciller francés, Laurent Fabius, o el secretario de estado de Exteriores de Portugal, Luís Campos Ferreira.