El derecho a la salud está consagrado en tratados internacionales y constituciones de varios países del mundo. Pertenezco al grupo que aplaude el trabajo de las misiones y colaboraciones médicas de Cuba en el exterior; pero claro, no soy ciego y reconozco que las negligencias, los intereses creados y las ambiciones políticas hacen que la vida despreocupada de quienes firman los contratos de suministros de médicos y medicinas entre Cuba y Venezuela, sea absolutamente dispar al infierno que viven un montón de personas que necesitan recibir (también los que intentan brindar) una atención sanitaria oportuna, aceptable, asequible y de calidad satisfactoria.
Las evidencian lo muestran y los documentos hablan. El pasado lunes 27, el presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela, Freddy Ceballos, aseguró públicamente que la falta de medicamentos en su país rebasa el 70%. Culpó al Gobierno de preferir comprar en el exterior determinados fármacos que pueden producirse dentro del país y destacó, incluso, haber visto a personas llorando en las puertas de las farmacias porque no llegan los remedios para sus dolencias.
La situación es preocupante, más cuando altos funcionarios de la salud venezolana, en lugar de encontrar solución, justifican la mala gestión argumentando que la fantasmagórica guerra económica, unida a la subversión enemiga, estimula el acaparamiento de medicamentos por parte de la población. Pero el más reciente "Informe de incidencias" (con copia en mi poder), enviado el pasado 28 de julio por el jefe de la misión médica cubana en Venezuela al ministro de Salud Pública en La Habana, documenta lo contrario.
Muestra la total irresponsabilidad y casi homicida afectación que sufren hoy 46 medicamentos (20 vitales, 20 esenciales, 4 misión milagro y 2 especiales), 2 reactivos clínicos y 2 materias primas, 27 reactivos de CAT (Centros de Alta Tecnología), 12 renglones de efectos médicos, 2 productos de estomatología (1 gastables de uso estomatológico y 1 insumo), 1 medicamento de uso exclusivo para niños enfermos, que se debía comenzar a recibir a partir de marzo del 2012, más 9 medicamentos y 1 reactivo clínico en falta que ya se encontraban en déficit desde el pasado 2014 y nunca fueron entregados por BIOCUBAFARMA.
Por sólo citar, al "Tin Marín de dos pingüé", entre las necesidades en falta se encuentran:
1.- CATÉTER HEMODIÁLISIS DOBLE LUZ ADULTO, TRANSITORIO CURVO.
2.- NITROGLICERINA
3.- ATROPINA
4.- CARBAMAZEPINA
5.- TIAMINA
6.- CIPROFLOXACINA
8.- ISOPRENALINA
9.- KIT DE DETERMINACIÓN RÁPIDA VIH
10.- ZIDOVUDINA (y otros antirretrovirales)
Cabe señalar, además, que el documento en cuestión cita también los problemas que existen en varias de las viviendas donde residen los colaboradores cubanos, enredos en la docencia de enfermeros y galenos, dificultad con la recepción de la televisión cubana en Venezuela (tema que según el firmante deben solucionar los "compañeros" de COPEXTEL), y centra especial atención en la insospechada situación de tres médicos cubanos atrapados cuando intentaban abandonar la misión y están siendo procesados por la "Comisión Disciplinaria".
Desgraciadamente, aún hoy, muchos funcionarios olvidan que el acuerdo es servir a los pueblos, no dominarlos.