Vinicultores de California quieren aterrizar en Cuba con sus robustos zinfandel, sus aromáticos chardonnay y sus potentes cabernet sauvignon decididos a conquistar el mercado del turismo y cubrir las pequeñas necesidades domésticas, que van creciendo poco a poco al amparo de reformas económicas. Piensan los productores de vino de California que pueden quitarle de la mano a los turistas los tragos de daiquiries y mojitos y poner una copa de vino de ese estado.
La decisión de los vinicultores surge luego que representantes de unas 100 bodegas de vino de California participaran en la primera feria para promover el consumo del vino estadounidense en Cuba.
Las leyes del embargo impuesto por Washington a Cuba no interfieren la posibilidad de la venta de vinos a la isla por tratarse de un alimento. El programa de eventos de los vinicultores busca posicionar su mercancía y sacar ventaja de las recientes flexibilizaciones estadounidenses que podrían disparar el comercio con la isla.
Durante las jornadas --presididas por banderas de Cuba, Estados Unidos y la del oso de la propia California los participantes hablaron sobre el clima en los valles de aquella región estadounidense, las características del suelo y el cuidado de viñedos y hasta la historia de las familias productoras. Además olieron, degustaron y observaron el contenido de decenas de botellas.
Por la parte estadounidense estuvieron presentes las firmas E&J Gallo Winery, Anders-Lane Artist Wines, Jackson Family Wines y Francis Ford Coppola Winery. Por la cubana participaron además dueños o representantes de unos 50 "paladares" o restaurantes privados.
El sector estatal también estuvo presente puesto que centenares de sommeliers y expertos de hoteles y centros gastronómicos del gobierno asisitieron estatales.
Los estadounidenses buscan convertir en sus clientes a ambos sectores.
"Este es un encuentro espectacular, es la primera vez que se hace formalmente (invitar a los privados) y despierta interés, despierta negocio y esto despierta ganancia", dijo el propietario del restaurante "Waoo!!!", una céntrica terraza en la zona del Vedado capitalino que en estos tres años de inaugurado --pero sobre todo en el último-- vio crecer la cantidad de turistas de todo el mundo, pero sobre todo estadounidenses, que lo visitaron.
"Para nosotros es mucho más económico traer un vino de Estados Unidos que de España", declaró Francisco Chacón, sommelier del Hotel Conde de Villanueva, aludiendo a la proximidad de Estados Unidos, que se encuentra a 144 kilómetros de la isla.
Aunque Cuba no es un país con tradición de vino, actualmente se importan unos 300 contenedores --con capacidad para 1.200 cajas-- anualmente, una cifra que se incrementará a medida que el turismo aumente.
Hasta el 2005 la firma estatal Alimport compró vinos a Estados Unidos en virtud de esa excepción para alimentos a las leyes del embargo, pero las normativas para financiamiento se endurecieron por las mismas sanciones.