Los alabarderos del régimen cubano han desatado una enconada campaña de ataques contra el mandatario uruguayo Luis Lacalle Pou desde que el sábado denunciara la falta de libertades en Cuba.
“La reacción a Lacalle era de esperar. Lacalle denunció la falta de libertad en Cuba, además con una calidad semejante, a aquella del presidente Flores que una vez le dijo terrorista a Fidel Castro en una cumbre”, indicó desde La Habana el periodista Boris González Arenas.
El presidente salvadoreño Francisco Flores protagonizó en el año 2000, en el marco de la X Cumbre Iberoamericana en Panamá, una discusión en la que acusó a Fidel Castro de ser responsable de la “muerte de miles de salvadoreños”.
“Y nada más y nada menos que cantó un fragmento de la canción Patria y Vida”, puntualizó González Arenas sobre las palabras de Lacalle Pou.
Lacalle Pou hizo estas acusaciones al gobernante cubano en la Ciudad de México durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
La televisión cubana, que había transmitido en vivo las sesiones de alocuciones, interrumpió la emisión cuando el mandatario uruguayo se disponía a responderle al cubano.
El MINREX y otros perfiles oficialistas en Twitter tratan de viralizar una etiqueta que acusa al mandatario de trabajar para la OEA llamándolo Lacayo Pou.
“Lo cual, por supuesto, te habla de la naturaleza moral y de la indigencia humana de los funcionarios del Ministerio de Relaciones internacionales de Cuba”, apuntó el comunicador.
“Pero todos lo vimos, lo mal que quedó el cubano y entonces ahora todas las reacciones [del oficialismo] tienen que tratar de zanjar esa deficiencia de Díaz-Canel que tuvo que leer sus dos intervenciones a las palabras de Lacalle, intervenciones de 30 segundos que se hacen de inmediato, ¿quién se las escribe? Entonces ahora, es necesario desacreditar las palabras del presidente uruguayo y exaltar toda la patológica palabrería leída por Díaz-Canel”, recalcó González Arenas.
Por su parte, el también comunicador Julio Aleaga Pesant, desde la capital cubana, señaló que “es interesante la respuesta de los medios de comunicación gubernamentales al incidente porque son inversamente proporcionales a la alegría que hay en el público en la calle, en las redes, por el hecho del enfrentamiento entre varios presidentes democráticos de América Latina contra las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela”.
“Se ha preparado un frente de desprestigio de la figura del presidente Lacalle, lo que implica el nivel de desvarío en que están sumidos los medios de comunicación del gobierno que no logran empatar con la realidad cubana y con la visión que tiene la sociedad de sus dirigentes”, subrayó Aleaga.
Para la periodista de Cubanet, Ana León, el careo entre Díaz-Canel y Luis Lacalle en la cumbre de la CELAC ha sido manejado por los medios oficialistas con la retórica habitual, acusando al presidente uruguayo de estar al servicio de los intereses de Washington y de apoyar a la OEA, que, según Díaz-Canel, guarda silencio ante la represión en otros países de América Latina.
“En esta ocasión, sin embargo, la prensa estatal recurrió a un argumento que revela tanto la miseria humana como la indigencia política del castrismo y es que en un artículo escrito al trozo y publicado por Cubadebate, el régimen le echó en cara a Luis Lacalle las vacunas que la Revolución ofreció a Uruguay en otros tiempos porque la realidad es que el gobierno cubano atraviesa una crisis de credibilidad tal que no encuentra punto de apoyo en el presente para sostener su empecinamiento ideológico y tiene que recurrir a un hecho del pasado, a recordar favores de antaño, como si Cuba no hubiera recibido ni estuviera recibiendo ahora mismo ayuda de muchos países para paliar los efectos de la incompetencia de Díaz-Canel y su gabinete en medio de la pandemia”.
“En los noticieros, el cruce de palabras entre Díaz-Canel y Lacalle ha sido editado cuidadosamente para darle la última palabra al gobernante cubano. Pero el problema es que ya su discurso no convence a nadie y su crítica al gusto musical de Luis Lacalle fue la peor elección entre tantas posibles respuestas”, destacó León.
“Creo que Cuba no ha pasado tantas vergüenzas en la persona de sus dirigentes como ha sucedido con Díaz-Canel, que insiste en negar lo ocurrido el 11 de julio a pesar de que el mundo lo vio y la prensa estatal lo acompaña en esa mentira. Sin importar cuál sea el tema sobre la mesa, la prensa y los funcionarios castristas sólo son capaces de hablar del bloqueo del imperialismo y de la pequeña isla bajo asedio. Siguen apostando por una autocompasión que ya nadie se cree”, concluyó León.