Un grupo de cubanos refugiados de Naciones Unidas, y solicitantes de ese estatus, permanecía apostado este jueves frente a las oficinas de la Agencia de la ONU para los refugiados en Puerto España, Trinidad y Tobago.
Los 15 hombres y 12 mujeres quedaron desamparados luego que el ente internacional les informara que ya no eran elegibles para recibir la ayuda económica que, como refugiados, habían recibido hasta ahora.
Living Water, la organización de la sociedad civil de Trinidad y Tobago contratada por ACNUR para lidiar con los refugiados, informó que carecía de fondos para mantener la asistencia a los cubanos.
“Nos quitan la ayuda a nosotros y se la dan a los venezolanos” dijo a Radio y Televisión Martí, Yaquelín Vera, una de las refugiadas en la protesta que llego a Puerto España hace tres años.
Trinidad y Tobago encara un éxodo importante de venezolanos, que según ACNUR, sobrepasa los 40 mil. De ahí que la distribución de la ayuda está bajo revisión, a fin de identificar los casos más vulnerables y más necesitados, dijeron funcionarios.
Según cálculos de los propios cubanos, en Trinidad y Tobago hay más de mil ciudadanos de la Isla que intentan regularizar su estatus migratorio y que llevan meses, y otros años, sin obtener respuesta.
“Por el momento somos 27, pero en los próximos días se sumarán más a esta protesta porque son muchos los que han perdido la ayuda”, manifestó Yaneysy Santana, también refugiada.
La llegada de cubanos a este país, uno de los 15 miembros de la Comunidad del Caribe, ha ido en aumento desde que el régimen de Raúl Castro implementó en 2013 una reforma migratoria que flexibilizó la salida de Cuba.
Los cubanos están decididos a trabajar, pero como no hay ley estatal que proteja a los extranjeros, si son sorprendidos trabajando son apresados, y el empleador multado.
Al cierre de esta nota, la agencia de ONU para los refugiados convocó a una reunión con los cubanos para este viernes, a las 3:00 pm a la que asistirán tres hombres y tres mujeres, en representación del grupo.
"Cabe preguntarse, ¿será reintegrada la ayuda o recibiremos la buena noticia que seremos trasladados a un tercer país?, se preguntó Lisandra Farray, una de las apostadas frente a las oficinas de la agencia de la ONU.