El 29 de septiembre fue la fecha límite para que administradores de la redes SNET (Street Network) legalizaran los equipos permitidos y respetaran los límites impuestos por las resoluciones 98 y 99 del Ministerio de Comunicaciones. Hoy algunos cerebros detrás de este entramado siguen viendo esto como una imposición que viene a destruir un trabajo de años.
La red inalámbrica independiente construida a puro ingenio ha permitido en la última década el intercambio de información y de contenidos fuera de Internet, y para muchos jóvenes lleva el valor añadido de haber multiplicado el universo de los videojuegos interconectando a los gamers cubanos.
La legislación en vigor desde el 29 de julio busca el“ordenamiento del espacio radioeléctrico cubano” y limita la potencia de los equipos a los 100 milivatios.
Además obliga a las redes callejeras a incorporase a la infraestructura de la red administrada por los oficialistas Joven Club de Computación, creados por Fidel Castro en 1987.
Para Landy, quien administra la red SNET en Güira de Melena, Artemisa, estas resoluciones son un mecanismo con el que el Estado se ha apropiado de los equipos y la estructura creada con recursos propios durante los últimos 15 años.
Te estás robando entonces mi proyecto, lo que hicimos todos y lo estas convirtiendo en algo propio de la noche a la mañana...
Aceptar la propuesta de las autoridades cubanas implica “trabajar para alguien que se quiere apropiar de lo que es tuyo”.
“Cuando aplicas la lógica nadie puede estar de acuerdo con que le quiten sus equipos y que te conecten a una red que ya no vas a poder ver las cosas que veías, que ya no vas a poder jugar los juegos que jugabas. ¿Me vas a decir que no, que ya nada es de nosotros, que ahora es tuyo; que si quiero pertenecer a algo, voy a pertenecer a algo que es tuyo? Te estás robando entonces mi proyecto, lo que hicimos todos y lo estas convirtiendo en algo propio de la noche a la mañana, porque sí”, declaró el administrador de SNET en entrevista con Radio Televisión Martí.
El anuncio de las nuevas regulaciones generó una serie de protestas en las redes sociales, bajo la etiqueta #YoSoySNet. Los usuarios y administradores, en su mayoría muy jóvenes, llegaron a movilizarse en una manifestación pacífica frente a la sede del Ministerio de Comunicaciones en La Habana.
Alberto Páez, administrador de SNET en Quivicán, Mayabeque y uno de los que acudió a la protesta comentó sobre los costos de sumarse a la red ahora controlada.
“Tengo que regalar el equipo y si se rompe el equipo, le tienes que volver a donar otro y en Cuba cuestan entre los 150 o 200 dólares”, dijo Páez.
Acerca de ajustarse a los parámetros establecidos por el estado cubano Páez expresó: "Lo que hay es que ir al frente del Ministerio de Comunicaciones con las manos amarradas... pero con cables de red".