Residentes en Villa Clara describen como “desastre total” lo que dejó el ciclón Irma a su paso por el norte de la isla, donde afectó con fuerza destructora a los municipios costeros y dejó severos daños en localidades del interior de la provincia.
En Caibarién fue un "desastre total"
Armando Pérez, residente en Caibarién, dijo a Martí Noticias que en la localidad de Caibarién y en la zona costera, fue un "desastre total", y agregó que otras localidades más alejadas del mar, como Remedios, Zulueta, Encrucijada, Camajuaní y Santa Clara, también sufrieron severos daños.
Amador Blanco asegura que, en Caibarién, la mayoría de las casas perdieron los techos, los almacenes están en el suelo, no hay agua potable y, hoy martes, intentaban levantar las torres eléctricas que han dejado a la localidad sin servicio de electricidad desde el viernes 8 de septiembre.
Con relacion a los problemas que se derivan de la falta de energía, Blanco celebró que tienen acceso a varios puntos de la ciudad que el gobierno habilitó para que la gente pueda cargar los teléfonos, de forma gratuita.
Con relación a los daños en las ciudad, precisó que el área del Malecón fue la única que no sufrió afectaciones, algo que no sucedió en los terraplenes que conectan Caibarién con Cayo Coco, donde la destrucción en de la infraestructura turística fue considerable.
“Lo que nos interesa ahora es la parte urbana y que se restablezcan los servicios básicos para la población, como alimentos, agua, electricidad y atención médica", señaló Blanco quien aseguró que están vendiendo algunas galletas a la población, bajo la vigilancia de la policía para evitar disputas.
"Las necesidades son muchas y todas las ayudas, sin escatimar de dónde vienen y quién las envía, son necesarias”, clamó el activista.
A través de Martí Noticias, Blanco pidió hacer público un llamado a las instituciones del país a que no se nieguen a recibir ayuda de todo el mundo y enfatizó en que “dejen al diablo los problemas políticos, porque este es el momento de recibir ayudas sin importar de dónde vienen".
Camajuaní: “Quedaron con techo sólo las casas de placa”
La furia de Irma se extendió más adentro de la isla, donde se reportaron daños considerables.
En Camajuaní, “quedaron con techo sólo las casas de placa”, aseguró Leonardo Rodríguez, activista del Instituto Patmos, residente en ese municipio.
Los residentes en Camajuaní siguen este martes sin energía eléctrica y no tienen esperanzas de que se restablezca pronto. Aún están incomunicados con Sagua La Chica, más al norte de Camajuaní, pero ya las vías de acceso hacia Remedios, Caibarién y Santa Clara se restablecieron, dijo Rodríguez.
“El viento se llevó las planchas del techo de una base de ómnibus y hoy la gente anda recogiéndolas para ponérselas a su casas, pero ya hay varios detenidos”, agregó Rodríguez.
El activista advierte que la gente se arriesga, porque no creen que recibirán ayudas y apoyo por parte del gobierno para recomponer sus casas, como ocurrió en ciclones anteriores que lo perdieron casi todo y nunca les han entregado materiales para reconstruir sus techos.
Encrucijada: Derrumbes y afectaciones en viviendas
También desde la localidad de Encrucijada se reportaron daños notables, según un informe que Félix Llerena, activista y promotor de Cuba Decide compartió con Martí Noticias.
"En nuestro municipio se reportan severos daños en farmacias, también hemos conocido de afectaciones en las puertas del policlínico municipal, además de derrumbes y afectaciones en viviendas e instalaciones estatales".
En general, todo el territorio central del país sufrió serias afectaciones en los cultivos, fundamentalmente los de plátano y caña de azúcar, precisó el informe de Llerena.
Sagua la Grande "jamás había vivido algo así"
Sagua la Grande, al oeste de Caibarién, ofrecía este domingo el rostro de la devastación total.
Las imágenes publicadas por Carlos Alejandro Rodríguez, del portal Periodismo de Barrio en su perfil de Facebook, muestran la destrucción del municipio que "jamás había vivido algo así".
William Vázquez, residente en Sagua La Grande, calificó de "desastre total" lo ocurrido y enfatizó en que "lo peor fue en Isabela de Sagua y Uvero, donde no quedó nada".
"Las casas en esos dos lugares quedan muy cerca del mar, por eso el desastre fue mayor", agregó Vázquez, quien se mostró preocupado por el destino de los pobladores de Quemado de Güines, Corralillo y los caseríos al oeste de la costa norte de Villa Clara, de quienes no había tenido noticias desde antes del paso de Irma.
Aseguró que los sagüeros siguen sin energía eléctrica y sólo el que tenga baterías o forma de darle carga a sus teléfonos, puede saber lo que está pasando.
Mientras, los periodistas de la emisora estatal de Radio Sagua se han mantenido publicando a través de Facebook imágenes de Sagua e Isabela de Sagua. "Amigos, esto es lo que dejó Irma, la destructora, a su paso por el poblado costero de Isabela", escribió Angela González Estrada.
La reportera también pudo recorrer otros caseríos cercanos a Sagua La Grande y expresó que su consternación era grande.
"Nunca en mis años había visto tanto desastre. Es duro ver al paso de cada lugar tanta furia, tanta destrucción por los efectos de este implacable huracán".
"Pero, créanme, me aprieta el pecho, me duele el corazón al ver mi pueblo y yo estuve en en la zona de defensa de Sitiecito. Allí también el panorama es devastador. El paisaje está totalmente destruido, pero su gente ya guapeando. Estas son algunas imágenes de Sitiecito, agregó.
En Santa Clara "es mucho lo que hay que hacer"
En Santa Clara el azote también se sintió con fuerza y la recuperación no puede ser rápida, porque es mucho lo que hay que hacer, asegura el comunicador Carlos A. Torres, quien señaló que las afectaciones en los tendidos eléctricos y las líneas telefónicas son numerosas.
No hay agua potable y la alimentación va escaseando, porque no hay forma de refrigerar "lo poco que uno tiene", señaló el reportero, cuya vivienda fue dañada y solo ha podido recomponer un poco para evitar mojarse, porque "todo el día ha estado lloviendo. La situación es crítica", concluyó.