KYIV (AP) — La posibilidad de proporcionar cazas a Kyiv para ayudar a repeler a las fuerzas invasoras rusas podría poner en peligro la unidad de los aliados occidentales de Ucrania, entre temores de que eso provoque una escalada del conflicto iniciado hace casi un año e implique más a los aliados en la guerra.
El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, tenía previsto un encuentro el martes con las autoridades en París y se esperaba que el envío de cazas a Ucrania estuviera en el orden del día.
Las autoridades ucranianas han pedido con insistencia que sus aliados envíen aviones de combate y afirman que son cruciales para desafiar la superioridad aérea rusa y garantizar el éxito de futuras contraofensivas que puedan liderar los tanques prometidos hace poco por países occidentales.
No había indicios de que hubiera una decisión próxima sobre los aviones de combate, ni señales de que los países occidentales hayan cambiado su posición original sobre el tema. Los aliados de Ucrania también han descartado proporcionar a Kyiv misiles de largo alcance capaces de llegar a territorio ruso, lo que apunta a una prudencia similar con los aviones de combate.
Se cree que tanto Ucrania como Rusia están reforzando sus arsenales con vistas a una ofensiva en los próximos meses. La guerra se ha quedado en gran parte estancada en el campo de batalla durante el invierno.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo el lunes que su país no descarta enviar cazas a Ucrania, aunque planteó varias condiciones para dar ese paso.
Entre esas condiciones mencionó que no provocara una escalada de las tensiones ni utilizar las aeronaves "para tocar tierra rusa", así como que no mermara "la capacidad del ejército francés".
También dijo que Ucrania debía solicitar oficialmente los aviones, algo que podría ocurrir durante las reuniones de Reznikov en París.
Tras meses de regateo, las autoridades ucranianas persuadieron la semana pasada a sus aliados occidentales para que envíen los tanques. La decisión se tomó pese a los reparos y cautela de algunos miembros de la OTAN, como Estados Unidos y Alemania.
Cuando un periodista le preguntó si su gobierno estudiaba enviar aviones F-16 a Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió "no".
El viceasesor de seguridad nacional de Biden, Jon Finer, dijo la semana pasada en una entrevista en MSNBC que Washington hablaría de cazas "con mucho cuidado" con Ucrania y sus aliados.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, pareció reacio a la idea de proporcionar cazas y el domingo sugirió que la razón por la que se estaba teniendo la conversación podrían ser "motivos de política interna" en algunos países.
El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, dijo el lunes que "no hay tabúes" en los esfuerzos por ayudar a Ucrania, aunque añadió que enviar cazas "sería un próximo paso muy grande".
Como en debates anteriores sobre cómo ayudar a Ucrania, Polonia es un gran defensor en la Unión Europea de que se preste ayuda militar. Polonia, Eslovaquia y los países Bálticos en el flanco oriental de la OTAN se sienten especialmente amenazados por Rusia.
Por su parte, el presidente de Croacia, que ocupa el turno de presidencia de la OTAN, criticó a los países occidentales por proporcionar tanques pesados y otras armas a Ucrania. El mandatario, Zoran Milanovic, alegó que esas entregas no hacen más que prolongar la guerra.
En una fase anterior del conflicto, la conversación se centró en la posibilidad de ofrecer a Kyiv cazas MiG-29 de fabricación soviética con los que los pilotos ucranianos están familiarizados. El Pentágono rechazó en marzo la propuesta de transferir cazas MiG-29 a Kyiv a través de una base estadounidense en Alemania, y citó un alto riesgo de provocar una escalada entre Rusia y la OTAN.
Los aviones occidentales darían un gran espaldarazo a Ucrania, aunque enfrentarse a la enorme fuerza aérea rusa seguiría siendo un gran desafío.
Ucrania heredó una flota significativa de aviones de combate de la era soviética, incluidos cazas Su-27 y MiG-29, así como aeronaves Su-25 de ataque a tierra.
Cambiar a modelos occidentales requeriría que las tropas ucranianas pasaran una larga instrucción y también aumentaría los riesgos logísticos asociados a su mantenimiento y reparación.
Rusia atacó de forma metódica las bases y baterías aéreas ucranianas al principio de la guerra, pero Ucrania ha sido astuta en la reubicación de sus aviones de combate y ocultando sus defensas antiaéreas, lo que ha impedido a Rusia tomar el control pleno del espacio aéreo.
Tras sufrir fuertes pérdidas al inicio del conflicto, las fuerza aérea rusa ha evitado adentrarse en el espacio aéreo ucraniano y se ha centrado en misiones de apoyo cercano a lo largo del frente.
La fuerza aérea ucraniana enfrentaba desafíos similares y trataba de proteger los aviones que quedaban de los cazas y los sistemas antiaéreos rusos.
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