En Colombia, un poderoso entramado de espionaje y agentes de inteligencia está desplegado en una de las sedes diplomáticas radicadas en su territorio: la Embajada de Cuba.
A principios de mayo, el senador y ex presidente colombiano Alvaro Uribe informó que la Agencia Nacional de Inteligencia de Colombia le había entregado reportes “sobre un posible atentado en mi contra, en el cual estarían involucrados criminales locales y extranjeros”. La información de Uribe fue corroborada por el Ministro del Interior, Guillermo Rivera.
Antes, en una conversación con RCN Radio, el expresidente Andrés Pastrana había urgido al gobierno de Juan Manuel Santos a decir “si efectivamente hay o no hay un plan con injerencia extranjera por parte de los Gobiernos de Venezuela y Cuba para asesinar al expresidente Uribe".
En una exposición más detallada ante el Senado, Alfredo Rangel, miembro del partido de Uribe, Centro Democrático, denunció que "al parecer, oficiales del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) (de Venezuela) y de su dirección de contrainteligencia militar estarían confabulados con el tenebroso G2 de Cuba para realizar un atentado contra la vida e integridad del presidente del Álvaro Uribe".
Y agregaba Rangel: “La Fiscalía General de la Nación debería esclarecer a la mayor brevedad ese señalamiento que se hace a los servicios de inteligenciatanto de Venezuela como de Cuba, oficiales y miembros de esos servicios de inteligencia que estarían hoy cobijados en las embajadas tanto de Venezuela como de Cuba en Bogotá”.
Esto motivó una rápida respuesta de la sede diplomática cubana, que aseguró que “Cuba nunca ha actuado de la forma en que sugieren algunos medios de comunicación y algunas personas rencorosas por muy poderosos que sean sus enemigos (…) Así no actúa Cuba. ¿O es que acaso a determinadas personas les cuesta entender lo que es una política exterior basada en principios, valores y ética?”, preguntaba la representación diplomática.
¿Será que en nombre de esos “principios valores y ética” importantes puestos en la legación en Bogotá, incluyendo el del propio embajador, están y han estado copados por experimentados agentes de la inteligencia castrista, incluido el subversivo Departamento América del Comité Central del Partido Comunista?
Reclutar y penetrar
Desde el restablecimiento de relaciones bilaterales, el 1975, Cuba ha mantenido relaciones políticas y diplomáticas con Colombia como parte de su acercamiento intencional con América Latina para reclutar y penetrar todos los sectores del gobierno, fuerzas armadas, servicios de seguridad, medios de comunicación y la sociedad en general.
La estrategia cubana parece cumplir el objetivo de influir en los acontecimientos políticos a favor de los intereses regionales del régimen. También, al igual que en el resto del mundo, ha usado al país suramericano como plataforma para socavar todos los intereses de Estados Unidos, en lo que resulta clave el reclutamiento de ciudadanos colombianos, ya sean funcionarios o simples ciudadanos.
El año pasado, la revista Semana reportó cómo en una carta ocupada en la prisión a Mateo Gutiérrez, uno de los miembros del llamado Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), el remitente se dirige a alguien llamado Tony. En junio de 2017, el MRP estuvo responsabilizado con la colocación de una bomba en el Centro Comercial El Andino de Bogotá, con saldo de tres muertos y una docena de heridos,
El destinatario Tony no es otro que José Antonio “Tony” López, un ex diplomático cubano.
“Sé que durante mi estadía en Cuba me aconsejaste no volver a Colombia, los riesgos que eso me traería eran previsibles (…) El recuerdo de Cuba y Fidel me ha acompañado en los momentos de más miedo y soledad (…) Sé que eso no me abandonará nunca, muchas gracias por permitirme conocerte a ti, tu hogar y a tu país”, afirma la misiva.
Según Aracely León, madre de Gutiérrez, viajaron a Cuba el 12 de enero 2017. “Nos hospedamos en casa de Tony y nos cuenta de la brigada de solidaridad con Cuba y Mateo se entusiasma (...)", y se queda un tiempo más en la isla participando de las actividades de la brigada junto a una veintena de jóvenes latinoamericanos más", afirmó León en entrevista con Noticias Uno Colombia.
Semana resalta que los padres de Mateo han reconocido que él realizó varios viajes al exterior, entre ellos, dos a Cuba en 2013 y 2017, y añade: “La Fiscalía ha señalado que en uno de esos viajes pudo recibir instrucción en uso de explosivos”.
En una carta de respuesta a Semana, López niega que haya pertenecido al G-2 [inteligencia] cubano, pero admite que a fines de los años 60 “fui promovido como funcionario del Departamento América del Comité Central del Partido, Departamento encargado de las relaciones con América Latina y el Caribe en esa época. No sé de dónde sacan la historia de que en esta época era miembro del G-2”.
El Departamento América ha sido durante décadas una especie de inteligencia paralela de Cuba y el principal encargado de la subversión en América Latina y de su financiamiento a través de secuestros, extorsiones y robos a bancos y furgones de dinero, como describe en su libro El furor y el delirio uno de sus exagentes, Jorge Masetti, hijo del guerrillero argentino Jorge Ricardo Masetti (1924-1964).
Funcionarios del Departamento América fueron el primer embajador castrista en Colombia, Fernando Ravelo Renedo, y su subalterno, Gonzalo Bassols, acusados de tráfico de drogas por la Fiscalía Federal del sur de la Florida por facilitar, a cambio de embarques de armas para la guerrilla colombiana M-19, el paso a través de Cuba de embarques con toneladas de marihuana y metacualude arreglados por el narcotraficante Jaime Guillot Lara y protegidos por la Marina de Guerra cubana. El M-19 es el movimiento donde se forjó al candidato izquierdista a las elecciones del domingo en Colombia, Gustavo Petro),
También de la inteligencia
Pero desertores de la Dirección de Inteligencia cubana (DI) ubican además a “Tony” López como miembro de su departamento M-5 o “Ilegales”, que se ocupa de agentes en el extranjero sin cobertura diplomática y que radica en el noveno piso del edificio de la DI en Línea y A, en el distrito habanero de El Vedado.
Según esas fuentes, López estuvo oficialmente destacado en la Embajada cubana en Colombia entre abril del 2000 y enero del 2005.
Nacido en enero de 1942, con carnet de identidad cubano número 42012812780, José Antonio López Rodríguez vive actualmente en un apartamento triple en la calle Basarrate No. 205 entre San José y Valle, municipio habanero Plaza de la Revolución.
El lugar opera convenientemente como “casa particular” u hostal privado bajo licencia del gobierno, como consta en un anuncio publicado en el sitio de clasificados “Cubísima”, donde aparece como contacto telefónico la esposa de López, Joaquina Cruz Avila. En el último piso, remodelado para alquilar, fue donde durmieron Mateo Gutierrez León y su madre, Aracely León Medina.
Generalmente los invitados que el gobierno de Cuba no desea mostrar en público son hospedados en las llamadas “casas de protocolo” o en casas controladas por la inteligencia, ubicadas en las llamadas “zonas congeladas”. Ahora, con el auge del turismo en la isla, mientras las “casas particulares” ayudan a compensar la insuficiencia de habitaciones en los hoteles del Estado, Gutiérrez y León pasarían inadvertidos como “dos turistas suramericanos”.
Embajada en Colombia, cueva de “topos”
En los años 80 y 90 el centro de la inteligencia cubana en la Embajada en Colombia se clasificó entre los más importantes de la región después de México y Perú. Humberto Cachón Gacita (“Hermes”), Rubén Darío Ibáñez Fajardo (“Dalio”), Rolando Sarraf Elías (“El Moro”), Francisco González García (“Frank”), Tomas Díaz Acosta (“Tomasito”) y Juan Roberto Loforte “Ramón” (recientemente relevado), han sido algunos de los jefes y oficiales de ese centro que, en diferentes épocas, han dirigido el trabajo de la inteligencia cubana en ese país, usando coberturas diplomáticas o periodísticas.
Mientras de manera equivocada gobiernos democráticos colombianos pensaban que, manteniendo relaciones cordiales con Cuba podían inducir a que la cúpula castrista suspendiera su apoyo logístico de todo tipo -incluido entrenamiento- a los grupos subversivos FARC, ELN y M-19, los servicios cubanos mantuvieron de manera oculta su permanente colaboración y hasta dirección de dichos grupos terroristas en Colombia.
Fernando Ravelo Renedo, primer embajador del gobierno de Fidel Castro en Colombia desde finales de los 70, era fundador de la inteligencia cubana y luego oficial del Departamento América. Desde su llegada a Colombia desarrolló, con cobertura legal, una línea de trabajo basada en la utilización del narcotráfico para financiar a los grupos armados ilegales colombianos y obtener otras ganancias que permitían respaldar a grupos terroristas en otros países del mundo.
Ravelo Renedo y su subalterno en la Embajada, Gonzalo Bassols, están acusados por la Fiscalía Federal del Sur de la Florida de tráfico de drogas con otros dos funcionarios cubanos, ambos destacadas figuras de la jerarquía comunista: el vicealmirante Aldo Santamaría, ex jefe de la Maria de Guerra Revolucionaria, y René Rodríguez Cruz, ya fallecidos.
Los capos de los topos
Hoy, en la pequeña Embajada del barrio bogotano del Chicó, laboran al menos tres experimentados altos oficiales de la DI cubana: el Embajador, el Primer Secretario y el Consejero de Prensa. A continuación, datos sobre ellos:
José Luis Ponce Caraballo, Embajador
En el cargo desde el 18 de diciembre del 2015, es realmente un coronel de la Dirección de Inteligencia cubana que usó la “fachada” de periodista de la agencia cubana Prensa Latina desde los años 70.
Nació en la ciudad de La Habana el 21 de junio de 1950 e ingresó en la inteligencia cubana a principios de los años 70. Su primera misión en el exterior como oficial de inteligencia de Cuba fue en Angola, desde 1976 hasta 1981, bajo cobertura de corresponsal de Prensa Latina.
Ponce Caraballo fue asignado en 1993 a la Sección de Intereses de Cuba en Washington D.C., donde fungió como Primer Secretario. Fue expulsado de Estados Unidos en agosto 19 de 1996 en respuesta a la expulsión de Cuba de la diplomática norteamericana Robín D. Meyer, señalada por el gobierno de Cuba por reunirse con defensores de los derechos humanos de la sociedad civil de la isla. Evidentemente los servicios de contraespionaje estadounidenses conocían la actividad de espionaje que realizaba el Primer Secretario en la Sección de Intereses de Cuba en Washington D.C. Durante su estancia en Estados Unidos tuvo acceso a altas esferas políticas y gubernamentales del país.
A su regreso a la isla fue nombrado director del Centro de Prensa Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores (CPI), donde permaneció desde 1996 hasta 2007. El CPI ha sido utilizado desde principios de los años 80 como “fachada profunda” de la inteligencia cubana.De manera paralela continuó trabajando todos esos años en el Departamento M-I (Estados Unidos-Canadá) de la inteligencia cubana.
Ponce Caraballo es muy amigo del veterano oficial de la inteligencia cubana Luis Gilberto Beatón Fonseca “Beatón”, quien también ha usado durante años el disfraz de periodista de Prensa Latina, incluida una estancia para el Departamento M-I en la Misión Diplomática cubana en Nueva York, entre 1982 y 1984.
En la actualidad, Beatón Fonseca desarrolla sus actividades de inteligencia bajo la fachada de jefe de la oficina de Prensa Latina en Venezuela, donde presumiblemente es jefe -o segundo jefe- del centro de la inteligencia cubana en ese país. Es también coronel de la DI.
Julio César Guillén Vilella, Primer Secretario
Guillén Villela nació en Jovellanos, Matanzas, el 11 de noviembre de 1962. Se graduó del preuniversitario de 10 de octubre en 1980. Su documento de identidad cubano es el 62111118863. Su primera posición en la inteligencia cubana fue en el área de contrainteligencia exterior (departamento MQ).
Posteriormente fue trasladado al departamento M-II (dos) (América Latina y Caribe). Su primera misión en el extranjero fue en Argentina. Luego tuvo una segunda misión en México de 1995 al 2000.
Julio César aparece registrado en la Embajada cubana en Bogotá desde el 12 de septiembre del 2007 (no se ha podido determinar si ha cumplido más de una misión o se trata de la misma). Pasa temporadas en La Habana atendiendo actividades comerciales con una compañía suiza de la que aparece como representante en Cuba.
Está casado con Mitranis Fernández, con quien tiene un hijo: Jorge Abel Guillén Fernández.
Jorge Abel vive hoy en día en la ciudad de Miami, Florida, luego de pasar algún tiempo en Israel. Mitranis y su esposo visitan con frecuencia a su hijo en Miami y, según algunas fuentes, lo ayudan “económicamente”.
Joel Marrero Enríquez, Consejero de Prensa y jefe de Centro
Joel Marrero Enríquez, actual Consejero de Prensa en la Embajada de Cuba en Colombia, es un teniente coronel de la DI y es el jefe de centro de la inteligencia en la legación cubana en Bogotá.
Nació en La Habana el 28 de octubre de 1971 y su documento de Identidad cubano es el 71102811526. Se graduó del ISRI (Instituto Superior de Relaciones Internacionales) en 1993. Sus inicios en la inteligencia cubana fueron en la sección MI-IV que atiende el sector académico de EEUU.
Esta sección del departamento M-I se encarga de tratar de reclutar a estudiantes y académicos norteamericanos. Los reclutados son luego proyectados para penetrar, como ocurrió con la conocida espía convicta Ana Belén Montes, agencias de inteligencia, oficinas del gobierno, y dependencias de las fuerzas armadas y el poder legislativo en Estados Unidos. En el caso de los profesores y académicos son utilizados como agentes de influencia y como agentes indicadores para reclutar a jóvenes estudiantes que sean sensibles a asimilar la propaganda castrista. En este departamento fue donde Marrero conoció al actual embajador de Cuba en Colombia, Ponce Caraballo.
La primera misión en el exterior de Marrero fue en México, desde donde atendía relaciones de inteligencia “sembradas” en Estados Unidos. En 1998 fue trasladado a la entonces Sección de Intereses de Cuba en Washington D.C. bajo la cobertura de Segundo Secretario.
El 14 de abril de 2000 fue expulsado de Washington D.C. por sus actividades de espionaje, además de haber sido coprotagonista de una golpiza que dieron funcionarios de la Misión cubana a manifestantes pacíficos que protestaban frente a dichas oficinas pidiendo democracia para Cuba. Por tener inmunidad diplomática no se les pudo juzgar.
Marrero fue enviado luego a una nueva misión (bajo fachada diplomática) en el centro de la inteligencia cubana en México, donde atendió a agentes secretos de Cuba en Estados Unidos y ocupó la posición de segundo jefe de centro. En esos momentos el jefe de centro de la inteligencia cubana en México era Darío Ibáñez Fajardo "Dalio".
En el departamento MI-IV compartió con Ponce Caraballo, quien propuso que Marrero fuera asignado como jefe de centro en la Embajada en Bogotá. Marrero llegó a Colombia el 2 de septiembre del 2016 para sustituir a quien dirigiera el centro hasta esa fecha: Juan Roberto Loforte Osorio “Ramón”.
Marrero está casado con Giselle Cuadra Denis. La primera residencia de ambos en Cuba fue en la calle 68 número 29 Apartamento 11, entre 29-A y 29-B.
Once de 19
Como sucede en otras regiones y países de especial interés, la inteligencia cubana en Colombia usa dos tipos de espías: los legales y los ilegales.
Los legales son los que trabajan en Colombia bajo cobertura diplomática desde la Embajada de Cuba en Bogotá, y periodistas de Prensa Latina, como la actual corresponsal Tania de la Caridad Peña Aguado. Estos últimos carecen de inmunidad diplomática.
Los ilegales son oficiales de inteligencia cubanos que luego de un largo entrenamiento y preparación adquieren identidades NO cubanas y se asientan en países con dichas falsas identidades, desarrollando todo género de profesiones y actividades sin ninguna vinculación aparente con Cuba. Sus comunicaciones con el servicio en Cuba son totalmente impersonales, por esa razón es muy difícil de detectar su actividad de espionaje.
Un ejemplo de estos últimos sería el espía convicto de la Red Avispa Gerardo Hernández, quien se hacía pasar por un puertorriqueño soltero que trabajaba desde su vieja computadora, bajo el alias "Manuel Viramontes".
Además de los tres altos oficiales antes mencionados, nuestras fuentes señalan que, como mínimo, Cuba tiene otros ocho espías entre las 19 personas que trabajan en la Embajada de Cuba en Bogotá.
En la siguiente lista de funcionarios de la sede diplomática, se marca en rojo el personal que realiza labores de inteligencia y espionaje en Colombia (cliquear en la foto y luego en Descargar).
La Embajada cubana mantiene normalmente una dotación de 15 diplomáticos, pero cuatro más llegaron a finales de 2017 y principios de 2018 para reforzar el equipo en este año de elecciones en Colombia, y buscar vías de ayudar a los partidos afines al régimen de La Habana.
Con la implementación de los postulados del Foro de Sao Paulo, una suerte de nueva internacional socialista fundada por Fidel Castro y Luis Ignacio “Lula” Da Silva en 1990, el régimen cubano patrocinó una novedosa forma de tomar el poder en la región: llegar por vías democráticas para después desde la presidencia, desmantelar las estructuras democráticas y convertir esos países en dictaduras socialistas disfrazadas de democracias.
El Foro de Sao Paulo pudo alcanzar sus objetivos fundacionales con el generoso financiamiento de Hugo Chávez tras su arribo a la presidencia de Venezuela en 1999, y el poderoso aliento de una economía boyante por los altos precios del petróleo en el mercado mundial.