Uno de los pocos exiliados cubanos en Miami con acreditación en la VII Cumbre de Panamá es Roberto Ruiz-Casas, vicepresidente del Foro de Promoción Democrática Continental. Forma parte de la delegación de Estados Unidos y participa en dos mesas de debate en los foros previos a la Cumbre de Jefes de Estado: "Gobernabilidad y democracia" y "Participación Ciudadana".
Pero estas mesas, además de otra que se llama "Jóvenes por la democracia", fueron asaltadas en la jornada de hoy por grupos pro castristas, según confirmó el participante a Martí Noticias, vía telefónica.
"Son gente muy soez –dijo Ruiz-Casas–. Tienen la misión de destruirlo todo. Trajeron comandos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Pero, en general, están dirigidos por los cubanos, cuyo líder aquí es el exministro de Cultura Abel Prieto".
Según narró este participante en los foros, el acoso al activista pro democracia Guillermo Fariñas, miembro de la sociedad civil cubana, fue desmedido. Él lo presenció. Fariñas, Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia otorgado por el Parlamento Europeo, tuvo que salir escoltado y moverse dentro de un grupo ofensivo que lo llamó "negro".
Un grupo de las mesas de trabajo –de 35 naciones– llevaba un cartel con las palabras "Democracia es Respeto", pero tuvieron que enfrentar las agresiones verbales de los comandos pro castristas que gritaban la palabra "Mercenario", confirmó Ruiz-Casas, quien trabaja para el Condado de Miami-Dade.
Junto a él estaban acreditados los cubano-americanos René Hernández Fe y Huber Matos Garsault, nieto del fallecido líder anticastrista Huber Matos Benítez.
Rosa María Payá, cubana exiliada, también consiguió acreditación en Panamá gracias a la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia. El boicot de los piquetes organizados por el Gobierno cubano también se hizo sentir en los reportes de Payá a través de la red social Twitter. Ella notificó esta mañana que tuvieron que salir por la cocina.
En la jornada anterior, la activista expuso su discurso a duras penas, luego de saboteado el acto en el que se iba a presentar. Gritos de "Viva la Revolución", "Viva Fidel" y "Viva Raúl" salían de bocas de un piquete que obligó a trasladar la sesión a otro salón del hotel donde se encontraban.