El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) condenó el encarcelamiento de Juliet Michelena Díaz, miembro de una red de comunicadores ciudadanos en Cuba. La entidad, con sede en Nueva York, instó a las autoridades cubanas a liberarla de inmediato.
Michelena fue detenida el 7 de abril, días después de fotografiar un operativo policial en La Habana.
"La detención de Juliet Michelena Díaz pone de relieve la persistente intolerancia de los funcionarios cubanos con el periodismo independiente", afirmó Carlos Lauría, coordinador del programa de las Américas del CPJ.
La organización con sede en París Reporteros sin Fronteras también exigió al régimen comunista cubano la libertad de Michelena Díaz "lo más rápido posible", así como la retirada de todos los cargos presentados contra ella.
A Michelena Díaz la apresaron a la salida de su casa, y estando con las manos esposadas a la espalda, una vecina, miembro de las Brigadas de Respuesta Rápida, la empujó y la escupió en la cara. La policía que la conducía no hizo nada.
Inicialmente la acusaron de amenazar a la vecina en su casa. La fueron a buscar en la tarde del 7 de abril, en un auto patrullero de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Como no tenían orden de detención, ella se negó a ir, alegando que eso estaba escrito en las leyes que ha hecho el propio régimen.
Los oficiales se retiraron y volvieron con el auto patrullero, un jeep, dos mujeres policías y dos miembros de la Seguridad del Estado. Entraron en casa de Juliet de forma brusca, agrediendo a todos los que se encontraban allí y rociaron gas pimienta, que alcanzó los ojos de dos niños.
Luego condujeron a Juliet a la Unidad de la Policía del municipio San Miguel del Padrón, donde ella reside, y allí fue a buscarla su esposo. Cuando preguntó lo dejaron arrestado, y después lo soltaron.
Un grupo de comunicadores se congregó frente a la Estación de Policía, y luego se sumaron miembros de la Asociación Cubana de Ayuda a Familiares de Presos (ACAFP). Los cerca de 30 disidentes se quedaron allí hasta la madrugada coreando consignas como “Defiende tus derechos Juliet, todos somos humanos”; “Libertad para Juliet, Libertad, Libertad, Libertad”; “Abajo la injusticia, abajo, abajo, abajo”.
A Juliet la trasladaron en un jeep. Un teniente de la policía contactó a los disidentes y les dijo que la iban a enjuiciar.
En uno de sus últimos reportajes, publicado por Cubanet con testimonio fotográfico, Michelena Díaz expuso un episodio de violencia policial del que había sido testigo en La Habana y en el que: los Boinas Negras (tropas de élite) utilizaron perros sin bozal contra civiles en la vía pública, con saldo de al menos una persona mordida por los canes.
Según se ha sabido el cargo de que la acusan ahora es “Atentado”.
Según el artículo 142.1.del Código Penal cubano, incurre en ese delito "el que emplee violencia o intimidación contra una autoridad, un funcionario público, o sus agentes o auxiliares, para impedirles realizar un acto propio de sus funciones, o para exigirles que lo ejecuten". La sanción es, de uno a tres años de privación de libertad.
El 142.2 prevé que la misma sanción se impone si la violencia o intimidación, con iguales propósitos, se ejerce contra la persona que, en virtud de requerimiento o de obligación legal, presta asistencia a la autoridad, funcionario público o sus agentes o auxiliares.
Michelena fue detenida el 7 de abril, días después de fotografiar un operativo policial en La Habana.
"La detención de Juliet Michelena Díaz pone de relieve la persistente intolerancia de los funcionarios cubanos con el periodismo independiente", afirmó Carlos Lauría, coordinador del programa de las Américas del CPJ.
La organización con sede en París Reporteros sin Fronteras también exigió al régimen comunista cubano la libertad de Michelena Díaz "lo más rápido posible", así como la retirada de todos los cargos presentados contra ella.
Arresto violento
Según refiere Marta Beatriz Roque Cabello, coordinadora de la Red de Comunicadores Comunitarios, el miércoles 2 de abril, varios comunicadores fueron arrestados, para evitar la reunión de la entidad, y entre ellos se encontraba Juliet Michelena Díaz.A Michelena Díaz la apresaron a la salida de su casa, y estando con las manos esposadas a la espalda, una vecina, miembro de las Brigadas de Respuesta Rápida, la empujó y la escupió en la cara. La policía que la conducía no hizo nada.
Inicialmente la acusaron de amenazar a la vecina en su casa. La fueron a buscar en la tarde del 7 de abril, en un auto patrullero de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Como no tenían orden de detención, ella se negó a ir, alegando que eso estaba escrito en las leyes que ha hecho el propio régimen.
Los oficiales se retiraron y volvieron con el auto patrullero, un jeep, dos mujeres policías y dos miembros de la Seguridad del Estado. Entraron en casa de Juliet de forma brusca, agrediendo a todos los que se encontraban allí y rociaron gas pimienta, que alcanzó los ojos de dos niños.
Luego condujeron a Juliet a la Unidad de la Policía del municipio San Miguel del Padrón, donde ella reside, y allí fue a buscarla su esposo. Cuando preguntó lo dejaron arrestado, y después lo soltaron.
Un grupo de comunicadores se congregó frente a la Estación de Policía, y luego se sumaron miembros de la Asociación Cubana de Ayuda a Familiares de Presos (ACAFP). Los cerca de 30 disidentes se quedaron allí hasta la madrugada coreando consignas como “Defiende tus derechos Juliet, todos somos humanos”; “Libertad para Juliet, Libertad, Libertad, Libertad”; “Abajo la injusticia, abajo, abajo, abajo”.
A Juliet la trasladaron en un jeep. Un teniente de la policía contactó a los disidentes y les dijo que la iban a enjuiciar.
Perros contra civiles
En uno de sus últimos reportajes, publicado por Cubanet con testimonio fotográfico, Michelena Díaz expuso un episodio de violencia policial del que había sido testigo en La Habana y en el que: los Boinas Negras (tropas de élite) utilizaron perros sin bozal contra civiles en la vía pública, con saldo de al menos una persona mordida por los canes.
Según se ha sabido el cargo de que la acusan ahora es “Atentado”.
Según el artículo 142.1.del Código Penal cubano, incurre en ese delito "el que emplee violencia o intimidación contra una autoridad, un funcionario público, o sus agentes o auxiliares, para impedirles realizar un acto propio de sus funciones, o para exigirles que lo ejecuten". La sanción es, de uno a tres años de privación de libertad.
El 142.2 prevé que la misma sanción se impone si la violencia o intimidación, con iguales propósitos, se ejerce contra la persona que, en virtud de requerimiento o de obligación legal, presta asistencia a la autoridad, funcionario público o sus agentes o auxiliares.