Nada más parecido a la perfección: dos relevos consecutivos del lanzador zurdo cubano Aroldis Chapman en la novena entrada, el viernes y el sábado, postraron a sus pies a los Astros de Houston y Rojos de Cincinnati mejoró aún más (30-22) su paso por la temporada 2012 en las Grandes Ligas.
Crece cada día como jugador el gigante holguinero de 6’4’’ de estatura y 200 libras de peso. Si durante dos temporadas fue enviado a la lomita como relevista intermedio, ahora el manager Dusty Baker le ha entregado las llaves del bullpen, confiado en que el muchacho pasará el cerrojo.
A mediados de mayo último, a poco de iniciar su tercera campaña, Chapman parecía atrapado en el ojo de un huracán: denunciado primero como presunto culpable del arresto de una persona en la provincia de Holguín, y detenido él mismo, días después, por conducir a exceso de velocidad y con una licencia suspendida.
Del primer caso, el programa A Mano Limpia (Canal 41, América TeVe), informó que “una familia de Miami acusó al pitcher y a su padre Juan Alberto Chapman Benett de estar implicados en el arresto, condena y tortura en Holguín del cubanoamericano Danilo Curbelo García”.
De Curbelo, que visitaba a sus padres en la Isla, se dice que “se encontró casualmente con Chapman a quien le dijo que en Estados Unidos podría ganar millones”. Las autoridades le advirtieron al visitante que estaba bajo investigación, pero luego fue apresado y ahora – a petición de sus familiares --está en curso en Miami, por aquellos hechos, una demanda civil del abogado Avelino González contra el serpentinero del Cincinnati.
Según los Curbelo, una supuesta acusación de Chapman contra el hombre ahora detenido en Cuba tuvo como propósito para el pelotero allanar su regreso a los primeros planos del deporte nacional –fue antes brevemente separado, cuando intentó una salida por el mar--, y él finalmente escapó de las filas de un equipo cubano en 2009, en el Torneo de los Puertos en Rotterdam, Holanda.
Mucho menos que los 18 millones de dólares que solicitan los Curbelo como indemnización supondría en cambio un ticket de tránsito para el pitcher zurdo, dejado en libertad por la policía del suburbio Grove City, en Columbus, tras el pago de una fianza. El pelotero conducía a 93 millas por hora -- el 6 de junio deberá presentarse ante un tribunal--, algo por debajo de las 100 millas que alcanza a menudo en sus lanzamientos desde la lomita.
Y a la espera de que la justicia impere, Chapman parece muy tranquilo de conciencia. Su labor ante los Astros, este fin de semana, lo llevó a conquistar sus juegos salvados cuarto y quinto, números que agrega a sus cuatro victorias sin derrota.
Medio centenar de comentarios de los lectores, en la página oficial de los Rojos, se refirieron elogiosamente a los seis abanicados del zurdo en dos innings frente al Houston, y muchos fanáticos se suman al bando de quienes desean verlo en funciones de abridor. El serpentinero de 24 años no ha permitido carrera limpia en 28 innings, ha ponchado a ¡50 bateadores!, con nueve boletos concedidos, y tiene maniatado el ataque rival hasta el insignificante average de .076.
Crece cada día como jugador el gigante holguinero de 6’4’’ de estatura y 200 libras de peso. Si durante dos temporadas fue enviado a la lomita como relevista intermedio, ahora el manager Dusty Baker le ha entregado las llaves del bullpen, confiado en que el muchacho pasará el cerrojo.
A mediados de mayo último, a poco de iniciar su tercera campaña, Chapman parecía atrapado en el ojo de un huracán: denunciado primero como presunto culpable del arresto de una persona en la provincia de Holguín, y detenido él mismo, días después, por conducir a exceso de velocidad y con una licencia suspendida.
Del primer caso, el programa A Mano Limpia (Canal 41, América TeVe), informó que “una familia de Miami acusó al pitcher y a su padre Juan Alberto Chapman Benett de estar implicados en el arresto, condena y tortura en Holguín del cubanoamericano Danilo Curbelo García”.
De Curbelo, que visitaba a sus padres en la Isla, se dice que “se encontró casualmente con Chapman a quien le dijo que en Estados Unidos podría ganar millones”. Las autoridades le advirtieron al visitante que estaba bajo investigación, pero luego fue apresado y ahora – a petición de sus familiares --está en curso en Miami, por aquellos hechos, una demanda civil del abogado Avelino González contra el serpentinero del Cincinnati.
Según los Curbelo, una supuesta acusación de Chapman contra el hombre ahora detenido en Cuba tuvo como propósito para el pelotero allanar su regreso a los primeros planos del deporte nacional –fue antes brevemente separado, cuando intentó una salida por el mar--, y él finalmente escapó de las filas de un equipo cubano en 2009, en el Torneo de los Puertos en Rotterdam, Holanda.
Mucho menos que los 18 millones de dólares que solicitan los Curbelo como indemnización supondría en cambio un ticket de tránsito para el pitcher zurdo, dejado en libertad por la policía del suburbio Grove City, en Columbus, tras el pago de una fianza. El pelotero conducía a 93 millas por hora -- el 6 de junio deberá presentarse ante un tribunal--, algo por debajo de las 100 millas que alcanza a menudo en sus lanzamientos desde la lomita.
Y a la espera de que la justicia impere, Chapman parece muy tranquilo de conciencia. Su labor ante los Astros, este fin de semana, lo llevó a conquistar sus juegos salvados cuarto y quinto, números que agrega a sus cuatro victorias sin derrota.
Medio centenar de comentarios de los lectores, en la página oficial de los Rojos, se refirieron elogiosamente a los seis abanicados del zurdo en dos innings frente al Houston, y muchos fanáticos se suman al bando de quienes desean verlo en funciones de abridor. El serpentinero de 24 años no ha permitido carrera limpia en 28 innings, ha ponchado a ¡50 bateadores!, con nueve boletos concedidos, y tiene maniatado el ataque rival hasta el insignificante average de .076.