El cineasta ucraniano encarcelado en Rusia, Oleg Sentsov, en huelga de hambre desde hace 86 días, sufre anemia y bajas pulsaciones que no superan los 40 latidos por minuto, denunció hoy su abogado, Dmitri Dinze.
Según el letrado, a quien cita el portal digital Hromadske, Sentsov siente debilidad en todo el cuerpo, pero rechaza ser hospitalizado y cesar la huelga de hambre. El abogado señaló que él también está en contra del traslado de
su cliente a un hospital porque el estado del cineasta es tan frágil que "simplemente puede morir" en el camino.
La Cancillería ucraniana recordó hoy que Sentsov lleva casi tres meses sin ingerir alimentos y aprovechó la ocasión para volver a exigir su liberación.
Por su parte, en el Servicio Penitenciario Federal ruso publicó hoy un comunicado en el que califica de "satisfactorio" el estado de la salud del cineasta, quien se encuentra "bajo supervisión médica permanente" en la prisión.
Según la nota oficial, Sentsov recibe "un tratamiento para mantener la función de los órganos y sistemas vitales del cuerpo, e impedir complicaciones", y no se opone a la asistencia sanitaria. Los exámenes y análisis realizados al preso el 6 de agosto no permiten hablar de un deterioro de su salud, agrega el comunicado.
El director de cine, de 42 años y padre de tres hijos -uno de ellos con autismo-, cumple una condena de 20 años de prisión tras ser considerado culpable de preparar atentados terroristas en Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014, pero Ucrania y Occidente le consideran un preso político.
Sentsov, con nacionalidad ucraniana pero considerado por Rusia ciudadano suyo tras la anexión de Crimea, está recluido en un correccional de alta seguridad conocido como "Oso Polar" en el Ártico ruso, donde el pasado 14 de mayo se declaró en huelga de hambre para reclamar la liberación de todos los presos políticos ucranianos en Rusia.
El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos ordenó hace dos semanas a Rusia asistir "sin demora" a Sentsov para brindarle "tratamiento médico apropiado" en una institución médica.
EFE
