De José de la Caridad Méndez podemos decir que, de los peloteros negros parcial o totalmente desconocidos, "el Diamante Negro" es el más conocido de todos.
Y decimos parcial o totalmente desconocidos, porque de los jugadores cubanos de la raza negra que les tocó jugar en la época de Méndez, su actuación en Cuba es desconocida por la mayoría de los llamados entendidos en la materia que se desempeñan en Estados Unidos y la actuación de esos atletas en Estados Unidos es igualmente desconocida para muchos que han tratado de dictar cátedra en Cuba.
Y aquí nos referimos a los individuos que estudian y siguen el pasatiempo, no a los fanáticos comunes y a los que siguen con cierta curiosidad el béisbol. No, esas personas conocen, si acaso, solo algunas anécdotas sobre el béisbol negro.
En el caso de Méndez, la cosa es distinta. El que no sabe algo de quién era José de la Caridad Méndez está más cerca de la quimbumbia que de la pelota. Méndez fue la primera súper estrella de Estados UNidos nacida en Iberoamérica. Antes que Carmen Miranda, Sammy Sosa o Ricky Martin y en Cuba, como hemos dicho en nuestros programas de radio, era un ídolo en su tiempo. Cuando entraba en un restaurante, la gente se ponía de pie y lo aplaudía.
Y hoy, estamos haciendo este artículo, no como una biografía de Méndez, para eso necesitaríamos mucho más espacio, sino como una breve reseña de sus orígenes y de su actuación porque ya "el Diamante Negro" está en el Salón de la Fama de los inmortales en Cooperstown y habíamos prometido hacer artículos sobre los tres últimos cubanos que fueron elevados juntos al Templo del béisbol.
Ya hemos hecho artículos sobre Alejandro Pompez y sobre Cristóbal Torriente, quienes fueron elegidos, junto con Méndez, en una elección especial, por un comité también especial, el 27 de febrero del 2006. Los que leen nuestros escritos están familiarizados con ese proceso.
José de la Caridad nació en Cárdenas, provincia de Matanzas, el 19 de marzo de 1887. Tenía doble motivo para llamarse José, nació el día de San José y su padre también llevaba ese nombre. Su madre fue Manuela Báez.
Méndez cursó estudios primarios en el colegio San Luis de su ciudad natal y, aún niño, comenzó a trabajar como aprendiz de carpintero. Como es común en muchos atletas, tenía gran habilidad manual y facilidad para las artes. Se inclinaba por la música y aprendió a tocar el clarinete.
Pero, en su reducido ámbito social no había mucho espacio para esa variedad renacentista y comenzó a trillar más profundamente el camino hacia el campo en el que sería un virtuoso reconocido, el béisbol.
Méndez jugó en equipos locales cuando era aún un adolescente, siempre jugando con muchachos de más edad. Se sabe que a los 16 años, en 1903 jugó como torpedero para el equipo Vesubio y luego para una novena medio organizada y medio no, que llevaba el nombre de Majagua.
En 1905, nuestro héroe pasó a jugar al norte de la provincia de Las Villas y jugó con el equipo Patria de Sagua la Grande. En esa época los villareños conocían a Méndez como "el Cardenero", por su origen municipal. mientras que en su ciudad le decían "El Congo" por lo oscuro de su piel. Al año siguiente, 1906, Méndez comenzó a jugar para el equipo de Remedios, equipo con el que regresó en el año 1907 y que integraba un campeonato en el norte de Las Villas junto con los clubes de Unión Club de Caibarién, Camajuaní y Sagua La Grande.
Este campeonato, aunque era regional, ni siquiera provincial, tenía un gran calibre y en el club Remedios, junto con Méndez, participaban jugadores de la talla de Armando Marsans, Armando Cabañas, Heliodoro (Jabuco) Hidalgo y Carlos Royer y por su lado, el Unión Club de Caibarién tenía un lanzador llamado Conrado Rodríguez, apodado "el General Sagua", que se decía que era algo fuera de serie.
De esta liguita es que sale Méndez al profesionalismo a nivel nacional y hay varias versiones de cómo fue el proceso. Veamos la versión más extendida y después la cotejaremos con la historia.
Al ambiente beisbolero de la capital de Cuba había llegado el ruido de la reputación del lanzador Conrado Rodríguez y que decían, con típico entusiasmo criollo que el llamado "General Sagua" era el mejor pitcher de Cuba.
Siguiendo el eco de esos comentarios, la gerencia del equipo Almendares le pidió a Carlos Royer que, durante su participación en el campeonato Villareño, observara al "General Sagua" e informara sobre el mismo. La revista Bohemia publica en febrero de 1950 una entrevista con Alfredo ("El Pájaro") Cabrera donde este cuenta que Royer vio lanzar al famoso "General Sagua" pero que, además, vio jugar a Méndez y al que recomendó fue a Méndez, quien fue contratado por el Almendares. En la entrevista con "El Pájaro Cabrera" se habla de este como dirigente del club Almendares, eso fue en 1907. Pero, Cabrera no comenzó a dirigir al Almendares hasta la campaña de 1914-1915. Campaña en la que también Miguel Ángel González se estrenó como mánager del Habana. Pero, en 1907, a Cabrera, quizás se le consideraba dirigente como capitán del equipo.
Hay otra información de la que se habla poco. Cuando Cabrera llegó a mánager del Almendares, ya el mismo Méndez había sido mánager de los azules, en 1912.
Lo que más impresionó al Almendares de Méndez no fue su fildeo sino su brazo y así fue que el entrenador del club, Evaristo Pla y el torpedero regular, el propio Pájaro Cabrera convirtieran a Méndez a lanzador.
Méndez debutó como relevo con el Almendares el 2 de febrero de 1908 y ahí comenzó el carbón común a convertirse en diamante. "El Diamante Negro".
Ese año, el Almendares se coronó campeón y José de la Caridad Méndez ganó la corona de los lanzadores, ganando nueve partidos seguidos sin conocer derrota. Ese año, por el Habana, lanzaba un pitcher del béisbol negro de Estados Unidos que sería luego rival de Méndez así como compañero de equipo en Estados Unidos y que hoy está junto a él en Cooperstown. Rube Foster.
La actuación de Méndez en el Almendares hizo que lo contrataran para el equipo que enviaba a Estados Unidos el empresario cubano Abel Linares, los Cuban Stars. Así que, en ese mismo año de 1908, Méndez haría su primera visita a Estados Unidos a jugar pelota.
Al año siguiente, Méndez volvió a jugar con el Almendares, equipo con el que militó hasta la temporada de 1915-1916, habiendo dirigido el club en 1912, como apuntáramos.
En las campañas entre 1916 y 1919 no jugó en Cuba y volvió con los azules en la temporada de 1920-1921, faltando de nuevo los 2 años siguientes. Cuando regresó en la temporada de 1923-1924, lo hizo con los Leopardos de Santa Clara, considerado el equipo más fuerte de la historia del béisbol profesional libre de Cuba.
El torneo del 1924-1925 lo comenzó con Santa Clara y lo terminó con el Club Matanzas y jugó su última temporada en Cuba con los Alacranes de 1926 al 1927.
A esta labor hay que añadirle la que tuvo en las llamadas Series Americanas, que se celebraban cada año con equipos visitantes de Estados Unidos que se enfrentaban a selecciones de peloteros cubanos o a equipos cubanos. Los visitantes podían ser equipos de Grandes Ligas o selecciones de peloteros de Grandes Ligas así como equipos o selecciones del béisbol negro de Estados Unidos.
A este tipo de encuentro se debe una de las hazañas más repetidas de Méndez y se conoce como "los 45 escones seguidos propinados por Méndez al Cincinnati". Y sí, sí fueron 45 innings sin permitir carrera y gran parte de esos ceros se los dio al Cincinnati pero, los ceros se los repartió a 3 equipos diferentes. Veamos:
En noviembre de 1908, el Cincinnati, después de su temporada en las Grandes Ligas, llegó a La Habana como continuación de una gira que efectuaba por Estados Unidos. La publicidad del equipo informaba que llevaban 28 juegos seguidos invictos.
El equipo de los Rojos del Cincinnati debutó en La Habana con una victoria sobre los otros Rojos, los del Habana, de 2 por 1, el día 12 de noviembre de 1908. El segundo juego de los muchachos de la ciudad reina fue contra los Azules del Almendares con Méndez en la lomita. Resultado 1-0, Almendares. Méndez permitió un solo hit al 2ª base Miller Huggins. 9 escones.
El 2º juego con el Cincinnati. 29 de noviembre. Abre por el Almendares Bebe Royer y le hacen 3 carreras. Méndez entra como relevo en la 3ra. Entrada. No permite más carreras pero Royer pierde el partido 3-2. 16 escones. Diciembre 3. Méndez vuelve a lanzar frente al Cinci y le vuelve a dar 9 ceros. 25 escones. En esa gira, el Cincinnati jugó 13 partidos en Cuba con balance de 6 ganados, 6 perdidos y un empate.
Poco después de la visita del Cincinnati llegó a La Habana el equipo Key West para celebrar una serie con el Almendares. La primera actuación de Méndez contra el equipo de los cayos, en el Almendares Park, fue el 13 de diciembre y les ganó el partido 4-0 con 3 hits. 34 escones.
El siguiente juego fue a los 4 días, en diciembre 17, en Key West y Méndez le propinó un no hit no run a Key West. 43 escones.
Y la cadena terminó al comenzar el campeonato de 1908-1909 lanzando contra los Rojos del Habana el 24 de diciembre de 1908. Le hicieron carrera en el 3er inning. 45 escones.
Hay que destacar algo que no se menciona. Los 45 ceros fueron sin permitir carreras limpias. Si contamos los errores que le hicieron en ese último partido y que permitieron la carrera del 3rd inning, la cadena sin carreras llegó hasta 50 escones.
En Cuba Méndez lanzó, jugó cuadro y los jardines y como vimos, también dirigió a su querido Almendares. En Estados Unidos su carrera no fue menos polifacética.
En el béisbol Negro de Estados Unidos, Méndez jugó para los equipos siguientes: Brooklyn Royal Giants (1908); Cuban Stars (1909-1912); Stars of Cuba (1910); All Nations (1912-1917); Chicago American Giants (1918); Detroit Stars (1919) y Kansas City Monarchs (1920-1926). Aquí fue mánager-jugador.
La enciclopedia de las Ligas Negras que le dedica unas cuantas líneas a cada jugador, le dedica 2 páginas a Méndez y hace numerosas citas de sus contemporáneos.
Algunos de los que se enfrentaron a Méndez, dijeron que tenía más velocidad en sus lanzamientos que Smokey Joe Williams, considerado el lanzador más veloz del béisbol negro de aquella época.
En un episodio ya sepultado en la historia, reseña la citada enciclopedia que, en 1911, se enfrentaron Méndez, lanzando por el Almendares, con una selección de jugadores cubanos de la raza negra y Smokey Joe Williams, lanzando por los Lincoln Giants, reforzados, en el campo Highlanders Park en New York. Este partido lo llamaron "el campeonato de color del mundo" y comprendía los mejores jugadores de Cuba y los mejores de Estados Unidos, todos de la raza negra.
El juego se fue a extra innings sin carreras y Méndez ganó el partido en el 10º cuando los cubanos ligaron 3 hits y le hicieron una carrera a Smokey. Eso es hablar de lucha de titanes.
El gran John Henry Lloyd, considerado por algunos el mejor jugador de la historia dijo que él nunca se enfrentó a un lanzador superior a Méndez. Lloyd fue el 9º jugador que entró en el Salón de la Fama vía las Ligas Negras. Lo eligieron inmediatamente después que a Martín Dihigo.
La súper consagración de Méndez en Estados Unidos, vino cuando J. L. Wilkison lo firmó para ser mánager-jugador de los Kansas City Monarchs que se habían afiliado a la Negro Nacional League en 1920.
José de la Caridad jugó en el campo corto y lanzó ocasionalmente. Bajo su liderazgo, los Monarchs ganaron el campeonato en 1923, 1924 y 1925. En la primera de estas 3 temporadas Méndez tuvo un récord como lanzador de 8-2 y en las 2 siguientes de 4-0 y 2-0.
En las últimas 2 campañas Méndez llevó a su equipo a la Serie Mundial de Color contra los campeones de la liga del este, el Club Hilldale. En la victoria de la Serie de 1924 contra Hilldale, Méndez recobró su magia de antaño y lanzó en 4 juegos con 2 victorias sin derrotas y una lechada, con una efectividad de 1.42.
En la última temporada que Méndez jugó los Monarchs perdieron el campeonato de la liga en una reñida serie de Play Off con los Chicago American Giants. Hay que recordar que mientras Méndez era mánager en Kansas City, jugaba de torpedero y lanzaba de vez en cuando, también lo estaba haciendo en Cuba durante el invierno. Ya en el año 1926, Méndez tenía 39 años.
Méndez murió de bronconeumonía a los 41 años, el 31 de octubre de 1928, apenas 2 años después de su último juego con los Monarchs de Kansas City.
José de la Caridad Méndez Báez entró en el Salón de la Fama del béisbol cubano con el primer grupo que fue elevado, en 1939. "El Diamante Negro" entró en el Templo de los Inmortales de Cooperstown en el 2006. Un siglo exacto después de que el Cardenero se estrenara como torpedero del club Remedios.