La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se defendió el jueves de las críticas de la oposición por privilegiar al gobernante cubano, Raúl Castro, alojándolo en una residencia oficial. Rousseff se justificó alegando el "alto nivel" de las relaciones entre Brasil y Cuba y el trato recíproco que le ha brindado Castro en la isla.
La oposición brasileña protestó al conocer que, a su llegada a Brasilia, el gobernante cubano fue hospedado en la residencia oficial conocida como Granja do Torto, una hacienda campestre, especie de Camp David brasileño, mientras los otros 14 mandatarios que participaron en esa capital en una reunión cumbre China-Brasil-CELAC se alojaban en hoteles o en las casas de sus embajadores.
Preguntada sobre el asunto después de asistir a la cumbre en el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería, la presidenta alegó que el país caribeño también ha ofrecido residencias oficiales a las autoridades brasileñas, y estas han aceptado las invitaciones.
"Sistemáticamente el gobierno cubano nos ha proporcionado alojamiento en las casas que tiene, y nosotros muchas veces hemos aceptado. Así que es una cuestión de reciprocidad, civismo y buena educación ofrecerles a ellos lo mismo que ellos nos han ofrecido a lo largo de los años", dijo Rousseff.
"Si alguien tiene prejuicios contra Cuba, que no mezcle sus prejuicios con estas relaciones, que son relaciones diplomáticas de alto nivel", concluyó la ex guerrillera.
Un comunicado anterior aseguraba que el propio Castro habia pedido hospedarse en Granja do Torto.
"Está en el ADN del PT"
El Palacio de Planalto (presidencia) reaccionó así luego que varios políticos
de oposición criticaran el privilegio.
"Es una distinción inexplicable e injustificable”, afirmó el líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la Cámara Baja, Antonio Imbassahy.
También el líder del Partido Popular Socialista (PPS), Ricardo Bueno, afirmó que los demás mandatarios buscaron hospedaje independiente y no necesitaron la ayuda del gobierno brasileño para alojarse en Brasilia.
Según Bueno, la decisión de ceder una residencia oficial a Castro supone el uso de bienes públicos para beneficiar a aliados ideológicos del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT): “Está en el ADN del PT aprovechar los bienes públicos para uso ideológico”, sentenció.
Las casas de Raúl
El gobierno de Cuba en cambio no da explicaciones por hospedar con todos los gastos pagados a presidentes y otros huéspedes ilustres (o venidos a menos, como el ex presidente de México Carlos Salinas) en sus casas de protocolo.
Estas constituyen un complejo de más de un centenar de inmuebles numerados, que fueron confiscados por el gobierno de Fidel Castro a los miembros de la clase alta cubana tras marcharse al exilio.
Estas mansiones se concentran mayormente en el exclusivo reparto El Laguito, pero las hay también en Siboney, dos de las llamadas “zonas congeladas” de La Habana, donde viven altos dirigentes del partido comunista y el gobierno y tienen su residencia algunos empresarios y embajadores extranjeros.
Tienen entre una y seis habitaciones, están completamente amobladas, y cuentan con servicio doméstico y chofer con limosina. El área está vedada a los ciudadanos comunes, y nadie ajeno a la lista de invitados puede entrar en ella.
Entre las más notorias figura la Casa de Protocolo No. 6 , que fue durante muchos años de uso exclusivo de Gabriel García Márquez, a quién Fidel Castro decidiera regalársela después de que el escritor colombiano, su amigo personal, recibiera el Premio Nobel de Literatura en 1982.
También, la casa número 30, que perteneció al millonario Mark Pollack, uno de los más grandes exportadores de tabaco antes de la revolución. Allí vivió, mientras luchaba contra el cáncer, el presidente socialista de Venezuela Hugo Chávez. En la Número 17 se hospedaban sus hijas, y su entonces canciller, Nicolás Maduro, en la 29.
Esta última, con capacidad para 10 personas, se oferta ahora en alquiler por una agencia llamada Cuba Luxury Rent con sede en el Centro de Negocios de Miramar. He aquí la descripción:
“Villa 29, una residencia de dos plantas. Cuenta con una suite presidencial y 4 amplios dormitorios con cuartos de baño propios, 1 baño de visitas, 4 salas de estar, comedor con capacidad para 16 personas, cocina, terraza, balcón y garaje para 3 coches.
La carpintería es en maderas preciosas, hierro y vidrio. Dispone de una amplia zona verde en su entorno, protegido por una valla.
La villa tiene una bonita y bien cuidada piscina”.