Quienes visitaron Cuba antes de 2008 ─el año en que Raúl Castro asumió oficialmente el poder en Cuba como presidente de los Consejos de Estado y de Ministros ─ y han regresado diez años después cuentan que la isla está muy cambiada, con miles de micronegocios donde uno puede desde hospedarse en una casa particular hasta calmar con un refresco frío la sed que provoca el eterno verano cubano, cenar decentemente y ser bien atendido, reparar su móvil, o comprar en las calles frutas, libros y DVDs.
En el fondo, sin embargo, la forma dominante de propiedad que el gobierno ha seguido imponiendo en la isla sobre los medios de producción (más del 70 %) es la estatal, en la que la ineficiencia y la improductividad son males crónicos y aparentemente irremisibles.
De modo que la economía de Cuba se parece ahora a uno de esos almendrones americanos de los años 50, pintorescos por fuera con su capota aserrada y su pintura rosa-esmalte de uñas, pero que ningún experto (léase inversor extranjero) compraría como “antique” porque lo que llevan oculto bajo el capó son injertos de viejos Ladas y Moskovich rusos.
En un artículo publicado en abril de 2016 el politólogo cubano Eugenio Yáñez relaciona más de 50 cambios introducidos por Castro en los primeros ocho años de su “mandato”. Yáñez recuerda que se ha discutido si las reformas del general son verdaderas o una forma de “gatopardismo”, por la máxima que sobrevuela la novela “El Gatopardo" de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “algo tendrá que cambiar para que nada cambie". En el caso cubano, “nada” corresponde al poder y el bienestar de la clase gobernante.
La mayoría de los especialistas que han estudiado las transformaciones de la economía cubana en el período 2008-2018 coinciden en evaluar que han sido positivas y bien orientadas (en comparación con lo anterior), y al mismo tiempo insuficientes, lentas, y en algunas ocasiones hasta revertidas.
Si la divisa declarada del heredero de Fidel Castro para aplicarlas era “sin prisa, pero sin pausa”, un reciente pleno del Comité Central del Partido Comunista reconoció que en los últimos años el ritmo "se redujo por la complejidad de las medidas y también a causa de errores en la planificación de los procesos y en su control".
Veamos ahora cómo han evaluado respetados especialistas algunas de las más significativas modificaciones económicas (o con repercusiones en la economía) de lo que Castro y sus cortesanos describen como una "actualización del modelo cubano". Un modelo cubano que, como confesó su hermano, ya senil, a un redactor de la revista The Atlantic, "ya no funciona ni para nosotros".
Más de medio millón de cubanos en el sector privado
Los ingresos familiares, los servicios turísticos, la producción de alimentos, la gastronomía y el transporte dependen (hoy) menos del Estado y mucho más de la iniciativa privada. El mercado inmobiliario, las transacciones de diversos bienes y servicios de consumo y el suministro de insumos para el sector privado se han ido expandiendo, en la formalidad y en la informalidad (…) el sector privado y cooperativo creó poco más de medio millón de nuevos puestos, y es actualmente responsable del 29% del empleo (17% en cooperativas y agricultores, y 12% en el sector de trabajadores por cuenta propia y empresas privadas). La mayoría de estos nuevos empleo se concentran en actividades de bajo valor agregado.
Pavel Vidal en "¿En qué condiciones llega la economía cubana a la transición generacional?"
Aunque se esperaba que el impulso al sector privado proveyera empleos alternativos a los trabajadores estatales racionalizados, y en 2017 hay en la isla más de 540,000 trabajadores por cuenta propia (al presente son ya 580 000), el péndulo ha oscilado en sentido contrario. En julio de 2017 Castro criticó a los privados por no pagar sus impuestos y concurrir al mercado negro, y el pasado 1 de agosto se suspendió la emisión de nuevas licencias en categorías tan populares como las llamadas paladares (restaurantes) y el arrendamiento de casas y habitaciones particulares. Negocios exitosos fueron clausurados y en una reunión partidista el sucesor aparente de Castro, Miguel Díaz-Canel, tildó de contrarrevolucionarios a algunos emprendedores.
William LeoGrande en "The Trouble With Cuba’s New Economy"
El crecimiento de la economía privada cubana no ha sido sólo cuantitativo, sino también cualitativo. Las que comenzaran como miniempresas, en muchos casos se han convertido en auténticas pequeñas empresas, dotadas de planes comerciales formales, estrategias de mercadotecnia, un número significativo de empleados ─a tiempo completo y por contrato─ y una amplia diversidad de ofertas de productos. Por ejemplo, casas particulares se han convertido en hoteles “boutique” de varias habitaciones; barberías se han convertido en peluquerías al estilo de Miami, y los negocios familiares de construcción han devenido cooperativas con decenas de miembros calificados.
Las paladares han pasado de ofertar cenas familiares informales a convertirse en establecimientos profesionales que sirven cocina de clase mundial (…) Estas dramáticas tendencias eran las que tenían tan alarmado al gobierno en agosto de 2017, cuando dejó temporalmente de emitir nuevas licencias para muchas actividades previamente autorizadas (…) probablemente había preocupaciones más profundas, como que una creciente economía privada pudiera desafiar la hegemonía de la planificación central e incluso el monopolio político del Partido Comunista
Richard Feinberg en "Cuba’s economy after Raúl Castro: a tale of three worlds"
El sector privado no avanzó con la rapidez que se necesitaba. (La actividad privada crece tan lentamente) por todas las trabas que hay. Es como si la mano derecha hiciera una cosa y la mano izquierda hiciera otra. Hay muchas actividades que el Gobierno ha cerrado o rescindido: venta de ropa, salas de cine 3D... ahora han empezado a regular precios en los taxis y la venta de casas, y a dificultar el mercado libre agropecuario. La fiscalidad es brutal. Hay como siete impuestos. El Gobierno castiga al que tiene éxito y puede ayudar al Estado a resolver sus problemas. No es lógico.
Carmelo Mesa-Lago: El Gobierno cubano entró en pánico tras la visita de Obama (entrevista con El País)
Nueva ley de inversión extranjera y Zona Especial de Desarrollo Mariel
Para lograr atraer a los inversionistas en un mundo tan competitivo tienes que tener una ley lo más atractiva posible. Hay incentivos fiscales, se permite estar 8 años sin pagar impuestos, un cambio respecto a la ley anterior. Estipula un máximo de 60 días para que los empresarios reciban una respuesta de parte de las autoridades cubanas. Se permiten inversiones en servicios profesionales y se flexibiliza la contratación del personal, una de las mayores quejas de los empresarios hoy.
Cuba ha llegado ya a un grado tal de descapitalización de las industrias y los servicios que realmente es un círculo vicioso, no tienes recursos para invertir porque los destinas a consumir, dado que la ineficiencia impide producir muchos productos y hay que importarlos.
Si no se invierte en la economía cubana será imposible llegar a tasas de crecimiento superiores al 5% o 7%, para poder duplicar el PIB en 5 años. Con tasas del 2% como las actuales pasarán más de 20 años antes de poder duplicar el PIB. A lo mejor dentro de 10 años la inversión extranjera no será tan importante pero hoy es la única forma de recibir los 2500 millones de dólares al año adicionales que necesita este país.
Omar Everleny Pérez en "Sin inversión extranjera será imposible duplicar el PIB cubano"
El jefe de la de la Comisión de Implementación y Desarrollo (de los Lineamientos del PCC), Marino Murillo Jorge, sitúa el aumento de la inversión extranjera como una de las cuatro prioridades principales del gobierno. Sin embargo, hasta ahora el desempeño real se ha quedado muy corto. Especialmente decepcionante ha sido el progreso en la Zona Especial de Desarrollo Mariel. De las 30 inversiones aprobadas, la mayoría parece ser pequeñas empresas de logística u oficinas de representación.
Los principales inversores anunciados hasta ahora ─Unilever, Nestlé, Brascuba y Ambev no son firmas nuevas en Cuba; estas multinacionales estaban buscando expandir sus operaciones en la isla, incluso sin los incentivos adicionales del Mariel. Para aumentar las entradas de inversión extranjera, el gobierno se ha comprometido a acelerar el proceso burocrático de aprobación, frustrantemente lento. Sin embargo, los problemas tienen raíces más profundas, en la ideología, el personal dirigente y los incentivos (...) los funcionarios que aprueben buenos proyectos deberían recibir recompensas, no amenazas de investigaciones "anticorrupción”.
Richard Feinberg en "Cuba’s economy after Raúl Castro: a tale of three worlds"
Es inexplicable. Cuba necesita por lo menos 2.500 millones de dólares al año. Hasta el mes pasado (mayo 2017) había unas 450 propuestas para inversión extranjera, parte de ellas de empresas ya establecidas en Cuba. Y apenas han aprobado una veintena. Según sus cifras, desde la apertura del puerto de Mariel la cifra acumulada no llegaba a 2.000 millones de dólares. ¿Por qué hacen eso? Para mí no tiene sentido.
Carmelo Mesa-Lago: El Gobierno cubano entró en pánico tras la visita de Obama (entrevista con El País)
Relaciones con Estados Unidos
John S. Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba, dijo que había contabilizado alrededor de 500 visitas a Cuba por parte de empresarios estadounidenses desde diciembre de 2014 y más de 140 visitas de representantes y funcionarios de los Estados Unidos. Pero señaló que podía contar con los dedos la cantidad de negocios cerrados.
Cada gobierno ha urgido al otro a hacer más. Rodrigo Malmierca, ministro cubano de Comercio Eexterior e inversión, dijo en una conferencia comercial en Washington el 16 de febrero que los países "necesitan demostrar que las cosas están sucediendo", y se refirió repetidamente al embargo.
Penny Pritzker, la secretaria de Comercio (de EE.UU.), dijo al día siguiente que su departamento había otorgado a empresas estadounidenses autorizaciones para hacer negocios en Cuba por miles de millones de dólares.
The New York Times, "Culture Gap Impedes U.S. Business Efforts for Trade With Cuba"
Un artículo publicado en las últimas semanas en su blog por el Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba (USTEC) indica que el beneficio económico potencial reportado al Estado cubano por las iniciativas para la isla del presidente Barack Obama en casi dos años de deshielo asciende a unos $ 12.000 millones.
La cifra sólo sería inferior a lo que ingresa Cuba en un lapso similar de dos años por exportar servicios profesionales, su principal fuente de divisas, pero mayor que los generosos pagos de Venezuela por estos servicios.
La mejoría en los ingresos proviene principalmente de: 1) El incremento de las transacciones relacionadas con los viajes, tanto en los Estados Unidos como en otros países. 2) El incremento en las remesas (para su uso en la creación de negocios independientes, la ampliación de los existentes, transacciones inmobiliarias, ayuda a amigos y familiares, etc; 3) Proyectos de Inversión Extranjera Directa, gran parte de la cual se ha anunciado, pero no se ha entregado;
En el caso de los viajes, destaca que la cantidad de estadounidenses que han visitado Cuba desde diciembre 17 de 2014 se ha más que duplicado; el gasto diario individual se ha incrementado sustancialmente; la composición demográfica de los visitantes se ha diversificado, y los precios de hospedaje, comidas, transporte, excursiones etc. se han incrementado drásticamente.
John Kavulich, Were Obama Administration Initiatives Worth US$12 Billion To Cuba During Last 23 Months? (reseña)
Racionalización y mayor autonomía en las empresas estatales
Los 313 objetivos económicos (Lineamientos del VI Congreso del PCC), representaban un plano para restringir el papel del Estado a los sectores estratégicos; descentralizar las decisiones otorgando a los gerentes mayor autoridad; cerrar las empresas estatales que no fueran rentables; recompensar con incentivos salariales la productividad (…).
El proceso de racionalizar las empresas estatales, responsables del 75% del PIB ha sido especialmente lento. En abril del 2010 Castro calculó que eran improductivos un millón de los trabajadores estatales. Desde entonces, la fuerza laboral empleada por el Estado se ha reducido en unas 718.000 personas, pero solo un 15 por ciento de las empresas estatales han cerrado, a pesar de que la baja productividad persiste y una cantidad significativa de esas entidades opera con pérdidas.
William LeoGrande en "The Trouble With Cuba’s New Economy"
Desde el año 2010, el sector estatal ha eliminado aproximadamente un millón de empleos netos. Sin embargo, todo parece indicar que se trata de un proceso inconcluso. Los datos oficiales revelan que seis de cada 10 empresas estatales auditadas (en 2016) por la Contraloría General de la República fueron calificadas de “deficiente y mal” (58 por ciento para ser preciso, según uno de esos informes).
Pedro Monreal en "Reformando a Cuba: la pugna entre economistas y la “teoría del caballo muerto”
Cuba sigue conservando la mayoría de los rasgos de su modelo de economía centralmente planificada, que por más de 50 años ha confiado el crecimiento y el desarrollo al dominio estatal sobre la propiedad y al control monopólico sobre los mercados. Cuba es la excepción entre los países llamados socialistas, pues la mayoría ha abandonado hace tiempo esta manera de organizar los mercados y asignar los recursos económicos y financieros.
Pavel Vidal en "La economía cubana se empequeñece en la región: resumen de un estudio para el Banco Interamericano de Desarrollo"
Entrega de tierras ociosas a usufructuarios privados
El gobierno cubano aprobó nuevas normas jurídicas que amplían hasta 67 hectáreas las tierras agrícolas que pueden ser entregadas en usufructo, pero con la condición de que los beneficiarios se vinculen a empresas o cooperativas estatales y vendan sus cosechas al organismo de acopio.
“Con estas medidas lo que se quiere es controlar más a los campesinos y que sólo puedan disponer de aquella producción que no tengan que vender al Estado. Aquí lo que hay en el fondo es un temor terrible a que haya determinada libertad económica porque ellos saben que eso puede equivaler posteriormente a libertad política”, agregó.
Oscar Espinosa Chepe en entrevista con Martí Noticias "Cuba impone nuevas condiciones a usufructuarios agrícolas"
El economista cubano Pavel Vidal calificó de “peligroso”, el repliegue de las reformas en la agricultura cubana y estima que “la peor secuela” para ese sector del reciente VII Congreso del Partido Comunista de Cuba sería la decisión de frenar el experimento en la comercialización agrícola en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque, y retomar el desacreditado mecanismo del acopio estatal y el tope de los precios.
Vidal considera que con el experimento que comenzó en 2013 “se iba desmantelando el sistema de comercialización centralizado, regido por la empresa estatal conocida como Acopio, y en su lugar, se ponían en práctica los nuevos mercados mayoristas, donde operaban trabajadores por cuenta propia y cooperativas como intermediadores-comercializadores, y los precios se ajustaban de acuerdo a la oferta y a la demanda.
“De hecho, a partir del reforzamiento del sistema de Acopio y la colocación de topes a los precios, no se puede esperar otra cosa durante el año 2016 que más escasez en los mercados agropecuarios e incremento de las importaciones de alimentos”.
Pavel Vidal en entrevista concedida a Espacio Laical
Una conclusión
El modelo estatal centralizado cubano ha ido incorporando, además, una serie de aberraciones económicas (como la dualidad de monedas); posee una dependencia excesiva de la importación de alimentos; una tasa de inversión de las más bajas en la región; un envejecimiento acelerado y una disminución de su población; todo ello unido a unos niveles salariales extremadamente decaídos en el sector público (US$25 mensuales en promedio). Estos problemas no han sido suficientemente atendidos por unas reformas que han terminado siendo demasiado graduales e irregulares.
Las reformas de mercado y de apertura internacional se mueven en la dirección correcta, pero se han quedado cortas. Se requiere ampliar su alcance y su poder reformador sobre el modelo estatal centralizado. Las insuficiencias de las reformas quedan plasmadas en la indetenible descapitalización de la economía y en indicadores cuyos niveles todavía no sobrepasan los previos a la crisis de los años 90.
Pavel Vidal en "La economía cubana se empequeñece en la región: resumen de un estudio para el Banco Interamericano de Desarrollo"