El Departamento de Estado asegura que Venezuela no coopera plenamente con los esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo, y sus fronteras porosas ofrecen un ambiente permisivo a conocidos grupos terroristas, según el capítulo dedicado a ese país en el informe anual sobre el terrorismo divulgado este miércoles.
El documento incluye una lista de "patrocinadores del terrorismo", de la que Cuba fue sacada en 2015 y en la que también figuran Corea del Norte, Siria, Sudán e Irán, país "que ha convertido su apoyo a grupos terroristas en una política de Estado", dijo hoy el coordinador de la estrategia antiterrorista del Departamento de Estado, Nathan A. Sales.
El informe señala que por duodécimo año consecutivo, en mayo de 2017, el Departamento de estado determinó, según el artículo 40 de la ley de Control de exportación de armas, que Venezuela “no cooperaba plenamente con los esfuerzos estadounidenses contra el terrorismo”.
Aunque el Código Penal y otras leyes venezolanas criminalizan explícitamente el terrorismo y dictan procedimientos para enjuiciar a individuos comprometidos en actividades terroristas el gobierno está utilizando esa legislación para acusar de terroristas a sus opositores políticos.
La seguridad fronteriza en los puertos venezolanos de entrada es vulnerable y susceptible a la corrupción, destaca el informe, y señala que, habitualmente, el gobierno venezolano no realiza detección biográfica o biométrica en puertos de entrada ni salida.
“No existe ningún sistema automatizado que permita obtener por adelantado datos de los nombres de pasajeros en vuelos comerciales o verificación la lista de los pasajeros en vuelo con los datos de desembarque en los puntos de entrada”, subraya el informe.
En lo que se refiere al lavado de dinero o información y control de activos terroristas, el documento indica que se continúan las deficiencias significativas de procedimientos adecuados para evitar estos delitos.
El informe cita la participación como observadores del gobierno venezolano en las conversaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las guerrillas de las FARC en 2017 pero destaca que “la retórica del Presidente Maduro a veces era belicosa (en una ocasión que se refirió a Colombia como un "Estado fallido") y sirvió para aumentar las tensiones entre los dos países”.
(Con información del Departamento de Estado)