El gobierno del presidente Donald Trump anunció el viernes una nueva política para detener a casi todas las familias inmigrantes que son capturadas cruzando ilegalmente la frontera, en la última movida de una batalla sobre los esfuerzos del mandatario para frenar una nueva oleada de inmigración ilegal.
La política creará controversia no solo con los demócratas del Congreso y los activistas por los derechos de los inmigrantes, sino también con la decisión de un juez federal que había ordenado en 2015 que los niños no pueden ser retenidos por más de 20 días en centros de detención para migrantes ilegales.
Sin embargo, los abogados del gobierno arguyen que el fallo del magistrado de San Diego Dana Sabraw a principios de esta semana, quien declaró ilegales la mayoría de las separaciones familiares, reemplaza la regla de los 20 días y otras restricciones, y le da al gobierno la capacidad de mantener unidas a las familias hasta que se complete el procesamiento de sus casos de inmigración.
"El gobierno no separará a las familias cuando sean detenidas en o entre puntos de entrada, sino que las mantendrá unidas durante la tramitación de los procedimientos de inmigración", indicó el Departamento de Justicia en un informe ante la jueza Dolly M. Gee.
Los argumentos del Departamento se presentan mientras tribunales inferiores afirman cada vez más su control del sistema de inmigración estadounidense, lo que deja a la rama ejecutiva bregando por llevar a cabo sus propias políticas en medio de fallospotencialmente contrapuestos y jueces que trabajan con propósitos cruzados.
En la presentación del viernes, el Departamento de Justicia alegó que se encontraba atrapado entre la decisión de 2015 en el llamado acuerdo de Flores, que desde entonces había regido el trato que se debe dispensar aniños inmigrantes ilegales interceptados en la frontera, y la sentencia de esta semana en un caso conocido como Sra. L vs. ICE (la policía de Inmigración y aduanas).