El presidente Barack Obama dijo en un comunicado que autorizó la operación que se llevó a cabo en Libia el domingo, cuando fuerzas especiales estadounidenses capturaron a Abu Khatallah. El mandatario dijo más tarde en Pittsburgh que Khatallah estaba siendo trasladado a Estados Unidos.
"Desde los letales ataques a nuestras instalaciones en Bengasi, convertí en prioridad llevar a la justicia a los responsables por la muerte de cuatro valientes estadounidenses", dijo en un comunicado.
Agregó que Khatallah enfrentaría "todo el peso del sistema judicial estadounidense".
Entre las cuatro víctimas letales del ataque de hace dos años estuvo el embajador estadounidense Chris Stevens.
El arresto de Khatallah es una victoria para Obama, quien ha sido acusado por los republicanos de desestimar el rol de Al Qaeda en los ataques del 2012 por razones políticas y de tomarse demasiado tiempo en cumplir con sus promesas de justicia.
Los republicanos también dijeron que la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, no había tomado las medidas adecuadas para garantizar la seguridad del personal diplomático estadounidense, un tema que aún resuena mientras Clinton evalúa postular a la presidencia de Estados Unidos en el 2016.
Clinton defendió el martes su decisión de poner a los diplomáticos en situaciones riesgosas, pero destacó que había información incompleta que incrementó los peligros en Bengasi en el 2012.
"Enviamos a estadounidenses a lugares peligrosos todo el tiempo y creo que fue una decisión correcta", declaró a la cadena CNN. "Tenemos que hacerlo con prudencia, por supuesto, pero necesitamos estar donde están pasando las cosas que nos afectan", añadió.
Khatallah estaba bajo custodia a bordo del USS New York, un buque militar anfibio, dijo un funcionario estadounidense que hizo declaraciones bajo condición de anonimato.
Fue capturado en las afueras de Bengasi en un operativo lanzado por fuerzas especiales de Estados Unidos, entre ellos miembros de la Unidad Delta de las Fuerzas Armadas, señaló otro funcionario.
El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que los efectivos estadounidenses actuaron con "extraordinaria destreza, coraje y precisión" en una compleja operación que no dejó víctimas.
